Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

22 Jul, 2014

Los mercados no “aflojan” a pesar de los conflictos… en el corto plazo

En el mercado de Estados Unidos parece estar prevaleciendo el interés que los reportes trimestrales despierta ente los inversionistas, más allá del tema de los conflictos geopolíticos. Alrededor del derribo del avión de Malaysia Airlines, por el momento continúa la contienda de discursos, en tanto que en la invasión israelí a Gaza, aumenta la cuota de víctimas. Todo esto es lamentable; muy lamentable.

En cualquier caso los índices principales ayer registraron bajas relativamente pequeñas, manteniéndose dentro de una suerte de consolidación, no del todo convincente para mí. Creo que en estos ambientes inestables, el fly to quality siempre es un componente importante de las decisiones de inversión.

Hasta el momento, los resultados pueden calificarse de “buenos” y no mucho más. Sin cifras extraordinarias, 66% de las empresas del S&P 500 que ha reportado hasta ahora, superaron las estimaciones de utilidades y el 67% rebasaron los pronósticos de ingresos, lo que parece basta para que el mercado piense que la caída del PIB en el primer trimestre (-2.9%) efectivamente fue debido al tema del clima y que esto ha sido superado. En lo que a mí toca, comparto esa idea que espero se confirme con los reportes de las próximas semanas.

El S&P 500 se mantiene dentro de una consolidación bastante ordenada, que si se resuelve de manera positiva podría permitirle superar la barrera de los dos mil puntos. Este nivel me atrevo a suponer que es una barrera, en primer lugar porque en el intento anterior, este índice se detuvo antes de llegar a ello (en mil 985 puntos) y porque es uno de esas zonas en donde aparecen varios ceros (tres, en este caso) que por las evidencias, siempre se hacen presentes, en uno u otro sentido.

Eventualmente el S&P 500 puede ir algo más arriba, en el corto plazo; quizá hasta 2020, pero en esos niveles creo que regresaría hacia los dos mil puntos que actuarían como soporte. Si hiciera esto, pues en su momento tendría que evaluar y compartir con usted, amigo lector, lo que piense que pueda ocurrir.

El IPC mexicano, por su parte, ha mantenido una trayectoria alcista ordenada y no demasiado agresiva en las últimas semanas. De hecho califico de esta manera el alza que nuestro mercado ha mantenido desde mediados de marzo pasado. Los 44 mil puntos que supuse podían  ser alcanzados en el segundo trimestre, se lograron en la primera quincena de julio, así que me doy por bien servido.

El alza que menciono creo que puede dar para que el IPC alcance la zona de los 44,750 (1.5% arriba del nivel actual) en donde encontrará algunas líneas de retorno que pueden propiciar el desarrollo de una nueva formación de consolidación, similar a las que hemos visto en tres ocasiones desde principios de abril y principios de julio. 

Pero como usted sabe, opero contra lo que veo. Desde luego no sobra imaginar lo que puede ocurrir y de hecho lo que escribí en el párrafo es justamente eso: un ejercicio de imaginación, basado en la técnica y tomar algún riesgo con base en ello, es mi trabajo. Eso es lo que he venido haciendo, por ejemplo, en este espacio en los meses recientes, con miras a los 44 mil puntos.

Pero trato de no exagerar. Por eso voy de poco en poco. La “mira” la tengo puesta en los 46 mil puntos que me encantaría fueran alcanzados dentro de este año, considerando que esa es la zona del máximo histórico del IPC (46,075, fijado el 29 de enero de 2013). Pero lo primero, va primero y antes de los 46 mil puntos, hay un montón de distancia y tiempo. Me sentiré tranquilo si el IPC del mercado mexicano, tiene el comportamiento técnico que he descrito, más allá de las precisiones.

En los próximos días en México tendremos tres eventos en términos de información. Conoceremos de la inflación y del crecimiento, medido por el IGAE; ambos datos aparecerán el próximo jueves y habrá que observarlos con cuidado. Además, tendremos avances en los temas relacionados a la reforma del sector de energía, en el que ya se han tenido noticias de su aprobación en el Senado y en principio, en la Cámara de Diputados, también.

A esta reforma estructural se le han  atribuido de antemano componentes casi mágicos, que obviamente son una exageración, al menos en el corto plazo —y también en el mediano y largo plazo—. Sin poner en duda que pueden derivar beneficios importantes para la sociedad si no se cometen demasiados errores, la magia, no existe en estos asuntos. Pero si el mercado cree que por la aprobación de la reforma las acciones deben subir, bienvenido sea. Suerte.

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