David Páramo

Análisis superior

David Páramo

4 Jul, 2014

Sun Tzu y Pirro

Gustavo Madero es un hombre profundamente inculto y con poca visión política. Si alguna vez hubiera leído y comprendido El arte de la guerra (que se puede conseguir en algunas ediciones por menos de 100 pesos), sabría que no se debe pelear una batalla que está perdida.

Hace una semana el líder nacional del PAN trató de forzar, por la vía de una carta al estilo del viejo PRI, a los senadores de su partido a que votaran como él quería sobre un punto fundamental de las leyes secundarias en las telecomunicaciones.

Si no fuera tan soberbio o no escuchara tanto al senador mala paga, Javier Corral, fácilmente se hubiera dado cuenta de que la mayoría de sus correligionarios no iban a ir en contra de lo que habían votado en la reforma constitucional ni las medidas que con base en esa resolución tomó el Instituto Federal de Telecomunicaciones.

El asunto lo midió mal, creía que sólo se trataba de los legisladores vinculados con Ernesto Cordero que, como antiguos ronin, siguen ganando batallas a pesar de no tener samurái o que simplemente no respetan al presidente nacional de su partido. Hoy más de 100 senadores votarán a favor de las leyes secundarias de las telecomunicaciones y la mayoría serán de sus partidos.

El ridículo sainete que organizó en su partido, donde quedó clara su incapacidad para unir las fuerzas de Acción Nacional, le implicará una derrota más grande que el no haber “convencido” a los senadores de su partido, puesto que la inmensa mayoría de las empresas de telecomunicaciones y radiocomunicación están totalmente a favor de una regulación por sectores, ya que es lo que más conviene a los consumidores.

Y es en este sentido que los panistas tendrán que pagar otra factura con el sector empresarial, que ha tenido que pagar costos más elevados por los servicios de telecomunicaciones, que son un insumo fundamental para la competitividad y que, como advirtió ayer mismo Gerardo Ruiz Esparza, la falta de leyes secundarias ha frenado la inversión no sólo de nuevos participantes sino de los que ya operan en el país.

Miguel Barbosa y en general el PRD demostraron que son mucho más inteligentes que Madero. Hasta el momento ninguno de sus miembros ha fijado una posición sobre el tema y lo harán en el pleno; sin embargo, han mandado señales de que cualquiera de las dos posiciones les resulta correcta porque no premia o castiga a alguno de los grupos preponderantes.

Ya ve cómo el ridículo senador mala paga, Corral, sigue creyendo, junto con sus no menos ridículos seguidores, que todo es una conspiración organizada por Televisa y Enrique Peña Nieto.

La realidad es que el PRD otorgará votos suficientes para la aprobación en el pleno, por lo que ya fue aceptado por los miembros de comisiones.

Pírrica

Si alguna vez Madero hubiera puesto atención sabría quién fue Pirro de Epiro y por qué pasó a la historia. Este hombre se aferró en ganar una batalla a tal costo que perdió la guerra, de ahí que se hable de victorias pírricas cuando, como diría la conseja popular, sale más caro el caldo que las albóndigas.

El líder del PAN, a su nivel, está haciendo lo mismo. El PAN mantiene el capricho de que, si no homologan todos los congresos de los estados las reglas electorales al modo que ellos han chantajeado, no votarán la Reforma Energética que, según los de este partido político, es su visión sobre el sector energético.

Como en la mayoría de los estados las reformas han avanzado, el PAN está usando a los legisladores de su partido para tratar de impedir que se cumpla el proceso en Nuevo León, lo cual sería suficiente para que los encaprichados panistas se levantaran de la mesa y cumplieran con su amenaza de llevar la votación de las leyes secundarias al próximo periodo de sesiones o, incluso, al año próximo.

Sería bueno que esta versión piratita de Pirro preguntara a los empresarios, particularmente a los de Nuevo León, qué opinan de los retrasos en las reformas estructurales y, particularmente, en la de telecomunicaciones.

Si hay un estado que se verá beneficiado con esta legislación secundaria es, precisamente, éste, puesto que su sector industrial ha tenido que pagar históricamente muy elevados precios por los combustibles.

La inmensa mayoría de los empresarios están abiertamente a favor de las reformas energética y de telecomunicaciones. Difícilmente olvidarán que, por ganar una guerrita político-electoral como pretenden los panistas, se están retrasado dos de los cambios más importantes del país.

La Reforma Energética no sólo es vista como fundamental sino como lo más importante que ha pasado en competitividad desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

No deben olvidarse aquellos líderes de la iniciativa privada que han llegado a decir que la Reforma Fiscal es un peaje bastante bajo por la Reforma Energética. La iniciativa privada y los de mayores recursos ya cumplieron con su parte y el PAN les escamotea los beneficios.

Ignorados

Los distribuidores de gas legales están sumamente preocupados porque no están siendo atendidos por la Secretaría de Energía ante demandas no sólo justas sino correctas. Piden que el gobierno tome acciones determinadas en contra de las ventas de gas robado y la operación de pipas pirata que lo distribuyen.

Sin embargo, es mucho más grave que la actual administración nada ha hecho para subsanar errores y malas decisiones de las últimas administraciones que les impiden tener un margen de tres pesos por litro, que es la cantidad que se requiere para poder reinvertir en materia de seguridad, capacitación e infraestructura.

México, a pesar de ser uno de los más grandes consumidores de gas natural en el mundo, tiene márgenes de operación y políticas públicas verdaderamente atrasadas.

Errores

La protagónica llegada de Eduardo Tricio a la presidencia del consejo de administración de Aeroméxico ha roto el balance que había construido la dirección de Andrés Conesa, quien cada día es un director general con menos actuación.

Las formas de operación y los estilos gerenciales del hombre quien también encabeza Lala han hecho que algunos puntos que se tenían dominados se conviertan en un verdadero dolor de cabeza.

La relación con los sindicatos, especialmente con el de sobrecargos, se ha deteriorado de una manera muy grave. El revés jurídico que recibieron y que hoy les impide contratar a más personas para estos puestos tiene que ver con las decisiones de defensa jurídica.

Hay señales de que los problemas con la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación no sea un caso aislado en las relaciones entre la dirección de Aeroméxico y sus empleados.

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