Venezuela paga el costo del éxodo de expertos en petróleo

El país con las mayores reservas probadas del hidrocarburo pierde cada vez a más profesionales de la industria, que son reconocidos en el mundo.
Economía -
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, asegura que las finanzas del país están sanas.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, asegura que las finanzas del país están sanas.

CIUDAD DE MÉXICO, 21 de julio.- En 2003, el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, despidió a más de 18,000 empleados, casi la mitad de la fuerza laboral de la corporación petrolera estatal, Petróleos de Venezuela (PDVSA).

Su “delito” fue haber participado en una huelga convocada en protesta por la politización de la compañía y su castigo fue ser excluidos de los empleos no sólo en PDVSA sino también en cualquier compañía que hiciera negocios con la empresa petrolera.

El hacha cayó pesadamente sobre gerentes y técnicos. Se piensa que alrededor de 80 por ciento del personal en Intevep, la subsidiaria de investigación de PDVSA, se unió a la huelga. De un plumazo, Venezuela perdió a todo su círculo  intelectual petrolero.

Fue un golpe del cual PDVSA nunca se recuperó. La producción petrolera de la empresa ha estado estancada desde entonces, pese a un gran aumento en los precios. Se puede culpar en parte a la crisis financiera, así como a la mala administración económica de Chávez y, desde el año pasado, de su sucesor, el Presidente Nicolás Maduro. Sin embargo, la pérdida de personal calificado fue una desventaja enorme, pues perjudicó a la exploración y la administración.

El Centro para la Orientación Energética, una ONG venezolana, dice que el número de lesiones incapacitantes debido a accidentes en PDVSA aumentó de 1.8 por millón de horas-hombre a 6.2 en 2012. En Pemex, la empresa petrolera estatal de México, la tasa fue de 0.6 en 2012.

Oportunidad aprovechada

La pérdida de Venezuela fue la ganancia de otros, no todos los ex empleados de PDVSA se quedaron en la industria petrolera. Una minoría eligió quedarse en Venezuela, pero miles viajaron al extranjero: a Estados Unidos, Colombia, México y el Golfo Pérsico, y a lugares distantes como Kazajistán y Malasia.

Otros se fueron a Alberta, Canadá, donde las arenas bituminosas producen un residuo que es similar al petróleo pesado del cinturón del Orinoco, el cual Venezuela lucha por desarrollar. Había 465 venezolanos en Alberta en 2001;en  2011 había 3,860.

Pedro Pereira, quien alguna vez dirigió la investigación de PDVSA sobre el procesamiento de petróleo crudo extra pesado, llegó a Canadá para establecer un equipo de investigación similar en la Universidad de Calgary en Alberta. Su trabajo se enfoca en invertir y patentar nuevas tecnologías para procesar el crudo de Alberta. Tres docenas de venezolanos han pasado por el centro en Calgary desde su nacimiento, alrededor de dos tercios de ellos como resultado directo de la purga de 2003. Todos han ido a trabajar en la industria petrolera canadiense.

Sin embargo, ningún país se ha beneficiado más del éxodo venezolano que el vecino. La producción petrolera de Colombia estaba declinando en el momento de la purga, cayendo de 687,000 barriles diarios en 2000 a 526,000 cinco años después. Hoy la producción diaria promedio se sitúa en alrededor de un millón de barriles diarios. Mucho de este renacimiento es gracias a los venezolanos.

Ex ejecutivos de PDVSA habían estado dirigiéndose a Colombia incluso antes de la purga. Luis Giusti, un ex presidente de la empresa que renunció tan pronto como Chávez llegó al poder en 1999, ayudó al gobierno colombiano a rediseñar sus políticas energéticas. Sin embargo, fue la afluencia posterior a

2003 lo que revolucionó a la industria de la nación y a la empresa petrolera estatal, Ecopetrol.

Mentalidad ganadora y conocimiento

Repentinamente, dice Alejandro Martínez de la Asociación Petrolera Colombiana, “Colombia estaba llena de verdaderos petroleros”. Los venezolanos tenían años de experiencia, muchos de ellos pasados en el extranjero. Tenían una excelente herencia técnica: PDVSA se creó a mediados de los 70 cuando las subsidiarias locales de empresas sofisticadas como Exxon y Royal Dutch Shell fueron nacionalizadas.

También estaban acostumbrados a pensar en grande.

“No se intimidaban ante proyectos que necesitaban 2,000 millones de dólares en inversión, cuando, para Ecopetrol, 50 millones de dólares era mucho”, dice Martínez.

En 2007, Ronald Pantin, ex presidente de PDVSA Services, se unió a varios socios para comprar Meta Petroleum de Colombia. Meta operaba el Campo Rubiales en el centro de Colombia, del cual los operadores apenas extraían 14,000 barriles diarios. Ahora es el campo de producción petrolera más grande del país, y Pacific Rubiales Energy, dueño de Meta, es el mayor productor petrolero independiente en Colombia.

Humberto Calderón, ex ministro venezolano del petróleo, fundó Vetra en 2003. Hoy, ésta y Meta representan más de una cuarta parte de la producción del país.

Sin el aporte de los venezolanos “no hay manera de que Colombia hubiera podido duplicar su producción en tan corto tiempo”, dice Carlos Alberto López, un analista energético.

Fue una “coincidencia extraordinaria”, añade, que Colombia llevara a cabo sus reformas mientras los gerentes de PDVSA estaban siendo destituidos, los precios del petróleo estaban aumentando y las áreas alguna vez bajo control guerrillero se estuvieran volviendo más seguras.

“El momento no pudo haber sido más oportuno”, dice López.

Las perspectivas para atraer de vuelta a la diáspora a Venezuela son malas. Los expatriados han echado raíces profundas en el extranjero, y la situación en su país sigue siendo caótica.

La meta de PDVSA es que el cinturón del Orinoco esté produciendo 4.6 millones de barriles diarios para 2019. Sin embargo, el petróleo es difícil de refinar, y la enorme inversión requerida es obstaculizada por la insistencia del gobierno en sobrevaluar el bolívar. Hasta ahora, PDVSA no ha cumplido ninguna de sus metas intermedias para el Orinoco. Para fines de 2013, había alcanzado sólo 1.2 millones de barriles diarios, comparado con una cifra planeada de 1.5 millones.

Se dice que soldadores, electricistas y operadores de máquinas ganan tres veces más ayudando en la expansión de la refinería de Ecopetrol en Cartagena que en Venezuela, según El Nacional, un diario venezolano. Una clasificación publicada por Hays Oil and Gas, una agencia de reclutamiento, situó el salario anual promedio para los profesionales de la industria petrolera en Colombia en 100 mil 300 dólares; en Venezuela es de 50 mil dólares.

Desde Calgary, Pereira dice que viene una “segunda ola” de emigración que comenzó hace un par de años, una ola de profesionales jóvenes, con cinco o seis años de experiencia. “Tan pronto como obtienen algún conocimiento significativo, parten”, dice. “La compañía y el país van al desastre”.

Tips para tus finanzas personales directo en tu correo.
Al registrarme acepto los términos y condiciones

  TAGS

Taboola
Icono de te puede interesar de en dineroenimagen

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR