Fausto Barajas

Fausto Barajas

2 Sep, 2014

Industria de la construcción: otra historia de éxito

La industria de la construcción en México representa poco más de 7% del PIB nacional, y a pesar de que en fechas recientes ha tenido un desempeño negativo, durante poco más de una década mostró un crecimiento sólido por arriba de la economía: su PIB se amplió 34% en términos reales entre 2000 y 2012.

La construcción vivió un periodo de expansión a pesar de dos retrocesos originados por impactos del entorno económico internacional: uno fue la desaceleración de la economía estadunidense en 2001, cuando la construcción mexicana se contrajo 3.4% y otro, la crisis económica mundial que la llevó a una caída de 11.1%, la peor de esta industria después de la registrada en 1995 cuando sufrió una contracción de 25% de su PIB.

En fechas recientes, la industria de la construcción ha experimentado un proceso de contracción prolongado al acumular siete trimestres a la baja, situación que sólo se había presentado en los últimos 20 años durante la crisis de 2008-2009.

A pesar del escenario adverso, el sector de la construcción sigue siendo uno de los sectores más relevantes de la economía: por su contribución al PIB nacional, por la generación de alrededor de cuatro millones de empleos y también, por su impacto multiplicador en ocho de cada diez ramas de la economía.

Dejando de lado el comportamiento reciente del sector, los últimos años han sido exitosos para el sector de la construcción, en los que se pueden identificar algunos factores que permitieron un desempeño exitoso entre 2001 y 2012. Por un lado está el sector público y por el otro el sector privado, este último en diferentes facetas: como empresas especializadas en la construcción de vivienda, como concesionarios de obras, como contratistas o como parte de las familias que van construyendo su vivienda paulatinamente a través de la autoconstrucción.

Algunos de los factores que permitieron el avance de la industria de la construcción son:

La estabilidad macroeconómica que se registró a lo largo de 12 años fue un pilar fundamental para generar las condiciones adecuadas para el desempeño de la industria.

Continuidad y prioridad en la inversión en infraestructura. Como consecuencia de la crisis económica de 1994-1995 el sector público vio sumamente acotadas sus capacidades de inversión y fue hasta los primeros años de gobierno de la administración Ffderal 2000-2006 que se reactivaron las inversiones en infraestructura de energía y en transportes, principalmente. 

Para el periodo de gobierno de 2006-2012, se realizó un esfuerzo sin precedentes para colocar a la infraestructura como un tema de agenda nacional, y llevó a que la inversión impulsada por el sector público federal, sin incluir vivienda, pasara de 3% a 5% del PIB.

La estrategia para el desarrollo de infraestructura expresada por primera vez en un programa integral se vio cristalizada en el Programa Nacional de Infraestructura 2007-2012, enfocado a mejorar la competitividad del país. Muestra de ello fue la construcción y modernización de 23 mil kilómetros de carreteras, así como la modernización de puertos y aeropuertos, el aumento de inversión en el sector energético que permitió llevar a 100% la tasa de restitución de reservas en Pemex, el aumento del tratamiento de aguas residuales, entre otros.

La adecuación del marco legal para la nueva realidad económica es fundamental para el desarrollo de los proyectos, muestra de ello fue la promulgación de la Ley de Asociaciones Público-Privadas que da una mayor certidumbre a los involucrados y facilita el desarrollo de los proyectos que se realizan entre el sector privado y el gobierno.

Con nuevos esquemas de financiamiento, como la creación del Fondo Nacional de Infraestructura en 2008 y el uso de diferentes modelos de Asociaciones Público-Privadas se detonó una mayor inversión.

La modernización institucional de organismos de vivienda como el Infonavit y la estabilidad en las tasas de interés permitieron detonar el financiamiento para la vivienda como nunca se había visto en el país, tan sólo entre 2006 y 2012 se financiaron una de cada cinco viviendas del total de los hogares que hay en México.

Los factores que llevaron a consolidar una etapa de éxito de la industria de la construcción en años pasados, hoy se pueden potenciar con las reformas estructurales recién aprobadas, para construir un camino en el que de forma conjunta avancen el gobierno y el sector privado hacia una recuperación y una nueva etapa de éxito para la industria de la construcción.

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