David Páramo

Análisis superior

David Páramo

11 Ago, 2014

Concentrarse en productividad

En el debate que ha venido construyendo el gobierno de Miguel Ángel Mancera sobre la necesidad de incrementar el salario mínimo ha venido creciendo de una manera muy importante.

Cada vez son más las voces serias que piden una discusión mucho más grande. En los últimos días de la semana pasada, tanto el gobernador del Banco de México como el jefe del Servicio de Administración Tributaria hablaron de la importancia de incrementar la productividad antes de pensar sólo en el salario mínimo.

Quizá se tienen que hacer las siguientes consideraciones:

Primera. Quitar al salario mínimo, fijado por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, su carácter de unidad de cuenta para otros fines y que son una de sus principales anclas.

Segundo. Concentrar la discusión dentro de los salarios reales y no sólo en uno de los salarios que componen la economía.

Tercero. El verdadero debate debería ir en encontrar mecanismos para que el país deje de ser el menos productivo de la OCDE y esto se vea reflejado en los niveles de vida de todos los trabajadores.

Las reformas estructurales son una parte importante, pero se requiere aumentar de una forma seria la competitividad del país.

Rarezas

Es muy posible que recuerde que hace unas semanas Telefónica informó a las autoridades bursátiles de España que estaba en negociaciones para comprar una empresa de telefonía en México.

Lo que llevó a un rápido desmentido a través de Twitter por parte de Ricardo Salinas Pliego, quien dijo que más allá de los deseos que pudiera tener la empresa española de comunicaciones él no estaba dispuesto a vender su participación en Iusacell y que, por el contrario, gracias a la Reforma a las Telecomunicaciones estaba preparando nuevas inversiones en la empresa para crecer.

Los especuladores de siempre inventaron historias y hasta analizaron posibilidades; sin embargo, parecería que el asunto ya se les olvidó, puesto que en algunos momentos parecería que tienen reacciones de lagartija.

Cuando una empresa hace una revelación de este tipo es para que todos sus accionistas sepan la información y puedan tomar determinaciones, es decir, que no se utilice información privilegiada.

Si la operación, como hoy es evidente, se cayó, la emisora tendría que explicar al mercado que por más ganas que tengan, pues no tienen qué comprar en México y que los inversionistas de la emisora sigan bien informados.

Tradicionalmente, cuando se hacen estos anuncios es inminente el cierre de la operación. Si Telefónica no tuvo la capacidad de cerrar el trato, hace falta una revelación total.

Acusaciones

Dentro del sector turístico cada vez son más quienes están muy irritados con el grupo de empresas que encabezan los hermanos José Manuel y Jaime Gómez Vázquez Aldana, así como con sus descendientes Andrés Gómez Levy y hasta el yerno de Jaime, Felipe Arregui.

A través de la empresa Arva Ingeniería y algunas otras empresas en las que ellos coinciden como socios, han desarrollado un esquema muy dañino para propetarios de hoteles o quienes buscan desarrollarlos.

Su modus operandi es más o menos sencillo. Ofrecen construcciones y remodelaciones para las cuales piden muy cuantiosos adelantos y después no cumplen con sus obligaciones. Les acusan de usar materiales de mala calidad, obras inconclusas y, ante la queja, buscan cualquier cantidad de pretextos para terminar culpando al cliente a través de muy largos procesos judiciales en los que consumen el capital y los activos de quienes confiaron en ellos.

Esta forma de operación, que les ha funcionado a lo largo de una década, estaría llegando a su fin, puesto que algunos de los que se llaman a fraude han comenzado a tener victorias jurídicas y ya se han prendido luces de alerta dentro de la banca comercial, puesto que más que un grupo constructor parecería un esquema para dañar a los clientes. Habrá que estar muy pendientes.

Promulgación

El gobierno de Enrique Peña Nieto planteó una serie de reformas estructurales al comenzar su gobierno, las cuales, ha reiterado, son para pasar de administrar el país a transformarlo en su estructura.

El buen trabajo político y saber construir mayorías con la oposición (la hacendaria la hicieron junto con el PRD y la energética con el PAN) le permitieron tener todas las reformas que consideró necesarias en los términos en que fueron planteadas.

Con la promulgación, hoy, de las leyes secundarias a la Reforma Energética se puede establecer que se acabaron los pretextos para no romper el techo de un crecimiento promedio de 2.5% promedio durante la última década.

México realizó estas reformas en las mejores condiciones. No fueron para enfrentar una crisis derivada de problemas financieros, deuda o fallas en las finanzas públicas. El país se encontraba, al inicio de estos cambios constitucionales, en una buena situación, y de ahí que las reformas deban permitir un mayor crecimiento para la economía nacional.

Sin embargo, también se debe tener paciencia, puesto que una gran parte de estas transformaciones comenzará a dar plenos resultados en aproximadamente dos años, es decir, todavía en las elecciones del año próximo habrá muchos quienes traten de engañar diciendo que no se logró absolutamente nada.

El país debe crecer las siguientes tres décadas a un promedio de 4% o 5% anual si se mantiene el orden en las finanzas públicas y, además, se implementan bien las reformas.

Campo

Hace unas semanas le decíamos en esta columna que el año pasado el Presidente de la República decía en reiteradas ocasiones que la única reforma estructural que hacía falta era la del campo.

Sin embargo, el tema se fue apagando por la congestión legislativa y la necesidad de tener las legislaciones secundarias.

Señalamos que para hacer una transformación al campo el calendario comenzaba a ser verdaderamente complejo, puesto que el próximo periodo legislativo está cargado con el Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos donde, a pesar del compromiso autoimpuesto por la Secretaría de Hacienda, se estiman algunos ajustes importantes en materia fiscal para impulsar un mayor crecimiento de la economía.

El próximo año el tránsito legislativo será verdaderamente complicado, puesto que habrá elecciones una gran cantidad de propuestas populistas. Habrá que ver si Enrique Peña Nieto apuesta por una nueva reforma constitucional o se concentra en la ejecución de lo que ya se tiene.

 

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