Enrique Castillo-Pesado

Ficción financiera

Enrique Castillo-Pesado

23 Ago, 2014

128 millones de dólares ingresó Sophia Amoruso (“empecé en un cobertizo”); 80 empresas se interesan en invertir en energía

Nuestra conocida Sophia Amoruso nunca ha salido de Stanford, Yale o Harvard. A ella la conocí en una cena en el Beverly Wilshire de Los Ángeles y no es persona que ame la informática o la ingeniería. Lo suyo es la industria de la moda. Su singular perfil destaca en la leyenda de Silicon Valley. Es guapa y apenas cumple 30 años. Dejó los estudios y apunta que no fue a la universidad. Por ende, al empezar esta nota hablé de las universidades que siguen sus tendencias de la moda. Me acuerdo —hace unos años— cuando creó un negocio en un cobertizo rentado y, actualmente, suma ingresos por 128 millones de dólares anuales.

Ella es el último éxito del fondo de capital/riesgo Index Ventures (algunas de sus inversiones más famosas: Etsy, Skype y SoundCloud) y, por supuesto, es propietaria de una marca que nació en eBay, promovida gracias a las redes sociales y que ha continuado por clientes que han sido fieles a su creatividad y que consultan sus páginas muchas veces diariamente.

Durante los últimos siete años lanzó —prácticamente en solitario— un espacio de ropa online que está dispuesta a “poner el mundo patas arriba”. Ahora acaba de publicar su historia en #Girlboss, un excelente libro que ella reconoce así: “Henry, es un texto a medio camino entre una biografía mía y asesorías o secretos para encontrar el secreto del éxito”.

En las cenas en la que estuvieron presentes los actores mexicanos Darren Ramírez, Jorge Rivero, además de Azita viuda de Mújica, Jorge Burillo y Lourdes de Burillo, entre otras personas, Amoruso demuestra conocer a sus seguidores o clientes, que ella misma describió —o analiza—como una “generación de internautas consentidos”. Luego prosigue: “Henry, nosotros pensamos in fast way —rápidamente—, escribimos —también— muy rápido, nos movemos rápido y sabemos que todo va a suceder ¡a la misma velocidad!”. Para mí, ella es fruto de la cultura de los enlaces y las compras finiquitadas con un clic. Amoruso (nombre italiano o de broma, “¿así le dices a quien te cobija?”, y ríe desenfrenadamente) sabe que sus fans dedicarán segundos a elegir una prenda. Sus experiencias en la fotografía, subraya, le garantizaron el reinado de esas imágenes en miniatura que se convirtieron en el catálogo moderno de lo que debe ser la moda internacional.

Pero la férrea competencia en eBay y su rebeldía e incumplimiento de las normas de uso terminaron con su expulsión del sitio, confiesa, por realizar lo que mejor se le daba, “lograr publicidad gratuita” (a mí lo mismo me pasó en las épocas de gloria de El Universal), al ubicar links con la ropa (“o prendas”) que vendía en su página personal.

   O sea, ella misma se convirtió en marca (¡gulp!, “sin pretenderlo”, a mí me pasó cuando creé mis propias corbatas), un mes después tenía su propia tienda online (como también lo hace la coleccionista y diseñadora mexicana Maru Alonso, desde Tepoztlán, Morelos, con sus vasijas de barro de formato grande), shopnastygal.com-nastygal.com continúa siendo una página porno, coincidencia que le obstaculizó algunos acuerdos comerciales en sus inicios. A partir de ahí, Sophia Amoruso supo crecer a la velocidad con la que su empresa ha batido récords.

Una jefa que ¡se pasea por las nubes!

En 2013, Christina Ferrucci me informó que “mi jefa, la Amoruso ocupó las páginas de Forbes, además de que también Entrepreneur le dedicó portada y un artículo extenso”. Y también entró en la lista de CNN de los 40 empresarios por debajo de los 40 y de la Inc. De los 30 líderes que no han llegado a la treintena, y Nasty Gal fue designada “la tienda de ropa más rápida de Estados Unidos”. Nunca se propuso hacerse rica, porque durante años aborreció el capitalismo y lo que ella ahora representa (“la primera prenda que vendí era ¡robada!).

   Ahora acaba de hacer un autostop de una metrópoli a otra. Hoy no pide disculpas por haberse ubicado al otro lado de la historia ni por las limusinas, residencias palaciegas, autos costosos, playas, desde las que ella misma posa en sus hermosas fotos de Instagram. Y para resumir, ella creyó en lo que era su pasión: moda internacional elegante, cómoda y accesible. A muchas mexicanas como Kena Moreno, Gina Ureta Moreno, Rebeca de Alba, Niobe López Ostoloza, Cristina Pineda, Sarita Galindo, entre otras, les hubiera fascinado no sólo entrevistarla, sino —¿por qué no?— ¡seguirla! En MySpace aprendió a estudiar a las mujeres que ahora lucen sus prendas.

De América, Asia y Europa, se interesan en invertir en México

Empresas como Petrochina, Royal Dutch Shell, Petrobras, ENI, Chevron, Exxon, Mobil, entre otras que rebasan las 80 empresas más célebres del mundo, han informado que “están interesadas en invertir en México, en el sector energético”. Así lo firma Gustavo Hernández, director de Pemex Exploración y Producción. Sabemos que en noviembre/diciembre, las mencionadas instituciones alzarán la mano, cuando ya se hayan anunciado las bases de la ronda uno, que contempla más de 165 áreas de la República Mexicana “para la exploración y extracción de hidrocarburos: gas natural y petróleo crudo”, donde podrán participar en forma de asociación o individualmente con Petróleos Mexicanos.

Hernández subrayó que “aunque son varias empresas las que están interesadas, Pemex busca asociarse con las que tengan proyectos exitosos en aguas profundas dentro del Golfo de México. Y sé que la Comisión Nacional de Hidrocarburos indicará quiénes serán los triunfadores del proceso licitatorio como lo establece la ley. Of course, Hernández confesó que “no con todas tenemos el interés para aguas profundas; nos interesa buscar socios que sean triunfadores en aguas profundas en el Golfo de México; la que elija al socio triunfador va a ser la mencionada Comisión que es la que define la ley”.

Otras empresas que desean invertir en energéticos

En la lista de empresas que desean invertir también están la noruega Statoil; la cubana Cubapet; la colombiana Ecopetrol, además de Petronas, Pedevesa, Saudiaranco, Apache y Anadarko. Para finalizar con este tema en el que también ha recibido mensajes y parabienes internacionales nuestro conocido Emilio Lozoya, me enteré que en proyectos de energía, Grupo Financiero Santander (léase: Emilio Botín) invertirá 65 mil millones de pesos. Y hasta la próxima, ¡abur!

 

 

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