Fausto Barajas

Fausto Barajas

12 Ago, 2014

La industria aeronáutica en México

La industria aeronáutica ha sido una de las más dinámicas dentro del sector manufacturero de México en los últimos años, ya que entre 2005 y 2013:

El valor de sus exportaciones se cuadruplicó al pasar de  mil 684 millones de dólares a cinco mil 463 millones, de las cuales 74.3% se enviaron a Estados Unidos y colocan a México como el sexto abastecedor del sector en ese país.

El número de empresas pasó de 61 a 287 unidades productivas, de las cuales 72% son pymes y 28% son grandes, en las que destacan Honeywell, Bombardier, Grupo Safran, EADS, ITP Ingeniería y Fabricación.

El empleo en el sector se cuadruplicó al pasar de diez mil a 43 mil personas, de los que cerca de 33 mil son profesionistas de alta especialización.

A pesar de este dinamismo aún es una industria joven con una baja importancia relativa en el entorno global: se estima que el valor del mercado mundial del sector asciende a 450 billones de dólares, de los cuales Estados Unidos genera  45%, mientras que México se ubica en el lugar 15 del ranking con una cuota de sólo 0.7 por ciento.

Dentro de la cadena productiva de la industria aeronáutica las empresas se pueden clasificar en:

Empresas integradoras (OEMs): ensamblan los aviones o helicópteros, fabrican algunas partes, diseñan y desarrollan nuevos modelos de avión.

Fabricantes de primera línea (TIER 1): proveen directamente a las OEMs, participan en algunos ensambles, manufacturan partes de alto valor agregado y de algunos subsistemas, por ejemplo: aeroestructuras, sistemas de aviónica, motores, turbinas, trenes de aterrizaje, fuselajes.

Proveedores de segundo nivel (TIER 2): se especializan en montajes de subensambles, en la fabricación de partes para aeroestructuras, para motores, para trenes de aterrizaje y para interiores del avión.

Proveedores de tercer nivel (TIER 3): son empresas pequeñas que manufacturan tornillos, cristales, cubreasientos, etcétera.

Para el caso de México, cuando la industria aeronáutica comenzó sus operaciones lo hizo fabricando ensambles y partes simples, posteriormente se enfocó en la manufactura de productos de mayor valor agregado como turbinas, fuselajes, arneses, trenes de aterrizaje, componentes de motores y maquinado de precisión. Sin embargo, está en una transición hacia una etapa en la que se pretende abarcar el ciclo completo de producción: desde el diseño e ingeniería, hasta llegar a ensamblar aviones completos. Y de manera paralela, otorgar los servicios de revisión, reparación y mantenimiento.

México cuenta con ventajas comparativas que lo han hecho atractivo para que empresas transnacionales del sector consideren no sólo montar líneas de producción, sino que recientemente lo han hecho instalando centros de desarrollo e ingeniería con la perspectiva de que el país se convierta en un productor de ciclo completo, de esas ventajas destacan:

Posición geográfica: se ubica junto al principal mercado aeronáutico, lo cual permite reducir costos por menores tiempos de entrega y de recorrido. Se estima que los costos de producción de México son inferiores en 21% a los de Estados Unidos y 11% menores a los de China.

Aumento de la mano de obra calificada: en la década pasada los ingenieros graduados promediaron un incremento anual de 7%, lo que implica 110 mil ingenieros por año.

Certificación de procesos y productos: el Acuerdo Bilateral de Seguridad Aérea entre México y Estados Unidos, otorga a ambos países la capacidad de certificación de piezas y componentes acordes con parámetros internacionales, lo que recorta los tiempos de proveeduría.

En México este sector es considerado estratégico para el largo plazo, por ello se han instrumentado medidas de apoyo y cooperación entre los distintos niveles de gobierno, los empresarios y las instituciones de educación superior, con el objetivo de situar al país dentro de los primeros  productores a nivel mundial.

Sin duda, esto representa beneficios potenciales porque al ser una industria que utiliza y desarrolla tecnología de punta, generaría una mayor cantidad de empleos altamente calificados y bien remunerados, sin embargo, un elemento clave es que no sólo se involucre cada vez más a empresas nacionales para que sean proveedoras de productos y servicios de un alto valor agregado sino que también se impulse y apoye su incursión en la fase de diseño e ingeniería, la cual prácticamente está acotada hoy en día a empresas trasnacionales.

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