¿Por qué el petróleo está en calma si hay guerra en Irak?

El aumento de la producción de crudo de EU ha propiciado alternativas en insumos energéticos, lo que convierte al combustible en un bien menos inelástico y frágil a los shocks globales
Economía -
¿Por qué el petróleo está en calma si hay guerra en Irak?

Por José Miguel Moreno*

Ahora, con la Reforma Energética recién aprobada en México, todos hablan del petróleo: de las oportunidades de inversión que se abren, de los recursos que generará, del enorme potencial de producción de crudo, del impacto que tendrá la reforma sobre el crecimiento económico, y de cómo una mayor competencia reducirá los precios de los combustibles.

En general, los precios han permanecido bastante estables en lo que llevamos del año, incluso esa estabilidad es aún más sorprendente si tenemos en cuenta los conflictos geopolíticos que merodean por el mundo.

En el caso del West Texas Intermediate (WTI) que sirve de referencia en el mercado estadunidense, el promedio en lo que va del año es de 100 dólares el barril, cifra mayor en dos dolares respecto a 2013.

Para el Brent, crudo de referencia en Europa, el precio promedio en 2014 es de alrededor de 108 dólares, similar al observado en 2013.

Antecedentes bélicos

¿Cómo se explica esa calma si hay ruido de cañonazos y bombas en Irak, un país que bombea 3.3 millones de barriles diarios, y que lo convierte en el segundo mayor productor de petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) detrás de Arabia Saudita, y el séptimo del mundo? ¿Acaso en el pasado los precios del petróleo no volaban en cuanto se hablaba de guerra en Irak?

Al menos, la volatilidad del petróleo se extremó en las dos anteriores guerras en las que estuvo implicado Irak, la de la Guerra del Golfo Pérsico de 1990 (Bush padre) y la de la Guerra de Irak de 2003 (Bush hijo). En la Guerra del Golfo, que estalló el 2 de agosto de 1990, en respuesta a la invasión y anexión de Kuwait perpetrada por el Irak de Sadam Husein, el alza del precio del crudo fue virulento.

En ese entonces, el WTI pasó de un mínimo de 15.30 dólares el barril el 20 de junio, antes de la guerra, a un máximo de 40.42 dólares cuatro meses después, el 11 de octubre, lo que suponía un incremento de 164%. El mismo comportamiento se observó para el barril de Brent.

Mientras que la invasión de Kuwait por Sadam Husein fue un acto bélico sorpresivo que provocó una reacción inmediata en el precio del petróleo, en la Guerra de Irak de Bush hijo el ambiente se fue caldeando desde mucho antes: todo empezó desde el ataque a las Torres Gemelas en septiembre de 2001, la consiguiente Guerra en Afganistán, y las acusaciones de Estados Unidos de que Irak poseía armas de destrucción masiva, aunque las inspecciones por parte de las Naciones Unidas no encontraron ninguna evidencia. Pero la escalada de tensiones se fue reflejando en los precios del petróleo desde noviembre de 2002 hasta prácticamente el estallido de la guerra el 20 de marzo de 2003.

Así, el WTI se elevó desde 24.12 dólares el 6 de noviembre de 2002 a una cotización de 37.83 dólares el 12 de marzo, ocho días antes de que se percibiera que la guerra era inminente, lo que representó un aumento de 57 por ciento.

A partir de entonces entró en un rápido declive y el 21 de marzo, un día después de que iniciaran los ataques, el WTI cotizaba en 26.91 dólares el barril, lo que implicaba un derrumbe de 29 por ciento. A partir de ahí se estabilizaría e iniciaría una senda alcista para terminar el año en 32.52 dólares el barril. El comportamiento del Brent fue similar.

Comportamiento reversible

¿Qué ha pasado en la actual Guerra de Irak, la que han provocado los extremistas suníes tomando algunas de las ciudades más importantes del país frente a la impotencia del gobierno iraquí, de orientación chií, y de los kurdos? Desde luego que un comportamiento mucho menos errático y en el que ha prevalecido, más que un movimiento al alza en los precios del crudo, una sustancial caída tan pronto como se hizo patente que Estados Unidos podría intervenir con ataques aéreos. Es cierto que los precios se presionaron conforme los yihadistas lanzaban su ofensiva contra las ciudades del norte del país, llevando tanto al WTI como al Brent a sus máximos del año. Así, el pasado 20 de junio, el WTI tocaba una cotización de 107.26 dólares. Pero durante estos dos meses, el precio se ha derrumbado 12 por ciento y el martes pasado cerraba en 94.48 dólares el barril. El Brent, que ese día acabó en 101.56 dólares, terminó en su nivel más bajo del año.

Contención e precios

¿Qué explica esa relativa calma del mercado petrolero? Creemos que hay dos razones coyunturales, relacionadas con la guerra de Irak en sí, y otras dos razones más de fondo, estructurales, que en el mediano plazo podría reconducir los precios del petróleo a niveles más bajos de los que se han observado en los últimos años. 

La primera razón coyuntural es geográfica: las principales reservas petroleras de Irak se encuentran en el sur del país y hasta ahora el conflicto se ha concentrado en el norte, en torno a Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, y Erbil, la capital de Kurdistán. El norte sólo concentra alrededor de 15 por ciento del petróleo iraquí, sobre todo en el área de Kirkuk.

La segunda razón coyuntural es que por primera vez una intervención militar de Estados Unidos en Irak ha sido bien recibida por sus enemigos tradicionales. Obama atacó para apoyar a sus aliados kurdos. Pero esta vez lo hizo con la aquiescencia del gobierno de Irak, que se veía sobrepasado por los extremistas islámicos (aunque forzó la salida del primer ministro Nuri Al Maliki), así como de los chiíes de Irán y de Siria. Eso hace pensar que será más fácil contener a los yihadistas sin producirse represalias ni nuevos riesgos de desestabilización en la región.

Sin embargo, más allá de la guerra de Irak, creemos que hay otras dos razones de fondo que son más importantes para explicar esta inusitada paz petrolera.

La primera es el boom energético de Estados Unidos, lo que ha reducido la dependencia energética del mayor consumidor de petróleo respecto a los avatares de Oriente Medio. Según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), la producción de petróleo estadunidense durante el segundo trimestre fue de 13.6 millones de barriles al día, o un incremento de 50 por ciento respecto al segundo trimestre de 2009.

De hecho, eso ha permitido que Estados Unidos posea un importante colchón de crudo que le permite afrontar con menos aspavientos los shocks de oferta resultado de insurrecciones y sabotajes en Oriente Medio.

A su vez, y como segunda razón de fondo, Estados Unidos y otros países desarrollados han ido incrementando los estándares de eficiencia en las industrias intensivas en petróleo, han buscado alternativas energéticas al oro negro, y han concentrado su crecimiento en sectores menos intensivos en petróleo como servicios y bienes de alta tecnología. Eso ha permitido ir reduciendo el ratio entre el uso del petróleo y su Producto Interno Bruto (PIB) real.

Estabilidad y oportunidad

En consecuencia, Estados Unidos produce más crudo (ya es el segundo más grande del mundo), hace un mejor uso de él, y ha procurado alternativas como insumos energéticos, lo que convierte al petróleo en un bien menos inelástico y frágil a shocks. Lo mismo se puede afirmar a escala global. En ese sentido, México, con la Reforma Energética, se apunta al auge de las inversiones petroleras que se han venido produciendo a escala global en los últimos años.

Desde el origen de la industria petrolera, con John D. Rockefeller y Standard Oil, el poder de mercado estuvo en manos estadunidenses. Así fue hasta los años 70, cuando la OPEP pasó a dominar el mercado y los precios. Hoy trata de recuperar esa hegemonía, y de lograrlo contribuirá a estabilizar los precios, como hemos ejemplificado con el actual episodio de la guerra de Irak. De hecho, nos tememos que esa ampliación de la capacidad de producción petrolera junto con el desarrollo de alternativas energéticas y una política restrictiva de la Reserva Federal de EU (Fed) significará, en el mediano plazo, una tendencia a la baja en el precio del crudo.

* Director de llamadinero.com

 

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