David Páramo

Análisis superior

David Páramo

20 Ago, 2014

La gran sombra

Nuevamente han resurgido las versiones en el sentido de que los accionistas de control de Grupo Financiero Banorte estarían cerca de tomar definiciones no únicamente sobre la distribución de la herencia de Roberto González Barrera sino en los primeros niveles del organigrama.

La primera parte es necesario bordarla con mucho cuidado. Los temas familiares sólo deben corresponder a sus miembros; inmiscuirse en ellos tan es una falta de respeto como un acto ocioso dentro del periodismo financiero.

Sin embargo, el producto de estas determinaciones tienen un impacto muy importante no sólo para el tercer grupo financiero del país sino para el único que se ha mantenido en el mismo grupo de control desde la privatización a finales del siglo pasado.

La segunda parte tiene que ver con la disputa, que ya comienza a hacerse añeja, entre el presidente del grupo financiero y su director general. Si cuando eran funcionarios públicos Alejandro Valenzuela era subordinado, algunos dirían casi entenado de Guillermo Ortiz Martínez, lo cierto es que no llegaron juntos a Banorte y, lo más importante, no forman parte del mismo grupo. Hoy el grupo financiero parece muy pequeño para los dos.

GOM

La presencia de Ortiz Martínez jamás ha sido cómoda para las autoridades, puesto que muchos fueron sus subalternos y otros se han ido cansando de que el regulado les trate de enseñar cómo hacer su trabajo.

Quienes creen que encontrará apoyo para mantenerse dentro de una empresa privada en el sector público se equivocan. Su permanencia depende mucho más en la manera en que se realicen no sólo los ajustes accionarios sino la distribución de roles de un grupo financiero que, en el fondo, sigue teniendo características de empresa familiar.

El presidente de Banorte tampoco es muy bien visto entre sus pares que le reprochan, cada vez menos en privado, actitudes y desplantes totalmente fuera de lugar como usar sus contactos internacionales para salirse con un capricho en un tema que sólo debió corresponder a los miembros de la Asociación de Bancos de México.

Curiosamente el mal ambiente que tiene entre sus pares está en las antípodas de la buena imagen que tiene Valenzuela, quien ha tenido que dedicar mucho tiempo a limar asperezas y llegar a acuerdos gremiales.

Hay quienes apuestan a que en esta definición quien prevalecerá es el director general quien, de muchas maneras, ha demostrado una gran capacidad como banquero. Incluso en el caso de salir, tendría una gran cantidad de ofertas.

Así que algunos se preguntan cuál podría ser el futuro de Ortiz Martínez si sale de Banorte. Difícilmente se le vería de regreso en el sector público, o  dentro del sistema financiero, o tal vez tendría que conformarse con su carácter de accionista minoritario y consejero de Banorte.

La gran sombra de Ortiz Martínez dentro del sistema financiero parecería que comienza a extinguirse.

Apagón

¿Recuerda la vehemencia con la cual la Procuraduría Federal del Consumidor se lanzó en contra de las líneas aéreas hace unos días en un operativo en el cual cerraron oficinas de boletos y de atención a clientes?

En esta columna establecimos que una de las hipótesis es que sólo se tratara de un acto de relumbrón por parte de Lorena Martínez, quien es vista por algunos como posible candidata al gobierno de Aguascalientes.

Decíamos que para determinar si esta hipótesis se confirmaría dependería de las siguientes acciones: si todo se detenía ante la fuerte reacción de las líneas aéreas extranjeras sin que hubiera acciones a favor de los consumidores, quedaría claro que sólo era un acto hacia las tribunas.

Como le informamos en este espacio, la reacción hizo que funcionarios de la Secretaría de Turismo y algunos gobiernos estatales mostraran, en privado, inconformidad por las acciones de la Profeco.

Quienes tienen la mejor voluntad sostienen que ha pasado muy poco tiempo para que se vean acciones a favor de los consumidores. En esta columna hemos sostenido que, efectivamente, se requiere mejorar la calidad de información a los consumidores sobre precios en casos como el cambio de boletos.

Sin embargo, parecería que no va a pasar absolutamente nada. Una serie de jugadas inútiles para la tribuna que no mejoran la calidad y oportunidad del servicio para los usuarios de las líneas aéreas.

Seamos claros, si después de este teatro y la reacción de los extranjeros no se da ningún cambio, pues se habrá demostrado que sólo fue un acto fallido de propaganda por parte de Martínez.

Primero

Hay legisladores del Partido Acción Nacional que evidentemente saben que es una barbaridad populista de su líder, Gustavo Madero, pretender aumentar el salario mínimo con una consulta popular y llevarlo a un nivel incluso superior al promedio de cotización que tienen los trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social.

Saben que hacerlo, no sólo es ir en contra de sus principios sino establecer las bases para una crisis económica que destruiría años de estabilidad financiera en los que ellos fueron sumamente importantes.

Sin embargo, juegan a la política. No lo ven como una propuesta seria sino como un mecanismo para buscar simpatías populares. Independientemente de que se trata de un lamentable error de cálculo al acercarse a una propuesta del PRD que, dicho sea de paso, sí está bien construida aun cuando se requiera un larguísimo debate.

Dentro del PAN hay legisladores que evidentemente están de acuerdo con los argumentos que han dado el Banco de México, el gobierno, líderes empresariales y sindicales; no obstante, parecería que les falta valor para hablar en contra de la que eligieron como su voz de mando.

Será interesante ver quién o quiénes son los primeros en ser fieles a sus principios económicos y no a la burocracia partidista. La estrategia populista del PAN no les va a dar votos en las próximas elecciones e incluso les hará perder entre aquellos quienes los ven como un bastión de las políticas económicas correctas.

Habrá que ver si alguno o algunos de logran recuperar el respeto personal y no ser juguetes de una estrategia populista diseñada para fracasar en medio de un partido que se descompone de manera muy acelerada.

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