Rodrigo Pérez-Alonso

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Rodrigo Pérez-Alonso

9 Jul, 2014

Jugar el (nuevo) sistema

En año y medio de la administración del presidente Peña Nieto el sector de las telecomunicaciones y radiodifusión se ha transformado más que en las más de dos décadas desde la privatización de Telmex y la creación de la ahora extinta Cofetel. Producto de consensos políticos sobre la necesidad de ordenar estas industrias, los actores políticos se alinearon en el Pacto por México para cambiar el marco constitucional y las leyes en estas materias, por lo que a partir de ahora contaremos con un nuevo marco jurídico.

La ley de telecomunicaciones representa un nuevo paradigma de regulación, no obstante las posiciones encontradas sobre la nueva ley de telecomunicaciones y radiodifusión. Sin embargo, hay que ser cautelosos; la regulación de los principales actores de esta industria no acaba con estos cambios normativos sino será tan sólo un inicio. Las principales empresas del sector seguirán jugando el sistema y empujando los límites de la legislación para probar su eficiencia y eficacia. El ejemplo más claro son los amparos promovidos por las empresas declaradas preponderantes en el sector en contra de distintas disposiciones impuestas en la reforma constitucional y por el Instituto Federal de Telecomunicaciones no obstante la casi absoluta probabilidad de que iban a fracasar en ese intento.

El proceso de discusión de la ley secundaria fue mucho más accidentado que las reformas constitucionales en la materia. Producto natural de la intervención de los principales actores regulados en la iniciativa de ley de telecomunicaciones se incorporaron conceptos controversiales que serán sujetos a interpretación de los regulados. En otros casos se diluyeron tanto las propuestas normativas iniciales de la Subsecretaría de Comunicaciones y/o los integrantes del Pacto por México (p.e. defensor de audiencia) o se sobredimensionaron otras (p.e. la tarifa cero de interconexión impuesta a Telmex) que su implementación será difícil por el órgano regulador. Aquí yacen entonces algunas debilidades de esta ley.

No obstante, los aspectos positivos sobrepasan a los negativos por lo que en el mediano plazo tendremos mayor competencia en estos sectores pero para ello será absolutamente indispensable la disciplina y decisión del órgano regulador y el gobierno con esta industria.

Se deben de reconocer los cambios democráticos que ha vivido nuestro país, lo que no contraría también contar con un gobierno fuerte y decidido para que se respeten las decisiones tomadas por los órganos del Estado. De ahí la aseveración del Presidente de alcanzar un Estado eficaz. En la medida que se actúa con la máxima de John F. Kennedy de “preguntar no sólo lo que el país puede hacer por mí, sino lo que yo puedo hacer por el país”, tendremos un Estado más eficaz y democrático. De lo contrario, se seguirá jugando el sistema, por más novedoso que éste sea.

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