Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

29 Ago, 2014

De lo perdido, lo recuperado

El recuento de los daños. Siempre que fracasas, ya sea en una relación o en un negocio, lo tienes que hacer. Contar el dinero perdido, lamentarte por el costo de oportunidad del tiempo/trabajo/esfuerzo que invertiste en el negocio fracasado y que pudiste haber dedicado a otro proyecto que quizá hubiera sido más exitoso. Llorar el dolor de la pérdida. Y después hacer la lista de las lecciones aprendidas. De los errores que tú cometiste y que te costaron caro o de las cosas malas que “solas sucedieron” por mala suerte o por mal timing y que costaron caras también.

Nunca en un fracaso la culpa es del otro o de las circunstancias. Siempre hay cosas que tú (en este caso yo) hiciste mal y que necesitas recoger y aprender de ellas, o si no, corres el riesgo de volverlas a cometer.

Las lecciones de lo que sale mal en un negocio son tan buenas lecciones como lo que lees en los libros de negocio bajo títulos como “lo que debes de hacer para tener éxito.” El aprender del fracaso es fundamental para evitar esos errores… y evitarlos (aun cuando cometamos otros diferentes la próxima vez). Cada negocio o proyecto (o para el caso, cada relación) fracasa por razones particulares o, más bien, por una mezcla de razones que en cada caso se revuelven en una pócima letal. Razones muchas veces pequeñas que quizá en lo individual podrían haber sido “toreadas” o manejadas, pero al mezclarse se vuelven la tormenta perfecta.

Éstas fueron las lecciones que yo recojo de mi fracaso. Y es cierto, nadie escarmienta en cabeza ajena, pero se las comparto con la esperanza de que nadie las vuelva a cometer.

Enciclopedia breve de errores de emprendedor

 Todo por escrito con socios, con clientes, con proveedores. La buena voluntad del inicio de cualquier relación acaba en el segundo que se acaba la liquidez. Cuando el dinero sale por la puerta los contratos orales saltan por la ventana. El tener todo por escrito irónicamente evita que existan problemas o los corta de inicio desde antes de que empiecen. No hay aseveraciones o malos entendidos, todos se pueden remitir a los textos y a lo acordado. Entre más detallados sean los contratos, mejor. Y no, no se necesita en todos los casos un abogado, simplemente con tener las cosas claras y por escrito entre particulares basta para evitar problemas.

 No te asocies con tus amigos, particularmente si vas, además, a trabajar con ellos. Es cierto mucha gente jura y perjura que ser socio de su carnal, del alma o de sangre, es lo mejor que les ha pasado. En mi caso fue un error. Yo no lo puedo hacer. El negocio se vuelve la causa y consecuencia de problemas personales. No vale la pena.

 No subestimes el capital de trabajo. Es la sangre de tu negocio. Cuando uno hace un plan de negocio muchas veces subestima la cantidad de dinero no que se tiene que invertir en máquinas o en proyecto sino que se necesita para operar el día a día. El no estar consciente de que se necesita y planear tener lo suficiente para solventar los meses en que las ventas no cubren los gastos puede llegar a gangrenar el negocio. Es FUNDAMENTAL tener presente en cualquier proyecto el plazo que le das a tus clientes para el pago más el tiempo, que adicional y voluntariamente a fuerzas, se toman los clientes para realizar. El concepto de “ciclo de flujo del efectivo” es quizá el término administrativo más importante que un emprendedor debe de tomar en cuenta para sobrevivir.

 No te preocupes por tu start up, preocúpate por hacer un negocio. El ser un emprendedor en el mundo actual, con toda la “moda” que implica, es muchas veces glamoroso. Y mucha gente se pierde en el glamour. En buscar capital con nombres en inglés, en asistir a conferencias, en entrar a concursos. Asuntos quizá importantes, pero que distraen tu tiempo y atención de lo básico: un start up antes que nada tiene que ser un negocio con dos premisas básicas (que han sido válidas antes que el ser emprendedor estuviera de moda y serán válidas hasta el fin de los tiempos): maximizar ingresos y (muy importante) minimizar gastos.

 Tienes que trabajar contento. Cierto la vida de ningún negocio es miel sobre hojuelas ni existe ningún trabajo perfecto, pero un emprendimiento no puede ni debe ser sinónimo de sufrimiento. Si hay algo en tu negocio que no funciona en el ámbito personal cámbialo. Punto.


                adinachel@gmail.com

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