Rodrigo Pérez-Alonso

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Rodrigo Pérez-Alonso

27 Ago, 2014

Bandas de banda ancha

En Estados Unidos el cuarto mayor operador de telecomunicaciones se ha visto en dificultades para mantenerse a flote. Al igual que Nextel en México, esta compañía se ha visto plagada por prácticas de administración ineficientes y dudosas, costos enormes por la adquisición de espectro radioeléctrico, una rápida transformación y consolidación del mercado de telefonía móvil y una competencia feroz.

Al igual que Nextel en nuestro país, la compañía se durmió en sus laureles con servicios obsoletos, mal servicio al cliente y ofertas de productos nada atractivas para el consumidor; en otras palabras, se las comió el mercado. Así T-Mobile es un caso paradigmático del tortuguismo en un mercado que se mueve a la velocidad de la luz. Para lidiar con estos y otros problemas, T-Mobile ha buscado desde fusionarse con otras compañías como Sprint y AT&T hasta ofrecer servicios innovadores para los consumidores a precios muy accesibles. Es quizás por ello que la guerra de precios en servicios de telecomunicaciones ha sido tan agresivo en los últimos tres años. Justo ahora T-Mobile anuncia planes de telefonía y banda ancha de menos de 60 dólares cuya característica particular es que la música y videos que se bajan en streaming no cuentan para el límite del plan de datos del consumidor.

Es interesante así que en un mercado tan competitivo como éste, una compañía que está peleando por sobrevivir ahora ofrece servicios innovadores de acuerdo con los deseos del consumidor. En este caso, contrario a la tendencia de mercados capturados como el de México, la telefonía móvil en ese país se está moviendo rápidamente a ofrecer streaming de contenidos audiovisuales, un mercado que por sí solo está causando disrupciones en la industria de la música. Los servicios de banda ancha (y streaming de contenidos audiovisuales) han ido sustituyendo así a los servicios de voz tradicionales de la telefonía móvil.

Para botón de muestra, Spotify y Pandora, dos compañías de streaming de música, generan más de 500 millones de dólares en ingresos anuales de la publicidad y las suscripciones, pero representan alrededor de 40% de la utilización del ancho de banda en horas pico en Estados Unidos, tendencia que se irá aumentando. Sin embargo, ambas compañías comparten el mismo problema: el número de usuarios suben y los ingresos aumentan posteriormente, también lo hacen los derechos de licencia y otros costos como el pago a los operadores de telecomunicaciones.

Es por ello que estamos ante un cambio de paradigma de la industria de telecomunicaciones ante los servicios de streaming. Las descargas de música legales han bajado para sustituirse por servicios como Pandora y Spotify. Sin embargo, si bien estas empresas han mostrado un crecimiento notable de sus ingresos, ambas están lejos de ser rentables. Las pérdidas de Spotify ascendieron a aproximadamente 80 millones de dólares en 2012, mientras que Pandora perdió 41 millones de dólares en el último año. El otro tema relevante de ello son los arreglos a los que deberán llegar estas compañías con operadores de telecomunicaciones, rompiendo así los principios de no discriminación del tráfico en las redes de estos operadores.

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