Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

1 Ago, 2014

Bla bla bla, el arte perdido de las conversaciones de negocios Segunda de II partes

Mal dice el dicho: eres lo que comes. En el mundo actual eres lo que comunicas. Irónicamente la comunicación de negocios se ha visto a la vez beneficiada y afectada por todos los medios electrónicos. Por un lado se ha vuelto inmediata y costo-eficiente. Por el otro hemos perdido la capacidad de entablar conversaciones directas de negocios (más sobre este punto lo puedes consultar en la primera parte de esta columna en http://www.dineroenimagen.com/lideres/99).

Nos hemos acostumbrado a hablar HACIA la gente y no CON ella, porque esta es la manera en que funcionan los correos electrónicos y textos. El problema es que a la hora de tener que hablar con la gente en persona asumimos las mismas reglas y procedimientos que los que acostumbramos usar cuando tenemos una pantalla de por medio.

Para las nuevas generaciones, Millennials y Generation Z, las habilidades de comunicación interpersonal directa se vuelven cada vez más difíciles. Jóvenes que son capaces de programar complicados algoritmos enmudecen a la hora de tener que hablar enfrente de una persona.

¿Aprender o reaprender a comunicarnos en persona? Ya sea con clientes, con prospectos de clientes, con proveedores o con empleados he aquí unas claves, que nunca van a pasar de moda no importa cuánto evolucione la tecnología:

1. Escoge el lugar adecuado. Es un hecho que puedes mandar o leer un correo o un mensaje desde cualquier lugar, lo mismo NO ocurre con las conversaciones. Evita, por más tentador que sea, atentar contra la privacidad de la gente (no pretendas transformar un encuentro por causalidad o un evento social en el lugar para tener una plática) o de hacerlo en lugares o momentos en donde la situación, el tiempo o el espacio no concuerdan con el tipo de conversación que esperas tener.

2. Forma es fondo. Cierto, un mensaje lo puedes mandar en pijama mientras te ocupas de diez pendientes más y tienes un ojo al gato y el otro al garabato. Una conversación NO. Los cánones de educación aplican. Saludar de mano firme o beso en la mejilla, ver a los ojos a tu/s interlocutores, no masticar chicle, usar un tono de voz plácido y adecuado, son formas indispensables. Incluso si llegan a existir puntos de desacuerdo o momentos de enojo no pierdas la atención a las formas ni a la compostura.

3. Small talk. Empieza cualquier plática con un poco de comentario informal. Evita temas espinosos como política, religión… o futbol. Esto da la oportunidad de, en no más de dos minutos, sentar un ambiente relajado y de cordialidad. Algo muy útil no importa cuán ríspida sea la plática.

4. Llega a la conversación preparado. En una conversación frontal no tienes la ventaja de googlear o buscar archivos mientras platicas. Necesitas llegar a la plática lo más informado y al corriente posible para que ésta sea provechosa y que lleve a resultados concretos. Antes de cualquier encuentro pregúntate: ¿Qué quiero obtener? Tener esto en mente ayuda a estar más enfocado a lo largo de toda la conversación.

5. Habla y ve a todos. Si la plática es con más de un interlocutor procura ver a los ojos y hablar hacia todos, no hacia una sola persona, no importa que sea la de mayor rango. En las pláticas personales no hay tal cosa como tratar a una persona como el destinatario y a las demás como CC… dirígete hacia todos.

6. Escucha más de lo que hablas. Si oyes esperando el momento de contestar no vas a escuchar realmente (y tu capacidad de respuesta podrá no ser la más adecuada). Oye procurando, primero que nada, entender lo que la otra persona dice, haciendo las preguntas que creas necesarias. Una vez que tengas toda la información responde sin rebuscarte ni perderte en el “rollo”. Entre más seguro estés de tus respuestas, y más contundentes sean, menos necesitas elaborar.

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