Enrique Castillo-Pesado

Ficción financiera

Enrique Castillo-Pesado

6 Sep, 2014

Jóvenes dejan evidencia en Facebook; millonarias mansiones, escenarios de reality shows; y errores que cuestan millones

La mafia contemporánea rompe con la tradición de sus ancestros, les gusta exhibir sus hazañas, lujos y negocios a través de las redes sociales como Facebook, Instagram y Twitter. Ellos son jóvenes, la nueva generación que perdió el estilo de mantenerse alejados de la vida pública. Estos nuevos líderes de la extorsión presumen la riqueza que han obtenido con tan solo mover los dedos desde un equipo de alta tecnología que les permita tener acceso a Internet. Se hacen llamar los jefecillos de la mafia contemporánea, son soberbios y tienen su propia doctrina basada en uno de los versículos del Evangelio de Mateo, 5:10.

¿Habrán superado a la familia Corleone? Aquella familia que surgió de la novela El Padrino escrita por Mario Puzo, una historia que pasó a una serie de películas dirigidas por Francis Ford Coppola. Fue toda una ficción que llenó salas de cine y que aún sigue siendo tema. Pero las cosas se desarrollaron y se hicieron realidad. La modernidad tiene sus responsabilidades y una importante influencia, factores que han sido utilizados por dos jóvenes soberbios que sin duda lograron llamar la atención de un sinnúmero de sus víctimas. Estos victimarios italianos son conocidos como Domenico Palazzotto y Salvatore D’Alessandro, ambos son primos (todo queda entre familia), los aliados de la mafia digital, metrosexuales y poseedores de lujos que comparten a través de sus páginas en Facebook, con nombres ficticios donde hacen proselitismo muy a su estilo. El esplendor llegó a sus manos e hicieron a un lado la perspicacia que otorga la prudencia. Los primos abrieron los ojos de los investigadores y Domenico Palazzoto cayó en su propia trampa al publicar sus excentricidades que le dan buena vida —el desafío a las autoridades— y, los millones de dólares que pasan por sus manos que son el  poder, producto de las extorsiones, tráfico de drogas y salas de juego. Las redes sociales son una plataforma digital de doble filo, generan millones de seguidores y ¿millones en dinero?

Las celebridades que son famosas, exitosas y sobre todo jóvenes, tienen la iniciativa de asesorarse para invertir su dinero en grandes mansiones con alto valor económico, algo ostentosas. Si hacemos una breve comparación con la gente que ahorra su dinero para obtener un crédito difícilmente podría comprar una mansión al gusto de Miley Cirus o Justin Bieber. Ambas celebridades buscan las mejores mansiones para vivir o para mostrar que saben cómo invertir el dinero en bienes raíces, aunque después decidan vender. Miley Cirus vendió su casa en Toluca Lake —distrito ubicado en el Valle de San Fernando, a unos 20 kilómetros de Los Ángeles, California— en 3.4 millones de dólares. La transacción fue un éxito para Miley Cirus porque se compró una nueva mansión —3.9 millones de dólares— en la zona de Studio City, California. La “casita” tiene cinco habitaciones, siete baños, una piscina de agua salada, spa, gimnasio y gran terraza para organizar sus eventos al aire libre. Por su parte, el ahora polémico y conflictivo cantante canadiense Justin Bieber se gastó seis millones de dólares para adquirir su “casa”. A Justin le agradan las mansiones de estilo mediterráneo, el autorregalito se ubica en un terreno de nueve mil metros cuadrados, ésta la encontró en la ciudad de Calabasas. La mansión cuenta con todos los servicios, comodidades, sin faltar el uso del sistema informático que permite controlar la casa con tan sólo pulsando un botón.  Justin hizo negocio y se la vendió a las Kardashian en siete millones de dólares. Muchas de las mansiones que hay en la zona de Calabasas se construyeron durante la etapa del auge inmobiliario, en los noventa, las cuales fueron compradas por millonarios y ejecutivos de los estudios de Hollywood. Con el tiempo se fueron mudando a Calabasas: Jennifer Lopez, Will Smith, Britney Spears, quien llegó a pagar por arrendamiento más de 26 mil dólares al mes. Sin embargo, la crisis inmobiliaria hizo que esas mansiones perdieran valor, si una costó 15 millones de dólares pasó a 4 millones de dólares. Para no perder, las Kardashian pensaron en que sería un buen negocio darle continuidad a su reality show, así que nuevamente están al aire desde la casa que le compraron a Justin Bieber, sin importarles la decoración que es de mal gusto.

¿Quién odia Twitter?

Lo que parecía ser una novedad comentada por muchos, ya hay quien prefiere mantenerse en el anonimato. Antes era un amor, y hoy es odiado por unos cuantos o quizá por un sinnúmero de los que se decían estar dentro del espacio de la tecnología, me refiero a Twitter o la aplicación que de alguna forma terminó por sustituir al telegrama. Recuerdo cuando don Alejo Peralta y Pepe Guindi tenían su celular, ellos estaban en la línea de la modernidad. Gracias a don Alejo y su visión tecnológica, en aquel entonces con Iusacell, tuve la oportunidad de promover y tener teléfono en un Taurus, era toda una novedad. Son anécdotas que nunca se olvidan. En California, una de las celebridades que tenía teléfono móvil en su auto fue el gran director James Cameron cuya fama se hizo exponencial con las películas Terminator, Titanic y Avatar, producciones en las que Cameron demostró su gusto por el uso de la tecnología, pero ahora se declara en contra de las ataduras que está ocasionando y siente un rechazo hacia los smartphones, a su vez siente odio a Twitter. Y no sólo es Cameron, entre las celebridades que sienten aversión por el “telegrama digital” están Helen Mirren, el príncipe Henry de Inglaterra, George Clooney, Kristen Stewart, Brad Pitt, Angelina Jolie, Jennifer Aniston, entre otros famosos, quienes mejor prefieren regresar a los encuentros personales de forma directa y no a través de tuits que son actualmente lo más popular. A ver quién tiene la razón, si el tiempo, la popularidad o la tecnología.

El hogar de las empresas tecnológicas

Silicon Valley es la casa de diversas empresas, pequeñas y grandes, dedicadas a producir tecnología en el mundo. Todas ellas se concentran en la zona norte de California, en Estados Unidos. Este es el centro de la innovación de alta tecnología y desarrollo, el sitio de grandes inversiones de capital de riesgo en EU, ya le llaman la región de las startups, de las compañías de inicio o de las que empiezan en el espacio empresarial, empresas que tienen como referencia de ser emergentes apoyadas en la tecnología para generar innovaciones dentro del mercado de las tecnologías y diseño. De aquí, ha surgido gente emprendedora creadora de sus propias empresas, una de ellas Nest —desarrolladores de software— que llegó a tener 400 empleados, fundada por los exempleados de Apple, fue tal el éxito que Google la compró en 3.2 millones de dólares. Vemos cómo estas empresas que empiezan, por lo general inician con la idea de emprender en el negocio creativo y hacer la diferencia con gran capacidad de cambio; buscan operar con costos mínimos para obtener ganancias de forma exponencial. La meta, como ideal, es la masificación de las ventas con apoyo de internet y sus diversas plataformas. ¿Se aproxima la competencia a Facebook?  El tema va más allá, porque se perfila con destino a las impresoras en tercera dimensión.

Los errores cuestan, esto le pasó a Lloys Banking Group quien tuvo que pagar la módica cantidad de casi 362 millones de dólares a los reguladores del sector financiero en el Reino Unido y Estados Unidos. La multa fue por la manipulación de la tasa interbancaria. La situación coloca a Lloys en la séptima posición en llegar a un acuerdo con la autoridades que le impusieron el castigo;  resultado de una extensa investigación con irregularidades relacionadas en las tasas LIBOR (London InterBank Offered Rate) para la libra esterlina, el dólar y el yen. Este movimiento es una tasa de referencia diaria basada en las tasas de interés, a la cual los bancos ofrecen fondos no asegurados a otros bancos en el mercado mayorista o interbancario. Y hasta la próxima, ¡abur!

 

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