Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

30 Ago, 2014

El desempeño económico también depende de los fundamentales

El discurso de la presente administración se está concentrando en las reformas estructurales como la vía de salida a la situación de bajo crecimiento de la economía en niveles promedio ligeramente superiores a 2%. La pregunta es si estos cambios serán o no suficientes.

Es cierto que las reformas estructurales pueden potenciar el crecimiento económico, pero son tan sólo un componente de la economía. También el desempeño económico de la actividad normal influye en el crecimiento.

En esta discusión, veo dos posibles escenarios. El primero es tener las reformas estructurales con su impacto positivo y que los fundamentales de la actividad económica normal cambien y regresen al comportamiento observado con un crecimiento ligeramente superior a 2%. El resultado es un escenario de alto crecimiento en el futuro.

El segundo es tener las reformas estructurales, pero que la actividad económica normal mantenga un comportamiento malo como resultado de un entorno no favorable y un ánimo pesimista. En este caso el crecimiento observado será menor al esperado.

Lo que reflejan los datos más recientes de la economía es consistente con el comportamiento esperado en el escenario dos, es decir, en el que la parte normal de la economía no se reactiva.

Hay tres datos en concreto. El primero es el del comportamiento del PIB en el segundo trimestre. Si bien el dato fue mejor que el del primer trimestre, el aumento no muestra que se haya entrado a una etapa de dinamismo de la economía. Más bien es de una leve mejora en la tasa de crecimiento.

Lo que implica un primer semestre de bajo crecimiento en el primer semestre de 2014 (con un dato de 1.7% respecto de 2013), es que para llegar al pronóstico oficial de 2.7% para este año, el tercero y cuarto trimestres tendrían que cambiar su dinámica radicalmente, con crecimientos promedio superiores a tres por ciento.

Para tener elementos que permitan evaluar si lo anterior es factible, hay que ver a los datos de julio para obtener evidencia de si en el primer mes del tercer trimestre cambió la tendencia.

El segundo dato tiene que ver con el indicador de empleo a julio que muestra un aumento en la tasa de desocupación a nivel nacional llegando a niveles de 5.19%. El dato contrasta con el nivel del mes de junio de 4.89%. Es decir, el dato muestra un mal inicio de trimestre.

Este aumento en el desempleo se puede interpretar como que las empresas ven un entorno complejo y, por lo tanto, están contratando menos personal.

El tercer dato tiene que ver con la caída en la confianza del consumidor en julio con respecto al mes de junio. Además, el índice de confianza cayó en 7.6% al compararlo con el del mes de julio de 2013.

Recordemos lo que pasó al inicio del año, en el que en febrero supimos de una caída fuerte de las confianzas del consumidor y del productor en enero y que adelantaban que el primer trimestre sería peor a lo esperado.

De acuerdo con los datos, el rubro en el que se ve el mayor deterioro es el de la percepción de la situación económica de los miembros del hogar respecto de doce meses antes.

Los dos indicadores muestran un comportamiento débil de inicio del tercer trimestre. Pareciera que apuntan a un crecimiento en niveles similares o ligeramente superiores para el tercer trimestre respecto a lo observado en el segundo trimestre, pero por debajo de los superiores a 3% necesarios para acercarse a la meta de 2.7%.

Con lo anterior, un escenario razonable será llegar a niveles de 2% o ligeramente superiores, que promediados con 1.1% de 2013 nos da un crecimiento promedio menor a 2% en los primeros dos años de la administración.

Los datos muestran que para ir a un mayor crecimiento además de las reformas, necesitamos que se debe regresar a políticas públicas para incentivar la actividad normal y mejorar la confianza. Y en algunos casos llevaría a repensar algunos cambios que han contribuido al bajo crecimiento como la Reforma Fiscal.

Es decir, se necesita un cambio de enfoque ya que para mover a México además de las reformas, hay que poner atención a la marcha normal de la economía y tomar medidas menos espectaculares. Si se consideran los dos aspectos, es muy factible crecer a más de 4%. Si seguimos enfocados en la reformas y castigando el resto de la actividad con trabajo llegaremos a tres por ciento.

                *Director general del FUNDEF
                guillermozamarripa@itam.mx

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