Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

31 Jul, 2014

Buen dato el del PIB de Estados Unidos: 4% en el 2° trimestre

Varios de los temas que sabíamos se desarrollarían en la semana, coincidieron el día de ayer. Me refiero al PIB de Estados Unidos, al comunicado de la Fed y al asunto de la deuda de Argentina que se encuentra en medio de un litigio legal que, por lo que se ve hasta el momento de escribir, han perdido.

La primera revisión del PIB de Estados Unidos en el segundo trimestre arrojó un crecimiento de 4% -anualizado-, muy por arriba de lo esperado: 3.2%. Ciertamente es un buen dato, lo que permite pensar que el crecimiento para 2014 que el FMI pronosticó la semana pasada para la economía más grande del planeta (1.7%), más allá del dato final, puede ser rebasado.

El 1.7% de crecimiento anual para Estados Unidos en 2014, partió de la base que, en el primer trimestre de este año, su economía decreció -2.9%, dato que fue revisado a -2.1%, por lo que para llegar al 1.7% de crecimiento anual, la idea es que en los tres trimestres restantes, el crecimiento tendría que ser en promedio de 3%, más o menos. Y en el segundo trimestre, en principio (faltan dos revisiones) fue de cuatro por ciento.

Lo anterior desde mi punto de vista tendría que ser tomado como un dato positivo —muy—, pero parece que existe algún remanente de la idea de, si la economía va bien, entonces la Fed puede tomar posiciones de endurecimiento de la política monetaria, más pronto de lo esperado.

Lo anterior lleva a la decisión que hizo el Banco Central de Estados Unidos el día de ayer, que fue mantener el ritmo en el retiro de los apoyos monetarios. En este caso el conocido como “QE III”, pasando de los 35 mmdd, a 25 mmdd, en el mes de agosto. Me resultó curioso ver que alguno de los encabezados de las páginas especializadas en finanzas y economía, dijera: “No hay señal alguna de la Fed, sobre cuándo iniciará el alza de tasas”.

Nunca lo va decir. Entre otras cosas, porque no sabe cuándo lo hará, pues al igual que todos los demás, no conoce los eventos del futuro que definen las decisiones que hay que tomar y cuándo hacerlo. Es claro que ninguna autoridad va a aceptar públicamente que no sabe lo que tiene qué hacer en el futuro —más o menos próximo—, pero es obvio que es así y por ello no toma el riesgo de hacer declaraciones puntuales, que sería algo irresponsable, a mi juicio.

La Fed se muestra un tanto más positiva en cuanto al crecimiento en Estados Unidos y a la evolución de la inflación, que tiende hacia 2% anual y a la vez, hace ver que el nivel de empleo aún muestra síntomas de una baja utilización de la mano de obra. Por estas razones insiste la Fed en mantener una política monetaria relajada (sin mover la tasa de interés de referencia de los niveles actuales; 0–0.25%) por largo tiempo, lo que si bien es un concepto relativo, creo que no está hablando de los siguientes seis meses.

Sin embargo, los mercados aprovechan estas declaraciones para especular sobre la cuestión del timing de la Fed, cosa que me parece semiociosa. Pero nadie deja pasar la oportunidad de decir: si la Fed está más optimista, quizá la tasa de interés puede empezar a subir antes de lo esperado, lo que también me parece especulativo e irresponsable. Por su parte, los mercados reaccionaron con tibieza tanto al dato del PIB, como a la decisión de la Fed.

Hasta el momento, parece ser que los negociadores de Argentina no lograron llegar a un acuerdo con los tenedores de sus bonos, que no estuvieron dispuestos a aceptar los términos de la renegociación de su deuda, de los años 2005-2007.

Argentina se declaró en suspensión de pagos en 2001 y ahora está en una condición similar, aunque por otras razones. Las de ahora es que perdieron una resolución judicial por lo que parece.

No importan los términos con los que llamen a los acreedores que ganaron el juicio (los fondos “buitre”) o lo justo o injusto de la situación, según la óptica de los muchos que quieran mirar el asunto. Lo cierto es que los defaults de Argentina no son pocos y sus posturas no ganan en credibilidad. Creo que el impacto en las finanzas globales en esta ocasión será menor, toda vez que los tenedores de la deuda de ese país ya deben haber provisionado la posibilidad de un default.

Dígase lo que se diga, me parece lamentable la situación de Argentina, que a principios del siglo XX, era uno de los cinco países considerados como “potencia” económica. Es claro que ni Messi ni Maradona juntos, les pueden sacar del problema actual. Suerte.

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