Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

21 Jul, 2014

México se transformará con la Reforma Energética

El hecho de que esté avanzando la Reforma Energética en la Cámara de Senadores saca por fin a México del grupo de sólo dos países, el otro es Corea del Norte,  en los que el manejo de la energía se realiza a través de monopolios estatales.

Todos los demás países, en mayor o menor medida han abierto su sector energético a la participación de los inversionistas privados.

La izquierda mexicana, que tan anticuada se ve en las discusiones de la reforma, no puede explicarse, y por ello mejor no voltean a ver, casos como en el de Cuba, donde la apertura es más audaz que la de México, ya que allá se dieron concesiones y se reciben los beneficios con petróleo; o China, donde la apertura tiene ya varios años; o Vietnam o Corea del Sur o la misma Rusia.

En todos los países de la órbita socialista, los inversionistas privados participan activamente en los sectores energéticos.

¿Por qué, en contra de la ideología de esas naciones donde el Estado lo es todo, se decidió a abrir el sector energético a inversionistas privados?

Por el sencillo hecho de que está probado que una sola empresa no puede hacerse cargo de explorar, explotar, refinar y comercializar  el petróleo y porque depender de una sola empresa estatal para la generación y distribución de energía eléctrica produce costos más elevados.

Y eso se vive en México.

Por ejemplo, en el Golfo de México, Estados Unidos ha perforado más de mil pozos el último año; Pemex no ha podido perforar ni siquiera 100. Pero ese se debe a que por parte de Estados Unidos exploran  y explotan cientos de empresas de las más diversas partes del mundo que tienen contratos o concesiones para hacerlo.

En el caso de México, Pemex está solo.

Por la parte de generación de energía eléctrica, es inexplicable que la tarifas de luz de un ama de casa de Iztapalapa o de Polanco, sin subsidios,  sean mayores que las de las amas de casa de San Antonio o de Washington.

En todo el mundo, le generación e incluso la distribución de energía eléctrica la hacen muchas empresas en un ambiente de competencia que beneficia a los consumidores con servicio y con tarifas.

Por eso la decisión de abrir el sector energético a los particulares no sólo es importante, sino trascendente para el futuro de México.

Lo peor que se podía hacer en este caso era no hacer nada y aunque las reformas no sean perfectas son un paso muy grande en la dirección correcta.

No hay duda de que el país cambiará mucho con esta reforma que aún se discutía ayer en la Cámara de Senadores.

Tampoco hay duda de que los beneficios de las reformas se verán en el mediano y en el largo plazos.

Nada pasará de aquí a diciembre y posiblemente ni siquiera en 2015.

Los primeros beneficios  de la Reforma Energética será el interés de los inversionistas privados por participar en el sector y en las inversiones que deberán realizare para garantizar su participación en los rubros que les interesen.

La mayor inversión dinamizará una economía que ha estado tan alicaída como la mexicana en especial los dos últimos años.

En los siguientes años los servicios mejorarán y es probable que también lo hagan los precios de algunos bienes. Sería lógico, por ejemplo, que las tarifas de luz sean competitivas internacionalmente.

Pero sería una locura pensar que bajarán los precios de las gasolinas. Cuando en México haya gasolinerías de varias empresas y no sólo de Pemex, los precios de las gasolinas bajarán o subirán de acuerdo a cómo evolucionen los precios internacionales del petróleo, como sucede con los precios de los combustibles en casi todo el mundo.

Reformar el manejo de los energéticos en realidad es la puerta para que el país se transforme.

Hasta el próximo lunes con nuevas... Perspectivas.

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