Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

18 Jul, 2014

Cancerbero

Entre más aprendo de negocios (y me queda claro que me falta un mundo por aprender), más me doy cuenta de la importancia de tener orden y claridad en los números y aspectos financieros. Me gustaría decir que las alas de los negocios son los sueños de los emprendedores, pero no creo que sea así. Las alas de los negocios, lo que les da impulso y fuerza para seguir adelante son las finanzas sanas.

Ojo, por “finanzas sanas” no me refiero a muchos ceros en las ventas y a un gran porcentaje en las utilidades, no. Me refiero a un buen manejo de los números. A tenerlos como una prioridad (aun cuando parezcan aburridos y difíciles de tener al día) y a manejarlos de una manera sana.

Dice el dicho que todo negocio exitoso necesita dos líderes: uno que lo crezca y uno que lo cuide. Uno que se encargue de los planes y otro de las realidades. Uno de los sueños y otro de los números. Muchas veces ambos líderes son la misma persona que tiene que vestir dos sombreros diferentes. El problema es que el papel de soñador es más fácil y divertido, es el de cuidador el que muchas veces se complica.

Qué mejor ejemplo que el de Google. Los fundadores de la empresa: Larry Page y Sergei Brin diseñaron uno de los algoritmos más sofisticados para la búsqueda web. Soñadores por excelencia. En el momento que se dieron cuenta del enorme potencial de su empresa ¿Qué hiceron? ¿Siguieron soñando sin ton ni son? No. Contrataron a Eric Schmit, un empresario 20 años mayor que ellos que le diera forma y estructura financiera y operativa al negocio que empezaban. Quizá esto marcó la diferencia entre ser un “dot bust”  (fracaso) y el mayor dot com de la historia.

Contaban los griegos que el infierno estaba cuidado por un perro bravo de tres cabezas. Uno de los seres más temidos de su mitología destinado a no dejar a los vivos entrar al inframundo y no dejar a los muertos salir de él.

Lo mismo hoy en los negocios. Necesitamos un Cancerbero que guarde con bravura, inteligencia y valentía las finanzas de nuestro negocio. Que no deje entrar a los malos hábitos a las arcas (pequeñas) de nuestra empresa. Y nos lleve al cielo (o como se llame el lugar de grandes utilidades y angelical futuro).

Un perro de 4 cabezas

El cuidador que necesitan los negocios necesita tener no tres sino  cuatro cabezas. Cada una dedicada a cuidar un aspecto del negocio

La primera cabeza: establecer sistemas de reporteo interno fáciles de entender, que estén informando constantemente sobre los parámetros importantes para el negocio. Facturación, cobranza, indicadores de servicio, indicadores de calidad… para cada negocio son diferentes. No tiene que ser una lista interminable de datos. Pocos números, pero adecuados y actualizados periódicamente. Lo más importante es que los números expuestos sean reales y objetivos.

La segunda cabeza: cuidando las expectativas. Me contaba un maestro de un cliente que llegó a decirle que estaba muy emocionado con su negocio vendería seis millones al año. Todo parecía miel sobre hojuelas hasta que se le cuestionó al empresario ¿cómo sabes que serán seis millones? Contestó: porque este mes vendí 500 mil.

Obvio la cifra de millones no se alcanzó. Con los negocios nuevos muchas veces pensamos que una golondrina hace verano. No es cierto.

Es fundamental tener una cabeza fría y realista a la hora de establecer expectativas a futuro.  De esta inteligencia y objetividad depende el futuro del negocio.

Las expectativas realistas son fundamentales a la hora de solicitar créditos. ¿Qué es lo que realmente necesito vs, lo que realmente voy a poder pagar?

La tercera cabeza: Recordar la ecuación más simple Utilidad = ingresos menos egresos. Parece demasiado sencillo, pero he aquí el éxito o el fracaso de los negocios. Antes que todas las teorías empresariales la verdad es que el bienestar del negocio se da con dos grandes mantras: vender más y gastar menos. Punto.

La cuarta cabeza: La que repita todos los días la frase de Warren Buffett “la utilidad es una opinión, el efectivo es un hecho”. Muchas veces los números que refleja un estado de resultados dista de la realidad, porque no toma en cuenta los flujos y la liquidez del negocio. Es fundamental que toda estrategia de crecimiento esté aparejada por una buena estructura de cobranza que permita la mayor fluidez posible.

adinachel@gmail.com
@AdinaChel

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