El trastorno de una economía con fiebre de fusiones y adquisiciones

Actualmente los sectores de telecomunicaciones y de consumo, en específico el segmento de las farmacéuticas y empresas de biotecnología, son los segmentos con mayor tráfico de estas operaciones; incluso se prevé que capten montos significativos de inversión
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El viernes, tanto el Dow Jones como el S&P 500 cerraron en máximos históricos. Foto: AFP
El viernes, tanto el Dow Jones como el S&P 500 cerraron en máximos históricos. Foto: AFP

CIUDAD DE MÉXICO.- El furor del Mundial, donde México se juega el día de hoy su pase a los octavos de final, no ha sido el único sentimiento de euforia que ha bullido a lo largo del mundo en este 2014. Como si de marcar goles se tratara, las grandes corporaciones se han involucrado en una estrategia de fusiones  y adquisiciones en lo que llevamos de este año que, de seguir este ritmo, y según estimaciones de la plataforma especializada en banca de inversión, Dealogic, podría alcanzar en todo 2014 una cifra de 3.51 billones de dólares, la más elevada desde 2007,  un año antes de que estallara la peor crisis económica desde la “Gran Depresión”.

36.4 por ciento es la participación que tiene el rubro de consumo en las adquisiciones que se han dado en 2014

No es casualidad que ese fervor por engullir y fusionarse con empresas rivales haya coincidido con nuevos récords en Wall Street. El viernes, tanto el Dow Jones como el S&P’s 500 acabaron en nuevos máximos históricos: el Dow Jones concluyó en 16 mil 947.08 puntos, y ya acaricia 17 mil puntos, en tanto el S&P’s 500 terminó en mil 962.87 puntos, y se aproxima a dos mil unidades. El Nasdaq también sigue arañando ganancias, aunque todavía está 13 por ciento por debajo de su récord de marzo de 2000. El pasado 5 de mayo, en una entrega titulada La ebullición de burbujas amenaza con otra crisis, advertíamos sobre los riesgos de que se estén conformando potenciales burbujas que de reventarse en un futuro no muy lejano, podría ocasionar una nueva crisis económica global.

Operaciones

Pues bien, la gigantesca ola de fusiones y adquisiciones que se está produciendo no es más que otro indicio, otra señal, de que ese diagnóstico puede ser correcto. Veamos: en la mitad de lo que posiblemente sea el último año de inyección de liquidez por parte de la Reserva Federal de EU (Fed), se han anunciado, en promedio, 84 operaciones de fusiones y adquisiciones al día, esto es, 14 mil 322 transacciones totales, de las cuales 619 están en el proceso de propuesta,  cuatro mil 813 se encuentran pendientes de realizarse y ocho mil 823 han sido completadas. En términos de monto, los primeros seis meses de 2014 han sumado un total de 2.042 billones de dólares, el mayor monto desde la crisis de 2009.

Por industria, la dinámica de las adquisiciones ha cambiado mucho a lo largo del tiempo en función del sector que estuviera de moda, por lo que una revisión histórica desde 1999 nos ayuda a observar el cambio en las tendencias del mercado. En 1999, las empresas correspondientes al sector de las telecomunicaciones e internet eran las más compradas, con 40 por ciento del total de transacciones, a causa de la burbuja de las punto com.

2.04 billones de dólares es el monto que se registra en este año por las operaciones

En 2007, en medio de la burbuja de crédito y de activos respaldados por hipotecas, el sector financiero se convirtió en el más agitado, acaparando 35 por ciento del monto total de transacciones. En ambos casos, el vendaval de operaciones se concentró en los sectores que más tarde se derrumbarían.

Segmentos con potencial

Ahora mismo, los sectores de telecomunicaciones y de consumo, en específico el segmento de las farmacéuticas y empresas de biotecnología, son los sectores con mayor tráfico de fusiones y adquisiciones. El primero representa 21 por ciento del volumen total, mientras que el segundo ostenta 36 por ciento.

Como era de esperar, son en esos dos sectores donde también se han producido las grandes adquisiciones del año. De 26 operaciones con montos superiores a diez mil millones de dólares (mdd) realizados en lo que llevamos de año, nueve han correspondido al sector consumo y ocho al sector de comunicaciones. La mayor propuesta justamente ha sido del sector consumo donde la farmacéutica Pfizer anunció un plan para adquirir a su similar AstraZeneca, transacción que hubiera alcanzado 124 mil mdd de no haber sido retirada tras el rechazo por parte del consejo de administración de la empresa basada en Londres. No obstante, no ha sido la única de grandes proporciones: Time Warner ofreció cerca de 68 mil 500 mdd para adquirir Comcast en febrero, al mismo tiempo que en mayo, DirecTV hizo una puja para adquirir AT&T por una cifra superior a 66 mil mdd.

Optimismo

El anuncio de esas operaciones de cifras estratosféricas, junto con otras que conforman la actual  oleada de fusiones y adquisiciones, suelen recibir la bendición de los mercados: los inversionistas lo utilizan como un indicador de que las cosas marchan bien, de que hay confianza en el futuro, y que cuanto más grandes y pudientes sean los matrimonios, mejor podrán competir contra las grandes corporaciones rivales y mejor se podrán explotar las oportunidades que se presenten más adelante.

Sin embargo, también debe ser fuente de inquietud, de que quizás también ahí se están produciendo algunos excesos. Sí, si las empresas se inclinan por adquirir a sus rivales, es porque creen que el sector ofrece buenas perspectivas de crecimiento y utilidades futuras que rentabilizarán pronto la operación. Y si lo hacen con tanta intensidad es porque cuentan con los recursos para hacerlo: porque gozan de fuertes colchones de liquidez resultado de una etapa de fabulosas ganancias corporativas, porque los pueden obtener a un costo muy barato o… porque las acciones están infladas, tanto que se les hace atractivo, con esas cotizaciones sobrevaluadas, perseguir la compra de rivales aprovechando su buen músculo bursátil. Y al parecer, y tal y como sucedió en las dos anteriores oleadas de fusiones y adquisiciones,  el principal mecanismo que se está utilizando para engullir a sus rivales es a través del poderío de sus acciones.

Basta con observar las tres principales propuestas de fusiones y adquisiciones del año: Comcast pretende devorar a Time Warner Cable con sólo acciones; la intención de Pfizer era hacerlo, en 55%, con acciones; y en el caso de AT&T, engullirá a Direct TV pagando 70% en acciones.

Riesgos

Ahora bien, es sintomático que cada vez que en los últimos años estas oleadas de fusiones y adquisiciones han adquirido dimensiones gigantescas han desembocado en tsunamis bursátiles que terminaron aniquilando a la economía: así sucedió en los años de 1999 y 2000, antes de la crisis de las punto com, así como en el periodo de 2006 y 2007, previo al estallido de la burbuja de crédito hipotecario.

Esta correlación entre los boom de operaciones de compra-venta de empresas y los cracks financieros nos hace pensar en el siguiente dictamen: si se padece el síndrome del boom de las fusiones y adquisiciones, es muy probable que a esa economía se le pueda diagnosticar el trastorno de la “burbuja bursátil”. Y es así porque cada vez que los precios de las acciones suben a niveles desorbitados, las empresas aprovechan esa sobrevaluación para salir de compras… hasta que se acaba la fiesta. A su vez, la fiebre de fusiones y adquisiciones, con el pago de elevados premios para adquirir a una empresa rival, implica a su vez fuertes subidas bursátiles, sobre todo de la compañía que será devorada, dado que los inversionistas se anticipan al precio que la empresa compradora pretende pagar. Ese juego de rally bursátil, más fusiones y adquisiciones, y más rally bursátil es en el que se está recreando el mercado en esta primera mitad de 2014. 

Ahora bien, a partir de ahí es muy complicado recetar un remedio. El auge de las fusiones y adquisiciones es (y así ha sido en las dos últimas crisis), un claro síntoma de “exuberancia irracional”, de que el mercado está peligrosamente sobrevaluado. Pero no es un buen indicador para presagiar que un “mercado bear” o bajista está a la vuelta de la esquina: todavía la temperatura de las fusiones y adquisiciones se puede elevar bastante más en el futuro. Acabar con esa fiebre dependerá mucho de la prescripción de la Fed: de qué tan rápida y agresiva sean, en el futuro, las dosis de alzas en las tasas de interés. Y sobre todo, que con ese remedio no termine matando al enfermo.

 

* Director y analista, respectivamente
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