Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

28 Ago, 2014

Impacto de las decisiones del BCE

En el reciente “simposium”  económico que se realizó en Jackson Hole —al cual asistieron los banqueros centrales más importantes del mundo—,  el discurso que más impacto tuvo en los mercados fue el del señor Mario Draghi, quien es actualmente el presidente del Banco Central Europeo ( BCE ).

  En su disertación destacó que es muy posible que la institución presidida por él, inicie en el corto plazo un programa de estímulos monetarios enfocado a incentivar el precario crecimiento de las economías europeas.

Este mecanismo, explicó sin dar mayores detalles, sería parecido a lo que implementó la Reserva Federal en Estados Unidos en los últimos años; pero poner eso en práctica para el caso de la zona euro, resulta muy complicado porque habrá que decidir qué bonos, de cuáles países comprará el Instituto Central con la emisión de euros
que realice.

Hay que recordar que los miembros de unión monetaria son dieciocho, con características muy distintas unos de otros.

De cualquier manera, todos los analistas piensan que lo anterior se llevará a cabo y casi todos coinciden en que esta decisión incrementará notablemente la liquidez del continente, impulsará hacia abajo las tasas de interés de los bonos soberanos europeos, provocará un flujo de capitales hacia el dólar ya que el euro tenderá  a devaluarse cuando esto ocurra.

De hecho, el sólo anuncio de la medida ha traído como consecuencia una ligera devaluación del euro contra el dólar. Si el mecanismo realmente se pone en práctica, podríamos ver al euro devaluarse con respecto al dólar de 1.32 dólares por euro actuales, a 1.25 en los próximos meses.

Otro efecto positivo que podrá suceder es que los flujos de liquidez que nazcan de dicha medida en Europa,  podrán compensar en parte los efectos negativos que traerá la disminución de estímulos en Estados Unidos; y quizá esto sea un atenuante para el alza de tasas de interés, que inevitablemente se va a producir cuando se terminen las compras de bonos por parte de la Reserva Federal de EU (Fed) en octubre.

Resulta imperativo que el BCE ponga en práctica la estrategia antes detallada.

Los resultados últimos que hemos visto de la economía europea  son francamente malos, pues ya no es únicamente Francia la que está sufriendo; también Italia al igual que otros países de los llamados periféricos y hasta Alemania,  tienen  signos de contracción.

Más allá del nulo crecimiento, preocupa que la inflación esté disminuyendo y abra la puerta de la deflación. Este sería el peor escenario para el Viejo Continente, ya que podría entrar en el círculo vicioso que se presentó en la economía japonesa y que después de cerca de 15 años de estancamiento,  apenas ahora empieza a tener esperanzas de salir de ese aletargamiento; claro,  gracias a los estímulos monetarios que inició el Banco Central de Japón el año pasado.

Todo el mundo espera que Draghi cumpla con lo ofrecido.

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