Un paso importante

No hay duda que el gobierno del presidente Peña Nieto ha logrado pasar las reformas que se habían planteado en los últimos años y que éstas ya son constitucionales. También es cierto que el PRI con astucia y disciplina se va a colgar los medallas en este sexenio ya que los gobiernos panistas fueron sutilmente bloqueados para que estas leyes no fueran aprobadas. Ni modo, pero ya que se ha dado este paso legislativo ahora viene lo bueno, que es su correcta implementación y el control de las diferentes instancias de gobierno y la sociedad civil para que no haya desviaciones, sabotajes y la menor corrupción posible (eliminarla está en chino, pero hay que seguir trabajando en este rubro).

Sin embargo, como soy algo escéptico, a pesar de mi optimismo natural, voy a poner en la mesa algunos asuntos:

Reforma Educativa.- Lo bueno es que se empieza a limpiar este elemento clave para que lleguemos a ser un país sano y menos contrastante. Se trata de sanear las finanzas, hacer   evaluaciones a docentes para mejor capacitarlos, usar más tecnología y mejorar la calidad. Hay organizaciones que están cuidando el manejo de los recursos y  denunciando los abusos a que hemos sido sujetos por autoridades y sindicatos. Esta reforma debe dar frutos pronto.

Lo malo es que en los estados más pobres del país la situación sigue empeorando, en nombre de un acto de dizque defensa de nuestras culturas y tradiciones, hay cada vez más destrozos, rapiña y violencia que no pueden controlar gobernantes débiles. Estamos replicando la situación de pobreza de siglos y los estudiantes que logran terminar sus estudios se encuentran en total desventaja sobre otras entidades, lo cual es muy injusto. No aceptar la Reforma Educativa es condenar a millones a la ignorancia. Ni siquiera para apoyar para aquellos(as) que quisieran probar su creatividad y ser emprendedores que no cuentan con conocimientos básicos y son vistos como personas desleales  ante los demás alumnos. Es una verdadera tragedia.

Reforma de Telecomunicaciones.- Lo bueno es que la legislación parece ordenar un sector que se había vuelto caótico y donde hay múltiples intereses creados y en busca de mayor poder y control del mercado del que ya se tiene. Esta reforma limita poderes y abre la puerta a otros tiradores en un mercado cuyo crecimiento es explosivo.

Lo malo es que los actores principales están buscando salidas tácticas y estratégicas para, por un lado no perder poder y por el otro bloquear el paso a otros grupos, además de que estos ramos son de muy alta inversión de capital y recursos humanos especializados y no hay tantas empresas con estas características. El cambio es radical, pero es a largo plazo y lleno de peripecias que hay que controlar de manera continua.

Reforma Energética.- La buena es que esta reforma es un terremoto que va por fuerza a cambiar dogmas otrora inamovibles y que aunque haya detractores de buena fe (y otros por fines electorales) es indispensable ante la situación mundial. Con el Oriente Medio hecho un polvorín y otros países incrementando la producción de petróleo y gas por diversas fuentes, nosotros nos estamos acabando las reservas y sin explorar por falta de fondos y tecnología de punta lo que aún tenemos, nos quedamos muy rezagados y vulnerables ante el mundo.

Lo malo es que hay que hacer una limpieza de fondo a los participantes de estos sectores energéticos y que son responsables de muchos actos ilegales. Además que los que vienen a competir no son ningunas peritas en dulce.

Hay oportunidades para los emprendedores en todas las ramas y reformas aprobadas.