Forme su propio equipo estelar

Supongamos que usted evaluó recientemente el talento de su compañía y encontró una abundancia de empleados de alto desempeño. Sin embargo, por alguna razón el desempeño general de la empresa no está donde debería ¿Por qué?

No basta con contratar a los mejores. Si queremos impulsar la productividad del capital humano de una organización, también hay que desplegar efectivamente a esa gente de alto rendimiento.

Una de las mejores formas de hacerlo es creando equipos estelares. Estos equipos permiten multiplicar las fuerzas: si ponemos, por ejemplo, tres jugadores A en un equipo, generalmente vamos a obtener más del triple del resultado.

Muchas compañías no sacan provecho de este efecto multiplicador de fuerzas pues les estorban sus prácticas organizacionales. A continuación le damos tres consejos para ayudarlo a superar esos obstáculos.

- Califique y recompense el desempeño del equipo. Algunas empresas califican a los individuos en relación con los demás y brindan recompensas desproporcionadas a los de mayor rendimiento. Esos sistemas de “calificación apilada” pueden parecer atractivos pero trabajan en contra de los equipos de alto desempeño.

Cuando hay una calificación apilada, los jugadores A generalmente se niegan a colaborar con otros jugadores de gran rendimiento por temor de que se vean afectadas su calificación y su compensación. Podemos escapar de esta trampa recompensando a los equipos, en lugar de a los individuos.

- Defina una meta que inspire. No puede asignar a los equipos de mejor desempeño en todas las tareas; simplemente no hay suficientes jugadores A para habérselas. Entonces, guarde esos equipos para tareas importantes para la misión y cerciórese de que todos los miembros entiendan la importancia de la tarea.

Si usted quiere que sus jugadores de mejor desempeño trabajen productivamente juntos y se olviden de sus egos, tiene que inspirarlos para que pongan a la misión en primer lugar.

- Ponga a los mejores líderes a cargo de los mejores equipos. Los buenos jefes sacan lo mejor de sus empleados haciendo que trabajen más productivamente. Veamos el caso de Ford Motor Co. en los últimos veinte años: hasta 2006 estuvo perdiendo un punto de participación en el mercado cada año. Después, Allan Mulally llegó a la dirección ejecutiva y, unos años después, Ford ya estaba ganando dinero y aumentando su mercado.

Sin embargo, el equipo de alta gerencia de Mulally estaba formado básicamente por las mismas personas que estaban ahí cuando Ford estaba luchando. La diferencia fue el liderazgo.

Las empresas que aprovechan la potencia de los multiplicadores de fuerzas pueden esperar incrementar significativamente la productividad de su capital humano.

Michael C. Mankins es socio de Bain & Co. reside en San Francisco y dirige la práctica organizativa de Bain en América.

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