Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

18 Ago, 2014

El IMSS se recupera y ¡¡no lo cacarean!!

Año con año, desde hace unos 20, se reporta que las finanzas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) están al punto de un colapso. Tampoco sería sorprendente encontrar que este año la creciente presión epidemiológica y la transición demográfica están imponiendo una fuerte presión a las finanzas del Instituto, y si bien el pasivo laboral —cal-
culado actuarialmente— es enorme y alcanza 1.67 billones de pesos, por primera vez en su historia, el año pasado, la administración no usó las reservas para subsanar el déficit.

Esto es algo “cacareable”, pero ni el mismo José Antonio González Anaya, su director general, lo publicita. ¿Cómo me enteré? ¡Limpiando el escritorio! Ahí llegó —confieso que no sé cuando— el Informe al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión sobre la Situación Financiera y los Riesgos del IMSS.

El informe es una preciosidad digna de análisis no sólo porque el IMSS ha sobrepasado la única meta del milenio (mortandad materna) que México no cumplirá en 2015, sino que disminuyó el uso de las reservas del IMSS y retrasó tres años o cuatro el momento de la crisis. En México, al cierre de 2013, el promedio nacional ronda el 40% de muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos; en el IMSS el indicador está en 26 por cada mil.

El análisis del informe sorprenderá para bien a instituciones como el IMCO, que encabeza Juan Pardinas, o del CIDAC, de Luis Rubio, además de Insyde, conducida por Ernesto López Portillo; el COMEXI, que preside Jaime Zabludovsky;el Fundar, a cuyo frente está Juan Pablo Guerrero; México Evalúa, que lleva Edna Jaime; el Centro Espinosa Yglesias, que lidera Amparo Espinosa, por citar a los “centros de pensamiento” que son reconocidos como tales en el ranking de la Universidad de Pennsylvania, con impacto nacional e internacional, por la calidad de sus análisis socio-económicos y de seguridad.

Por ejemplo: el total del patrimonio del IMSS en 2012 cerró en un déficit de 603 mil 250 millones de pesos, y para 2013, el déficit se redujo a 574 mil 732 millones de pesos.

En cuanto al uso de la reserva, en el periodo comprendido entre 2007 y 2012, pasó de un déficit de casi cero a 24 mil 568 millones de pesos que se tomaron de la reserva, y en el presupuesto de 2013, se preveía uso de reservas por 20 mil 309 millones de pesos, de tal suerte que se estimaba que para 2014 el IMSS dejaría de ser autosustentable financieramente por el uso de sus reservas.

La realidad es que el saneamiento financiero, combinado con una política de optimización de procesos médicos, de compra de suministros, aprovechamiento mejor de recursos humanos e infraestructura, la nómina ya no creció, las enfermedades críticas comienzan a caer y la reserva que se usó el año pasado fue de 11 mil 588 millones de pesos, la mitad del presupuesto y menos que el año anterior. Para este año se estima que en lugar de 20 mil millones se usarán 15 mil millones de pesos.

¿Cómo le hizo? Le puso freno a compras emergentes de medicamentos, mejora de administración de inventario, la más grande compra consolidada de medicamentos, cambio en la subrogación de servicios integrales, se introdujo la receta resurtible, se redujeron los trámites de incorporación y recaudación de 56 a 25 y aún van hacia abajo. Hoy hay pago referenciado de cuotas, se digitalizaron los trámites de alto impacto como la solicitud de citas, se sustituyó la compra de vehículos por arrendamiento de los mismos, revisaron rentas de inmuebles, se ha privilegiado en contratación a médicos especialistas, enfermeras y paramédicos.

De éstas, algunas acciones se pueden institucionalizar, pero la gran mayoría del ahorro prácticamente se ha realizado. Las presiones estructurales de las finanzas del IMSS están ahí y creciendo y lo que se ha hecho es empujar el momento de la crisis hacia 2016, cuando el agotamiento de la reserva del seguro de enfermedades y maternidad sea un hecho. Lo que se observa es la contención, no la solución del problema, pues el déficit global del IMSS alcanza 8.7% del PIB.

México es el único país de la OCDE cuyo secretario general es el mexicano José Ángel Gurría, que puede "cacarear” que su pasivo laboral federal “está bajo control”, esto es, dejó de crecer, producto de las reformas al régimen general de pensiones del IMSS (45% del PIB) en 1997 aunque iniciada en la administración de Salinas, con Pedro Aspe Armella, con la introducción del SAR.

El sistema de pensiones del ISSSTE que abarcó también la SCJN, banca de desarrollo y organismos autónomos en la administración de Calderón e involucró 22 puntos del PIB porque incluyó a todos los maestros más la UNAM; la modificación al régimen del sector eléctrico (al que aún le falta un último escalón) resuelve 7% aproximadamente; el pasivo laboral del IMSS, con el acuerdo de la administración de Calderón, que ha permitido que hoy, por lo que leí, de 430 mil empleados que tiene el Instituto, 170 mil se han incorporado al nuevo régimen de Afores y con expansión paulatina de la edad laboral.

De hecho, el único negrito en el arroz de este proceso que ha llevado 17 años es Pemex (esperemos en vías de solución), algunos regímenes privados como el del sindicato de sobrecargos y el de Telmex, ligados a procesos de privatización, además de estados y municipios. En conjunto es como 23% del PIB pendiente.

Pero, en todo caso, y volviendo al IMSS, la única solución visible parece ser fiscal, pues el sector patronal y el sector de trabajadores no parecen estar dispuestos a subir cuotas, la única forma real de fondear pasivos, a menos que parte de los impuestos se dirija obligatoriamente a ello.

Ahora, a quienes dicen que con la energética ya se le acabaron las reformas al presidente Peña, se les olvida que del punto uno al ocho de sus compromisos de gobierno, los largos, justamente incluyen la integración de un Sistema Nacional de Salud, tarea en la que están trabajando con la rectoría de la secretaria de Salud, Mercedes Juan, tanto el IMSS como el ISSSTE y el Seguro Popular.

El problema es que se pueden integrar, mejorar, procesos, pero si el IMSS tiene 70 millones de derechohabientes, de los cuales menos de la mitad paga por los servicios, algo similar le sucede al ISSSTE y el Seguro Popular es puro subsidio y está mal diseñado. Tarde o temprano tendremos que revisar el monto del pago de los servicios de salud, pues José Antonio, ¡es un gran genio, pero no es mago!

De antemano, y conociendo su sencillez, no entiendo por qué no cacarea el informe, pues leerlo produce una gran sacudida de conciencia cívica y social.

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