Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

11 Ago, 2014

Enfrentemos un futuro más de nuestro tamaño con los instrumentos legales y económicos que nos demos

El mes de julio del año en curso vio el inicio del regreso de México a aspirar a ritmos más acordes con sus metas de crecimiento de largo plazo. En ello jugarán papel destacado actividades diversas como la industria automotriz, la construcción de vivienda, el turismo y el sector de los energéticos en petróleo, gas y muchos más.

Ya comentábamos en recientes semanas la imponente evolución de la industria automotriz que está situada en México con su nuevo papel de excepcional crecimiento por empresas ya existentes de todo el mundo, y con las que han iniciado su llegada para producir aquí, dado el cercano mercado que constituye Estados Unidos de Norteamérica.

Evidentemente, la parte más importante de este sector es la relacionada con los automóviles de diferentes tamaños, pero también destaca la producción de camiones de carga y de pasajeros grandes, que se han estado produciendo en México por años. Algunos provienen de empresas extranjeras y otras son proyectos locales en talleres de gran calidad y eficiencia.

Pero la economía mexicana es afortunada también por su diversificación en lo que produce. Por ejemplo, ya estamos viendo la industria aeroespacial, que no obstante de tener relativamente pocos años en el país, ya está iniciando la producción de partes de aviones y aviones pequeños, así como potentes motores para aviones grandes de cientos de pasajeros.

El tamaño y diversificación de nuestra economía da fortaleza y provee trabajadores para actividades de alta tecnología que se van a necesitar en mayores números, y en ello deberá jugar un papel principal la planta educacional del país que todavía requiere crecer y profundizar en sus conocimientos, disciplina y capacidad, donde se necesita orden y calidad.

Las reformas estructurales que se promovieron y las leyes que se promulgaron en los últimos dos años serán extraordinariamente valiosas e importantes para lo que viene y requiere México.

Por ejemplo, la eliminación que debe ocurrir en los dañinos controles monopólicos que han operado en el país restan competencia y obstaculizan el establecimiento de empresas nuevas que deberán introducir tecnologías novedosas y altamente productivas. La teoría económica, probada por la experiencia, siempre ha sostenido que los monopolios son un veneno para la eficiencia y el crecimiento de una economía, de manera que las reformas recientes son absolutamente necesarias para nuestro crecimiento futuro.

Tenemos la industria eléctrica que tendrá que crecer fuertemente en los próximos años, porque ya tiene un mercado cuyo gran tamaño y necesidades requerirán de acciones e inversiones para adecuarse a él, y en ello habrá, por necesidad, empresas con tecnologías y experiencias internacionales, que servirán mucho a México y a los mexicanos.

Se especula, por ejemplo, que pronto el costo de la energía bajará diametralmente y, por supuesto, basará su generación en las nuevas fuentes descubiertas de gas en el país que sólo tenemos que desarrollar y aplicar hidrocarburo tan barato para producir la energía eléctrica que necesitamos.

En la actualidad producimos electricidad con la quema de combustóleo, que es caro, genera humos sucios y contaminantes y tiene altos costos de transporte, cuando podríamos ahora utilizar el gas de nuevas y comprobadas fuentes.

Otro de los elementos que cambiará mucho nuestra realidad energética es que ya no necesitaremos del gran monopolio que en su momento histórico tuvimos que constituir para defendernos de la reinante y peligrosa realidad que enfrentaba un México rural, chico en población, e insuficientemente educada.

Para empezar, soltamos los amarres que no nos permitían actuar y con las nuevas leyes que nos hemos dado podremos actuar y defendernos con eficacia de las ambiciones de los abusivos de adentro y de los de afuera de nuestras fronteras.

No tenemos por qué temer el futuro. No estamos como el niño que por proteger los dulces de su piñata no se atreve a comer uno por temor a que le quiten los que con tanto ahínco abraza y defiende de los demás.

En el tema del petróleo crudo también tendremos seguridad y leyes que nosotros mismos nos hemos dado y que nos defenderán.

Tenemos que estar conscientes de que en petróleo y gas estamos rodeados de fuentes de los mismos energéticos que nuestros vecinos también tienen y en abundancia.

(*) Presidente de la Federación
de Colegios de Economistas
de la República Mexicana, A.C.

@acanovelez

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