Para entender el PIB de México y los ciclos económicos

La economía va de salida del bache, como atestiguan cifras. De hecho, varios sectores y acciones juegan en favor de la recuperación como el de la vivienda, construcción y la ejecución de la inversión pública
Economía -
Luis Videgaray, titular de Hacienda, mantuvo en 2.7% su meta de crecimiento para 2014. Foto: Diego Mateos/Archivo
Luis Videgaray, titular de Hacienda, mantuvo en 2.7% su meta de crecimiento para 2014. Foto: Diego Mateos/Archivo

CIUDAD DE MÉXICO.- La semana pasada el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó el Producto Interno Bruto (PIB) para el segundo trimestre del año. La principal lectura que se extrae del dato es que México, por fin, está saliendo del bache económico que entró a inicios del año pasado.

Es cierto que el PIB, en términos anuales, se desaceleró de 1.9 por ciento en el primer trimestre a 1.6 por ciento en el segundo. Pero ese menor ritmo de actividad se debió, en esencia, al efecto calendario: este año se celebró la Semana Santa en abril, en contraste con 2013 que se festejó en marzo. En consecuencia, este trimestre tuvo menos días laborales, lo que se dejó sentir, sobre todo, en la actividad industrial de abril.

Así, el sector secundario, que engloba las actividades de manufactura, minería, construcción y servicios públicos y que representa en torno a 33 por ciento del PIB, se desaceleró de 1.8 por ciento en el primer trimestre a uno por ciento en el segundo. En ese sentido, la manufactura, que explica la mitad del comportamiento del sector secundario, frenó su ritmo de crecimiento de 4.4 por ciento en el período enero-marzo a 2.4 por ciento entre abril y junio.

Por otro lado, el sector terciario, con un peso algo por encima de 60 por ciento en el PIB, también tuvo un comportamiento un poco peor en el segundo trimestre: creció un moderado 1.8 por ciento frente a una tasa de 1.9 por ciento en el primero.

Escenario moderado

Con la tasa de crecimiento del PIB de 1.6 por ciento en el segundo trimestre, la economía mexicana durante la primera mitad del año creció 1.7 por ciento. La tasa vuelve a resultar decepcionante, más si se tiene en cuenta que se suman ya tres semestres consecutivos con tasas de crecimiento inferiores a dos por ciento. Con esto se quiere expresar que la economía atraviesa la peor racha desde que salió de la “Gran Recesión” global de 2009.

El flojo desempeño de la economía durante este año y medio hay que atribuirlo, fundamentalmente, a causas internas. El caso más dramático es el de la construcción, que se derrumbó durante este año y medio como resultado del cambio del modelo de vivienda y del subejercicio del presupuesto destinado a la inversión pública tras el cambio de administración. Pero a su vez, el consumo privado se moderó con la Reforma Fiscal una vez que el aumento de impuestos y al alza de los precios redujo la renta real que los consumidores disponían para gastar en bienes y servicios;  y el gasto en inversión se paralizó por las reformas al sector energético y de telecomunicaciones hasta que no se conocieran bien a bien las leyes secundarias y las implicaciones sobre sus negocios.

A todo esto hay que añadir que el crecimiento de Estados Unidos fue tenue y tuvo un primer trimestre del año aciago por los temporales de frío y nieve, lo cual limitó el auge de las exportaciones mexicanas.

Mejores expectativas

Dicho esto, las perspectivas para la segunda mitad del año son más halagüeñas. Para empezar, la economía mexicana ya va de salida de este bache, y así lo atestiguan las propias cifras del PIB cuando se miden las tasas de crecimiento respecto al trimestre inmediatamente anterior y se extirpa todo el ruido provocado por el cambio de estaciones. Observado de este modo, el PIB del segundo trimestre reflejó una significativa mejoría. 

En este caso, el PIB se expandió a una tasa de 1.04 por ciento respecto al primero, notablemente superior a la tasa de 0.44 por ciento del primer trimestre. Por componentes, el sector terciario o de servicios avanzó 1.07 por ciento frente a 0.37 por ciento del primer trimestre, en tanto el sector secundario se aceleró con una alza de uno por ciento, comparado con el alza de 0.43 por ciento del trimestre previo.

Fortaleza interna

Esa tendencia de mejoría se debe de fortalecer en la segunda mitad de 2014, pues varios factores juegan a favor de la economía mexicana. El sector vivienda ya tocó piso, y la ejecución de la inversión pública en el segundo semestre se acelerará una vez que vayan concluyendo las etapas de licitaciones y se inicien las obras. Eso hace pensar que el sector de construcción, luego de siete largos trimestres de contracción en su tasa anual, contribuya al crecimiento económico a partir del actual trimestre.

Por otro lado, el consumo privado da indicios de reactivarse conforme se desvanecen los efectos negativos de la Reforma Fiscal, y la inversión despertará una vez que las principales reformas del Pacto por México ya tienen luz verde. Además, la economía de Estados Unidos se muestra vigorosa y fuerte de cara a la segunda mitad del año, lo que alentará las exportaciones mexicana, que se han ido robusteciendo en los últimos meses.

Confianza

Basadas en esas perspectivas, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) mantuvo su pronóstico de crecimiento económico de 2.7 por ciento para todo el año. A su favor juega el hecho de que la base de comparación para este segundo tramo del año es baja, y cualquier mejoría relevante se verá reflejada en tasas de crecimiento potentes.

Sin embargo, para cumplir el objetivo de la SHCP, y partiendo de la tasa de 1.7 por ciento del primer semestre, se precisaría que la economía se expandiera 3.65 por ciento durante el segundo semestre, algo que nos parece demasiado optimista.

Quizás durante la segunda mitad del año el crecimiento ronde tres por ciento, lo que implicaría una tasa de alrededor de 2.3 por ciento para el PIB de todo el año.

* Director de llamadinero.com

 

El riesgo de los ciclos

En el corto plazo la economía luce bien. Tras este tropiezo de año y medio, las perspectivas son prometedoras. Ahora bien, nos tememos que para un futuro no muy lejano, la economía atraviese otro bache más severo que lo puede hacer caer de nuevo en recesión. Y esta vez el drama vendrá de afuera.

Los ciclos son los ciclos, y la realidad económica no puede escapar a ella. Los hechos suelen ser tozudos y tienden a repetirse. De hecho, nuestro destino económico suele estar ligada a la suerte de Estados Unidos.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha registrado 11 ciclos económicos expansivos, y su duración promedio es inferior a cinco años. El ciclo más largo fue el de los años noventa, que se prolongó durante diez años, cuando se habló de un nuevo paradigma en el que, debido a los cambios tecnológicos, la economía podría crecer de manera indefinida. Esa tesis se topó con el estallido de la burbuja del Nasdaq y la recesión de 2001. 

En Estados Unidos, la “Gran Recesión” acabó en junio de 2009. Desde entonces la economía crece, y hasta la fecha el ciclo dura 5.2 años. ¿Cuánto más puede durar este ciclo? ¿Un par de años más?.

Crisis y debilidades estructurales

Las últimas recesiones, además, han estado ligados al estallido de burbujas en los mercados financieros: la recesión de 2001 estuvo asociada a la burbuja que se creo en la bolsa de empresas tecnológicas Nasdaq, y la “Gran Recesión” al estallido de la burbuja de crédito y riesgo que se conformó en el mercado de las “hipotecas basura” y se propagó a todo el sistema. Y esos ciclos financieros afectaron a la marcha de la economía mexicana.

El rompimiento de la burbuja del Nasdaq implicó que se rompiera bruscamente el acelerado crecimiento de la economía al final del sexenio de Zedillo, y se pasó de una tasa de 5.3 por ciento en 2000 a una tasa negativa de 0.6 por ciento en 2001, en el primer año de Fox.

Ya en el sexenio de Calderón, el estallido de la burbuja hipotecaria implicó que la economía se despeñara 4.7 por ciento, la peor recesión desde la devaluación del peso en 1995, cuando el PIB se desplomó 5.8 por ciento.

A Fox y a Calderón les tocó lidiar con una crisis financiera global que se tradujo en recesiones. La semana pasada, el S&P 500 logró un nuevo máximo histórico. Bajo cualquier medición, la bolsa de Estados Unidos está cara, salvo cuando se compara contra los picos de anteriores burbujas. Como dice un buen amigo, “la bolsa no está barata, pero puede seguir subiendo”. ¿Hasta cuándo pueden seguir trepando las bolsas de Estados Unidos? ¿Cuándo terminará este mercado “bull”? ¿Cuándo se quebrará el actual ciclo expansivo de Estados Unidos que ya dura más de cinco años? ¿Le tocará también a Peña Nieto otra crisis global...? Muchos años quedan hasta 2018.

 

 

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