Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

1 Sep, 2014

La bomba de las finanzas públicas

El II Informe de Gobierno que el presidente Peña Nieto enviará hoy a la Cámara de Diputados seguramente se centrará en las 11 reformas estructurales realizadas y en los beneficios que en el mediano y largo plazos traerán al país.

Es imposible escatimarle méritos al gobierno por la realización de las reformas, porque lo cierto es que han sacado a México de la parálisis que se inició en los primeros años de la década de los 90.

Pero hay que señalar también que este gobierno, como todos los anteriores, le ha tenido miedo o no han sabido cómo resolver el problema que tiene México en sus finanzas públicas.

Es verdad que hoy presumimos mucho que el país tiene un déficit pequeño, menos a 1% del PIB. Pero hay que decir que ese no es el déficit completo, porque no incluye, por ejemplo, el financiamiento a Petróleos Mexicanos.

Cuando hacemos la suma total de todos los gastos del gobierno, agrupados en algo que se denomina Requerimientos Financieros del Sector Público y que incluye el uso de ingresos no recurrentes, como la contratación de deuda o la venta de activos del gobierno, encontramos que la cifra de déficit supera cuatro puntos del PIB.

En una síntesis apretada, diríamos que los grandes datos de las finanzas públicas son para que nos paren los pelos:

México capta por impuestos 11% del Producto Interno Bruto y es una de las recaudaciones impositivas más bajas del mundo. En América, por ejemplo, sólo Haití capta menos que México vía impuestos.

Por el otro lado, el gasto público llega a 20% del Producto Interno Bruto. ¿Y cómo financiamos esa diferencia de nueve puntos entre ingresos y gasto?

Pues fácil, por un lado, con ingresos petroleros y, por el otro, con deuda.

Porque México se está endeudando, en forma más prudente y sabia que antes, pero la deuda crece. Hoy el endeudamiento se realiza esencialmente en pesos mexicanos, pero hay que decir que en los últimos seis años la deuda ha crecido poco más de 20 puntos del PIB.

Es decir, tenemos unas finanzas públicas enfermas: captan poco vía impuestos, tienen que cubrir faltantes con endeudamiento y vendiendo petróleo.

La reforma tributaria que entró en vigor este año no compone las cosas porque se le olvidó que el camino para subir la recaudación es por la vía de generalizar el cobro del IVA y combatir la economía informal.

La Reforma Energética aumentará los ingresos del gobierno, no hay duda, pero no compondrá las coas.

Y luego está el gasto y aquí también andamos mal:

El gobierno gasta en educación seis puntos del PIB y en este rubro el problema no es falta de dinero, sino desorden absoluto en la forma como se hace. Se paga salario a maestros que no existen o que no dan clases, no se gasta casi nada en infraestructura educativa.

El otro gran rubro del gasto está en salud, con alrededor de cuatro puntos del PIB y aquí, al problema de desorden del gasto hay que sumarle que es insuficiente.  Falta dinero en favor de la salud de los mexicanos.

Además, se gasta en seguridad poco más de 1% del PIB y tampoco es suficiente. Policías mal pagados, insuficiencia de personal y equipo. Y también hay desorden.

En el pago de pensiones se gastan cuatro puntos del PIB y el problema no está resuelto. Sólo recuerde que las pensiones de Pemex las tiene que absorber el gobierno.

En esencia, los mexicanos pagamos poco en impuestos, porque hay millones que no pagan nada y siempre el cobro se realiza a los mismos; nos financiamos con petróleo y con deuda y el gasto del gobierno es insuficiente en muchos casos, hay un desorden enorme en otros y no hay dinero para gastos indispensables.

Arreglar las finanzas públicas de una vez por todas es una urgencia; pero es una tarea poco lucida y con grandes costos políticos y por eso los gobiernos no actúan... hasta que la bomba estalla.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas

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