Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

26 Jul, 2014

Capital de riesgo: un motor de la economía I

Durante la semana leí dos piezas de información que aparentemente no están vinculadas, pero que pueden abrir espacio a la reflexión sobre el futuro de México. La primera es que hay malos datos económicos a mayo, que pueden iniciar una segunda ola de revisiones del PIB a la baja. La segunda es un libro que leí sobre el desempeño económico reciente de Israel.

Desafortunadamente estamos transitando por la misma vía que en 2013. Un inicio de año muy optimista y con un desempeño real de la economía muy por debajo de lo esperado.

Si bien ya tuvimos un mal primer trimestre que obligó a una serie de revisiones a la baja en el crecimiento económico, los datos a mayo parecen indicar que el segundo trimestre será peor a lo esperado.

En concreto el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) creció durante el mes de mayo 1.9% cuando se le compara con el nivel del mismo mes del 2013. Es decir, con los asegunes de esta tasa de crecimiento anual tenemos niveles que se sitúan por debajo de dos por ciento.

Cuando se considera el dato que se ajusta eliminando los efectos de estacionalidad, se tuvo un decremento de 0.1% contra el mes de abril de 2014. Es decir, en mayo no hubo mayor nivel de la actividad económica, lo que hace reflexionar sobre un segundo trimestre sin tanto dinamismo e implica dificultad para llegar a promediar 2.7 % que la SHCP anunció en mayo.

Pero la pregunta es: ¿qué está pasando? Los fundamentales de la economía siguen en parámetros adecuados y de las dos grandes reformas una ya se concluyó y la otra está a punto de concluirse en las próximas semanas. Una explicación es que los argumentos que se hacían en 2013 sobre los contras de las reformas en dos  etapas eran reales. Uno era sobre la capacidad de maniobra de los grupos de interés. Esta situación quedó clara en la Reforma de Telecomunicaciones que tuvo cambios para matizar en algunos temas. Otro era sobre los tiempos, es decir, que los primeros efectos se verían a partir de 2015 y que serían graduales. Esto también esta sucediendo por lo que no habrá apoyo para el crecimiento en 2014 por parte de las dos reformas.

Por otra parte, es importante entender que hubo una reforma adversa para el crecimiento. Del lado del sector privado la reforma fiscal tuvo un impacto negativo en el nivel de gasto de consumo y en la inversión.

Para que se dé un proceso de crecimiento económico mayor al inercial se tienen que dar las condiciones que permitan surgir a ciertos sectores con un mayor dinamismo. Para lograr el objetivo veo opciones. Una es el quitar restricciones a sectores de la economía que no eran competitivos. La otra es generar las condiciones para que se desarrollen nuevos sectores de la economía.

México le apostó a la primera vía con dos cambios estructurales que tomará tiempo ver sus efectos. La segunda vía también parece ofrecer alternativas importantes, y creo que se debe entender con ejemplos lo que se puede hacer para detonar los procesos.

Una referencia interesante es lo que hizo Israel los últimos años, que está documentado en el libro que se llama Start-up Nation. Empezaré por presentar tres datos para mostrar los resultados del proceso en Israel.

Israel tiene el doble de inversión per cápita en capital de riesgo que Estados Unidos, en 2009 era el país extranjero con más empresas en la Bolsa Nasdaq de Estados Unidos y es el país que su sector privado invierte más en investigación y desarrollo como proporción del PIB.

Los datos sorprenden y mucho. Cuando la gente piensa en Israel no viene a la mente creación de nuevas empresas sino más bien conflictos geopolíticos.

Cabe señalar que el proceso de creación de empresas se dio en sectores ligados con alta tecnología no con manufactura tradicional. En el libro se comenta de empresas de desarrollo de sistemas, manufactura de alta tecnología y agricultura, por mencionar algunos.

La manera de lograr lo anterior fue una combinación de políticas públicas encaminadas a otros objetivos (por ejemplo, la de migración y el servicio militar obligatorio) y otras encaminadas a promover la actividad (por ejemplo, el programa de financiamiento de capital de riesgo Yozma).

El resultado fue la creación de una gran cultura de emprendedurismo. La semana que viene comentaré más a detalle sobre el libro, ya que creo que un crecimiento más dinámico necesita de política públicas más allá de las tradicionales.

*Director general del FUNDEF
guillermozamarripa@itam.mx

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