Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

10 Sep, 2014

Una organización empresarial con viejos estatutos

Si como todo hace suponer ya es un hecho la llegada de Rafael García como presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM) en la convención de Tepic del próximo noviembre; en esta organización habrá que emprender una serie de cambios que, acumulados, ya tienen sentido de urgencia.

En primer lugar está la normalización de las relaciones con la Secretaría de Economía, después del descalabro de 2.5 millones de pesos en relación con el proyecto de modernización de las pymes hoteleras que se detalló en este espacio recientemente.

Si bien las investigaciones siguen e incluso hay varias demandas abiertas, un paso deseable para regresarle la seriedad a esta organización sería cumplir con los acuerdos que se tomaron el lunes de la semana pasada.

Pero también es verdad que la AMHM padece un anquilosamiento que no sólo se explica por los personajes que participan en su conducción, sino fundamentalmente por unos estatutos que se volvieron obsoletos hace muchos años.

Dicen algunos miembros a quienes les gustaría ver nuevos personajes al frente, que se ha convertido una especie de “club de los 35” en los que sólo deciden y participan los socios que pagan sus cuotas.

La realidad es bastante más compleja pues, por decir algo, hoy dichos estatutos obligan a realizar periódicamente las reuniones de consejo en diversos estados del país.

Así es que quienes buscan tener una participación activa, de entrada deben destinar tres o cuatro días para pasarlos en diversos destinos con el propósito de asistir a unas juntas que son todo menos ejecutivas.

De hecho, esta dinámica ha desalentado la participación de empresarios con limitaciones de tiempo, que podrían aportar aspectos interesantes a la conducción del organismo.

Más grave todavía es la falta de recursos económicos para incrementar la influencia de la AMHM.

Hace algunos años lo más común era buscar patrocinios con empresas de telefónicas o de comercialización de viajes con el argumento de que los hoteles les generaban recursos, el problema es que no han diseñado nuevos esquemas.

En este contexto, una decisión que impulsará la nueva directiva será regresar al Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) y generar sinergias con la Asociación Nacional de Cadenas de Hoteles (ANCH), que preside Luis Barrios.

Allí sí hay oportunidades de hacer economías de escala con los proveedores y de encontrar alternativas no sólo para apoyar la rentabilidad de los hoteles, sino también para buscar opciones de fondeo.

En este momento hay temas clave para la competitividad de las pymes hoteleras, como es el caso del “apagón analógico”, que obligará a muchos hoteles a reemplazar sus viejos televisores y para lo cual requerirán del apoyo gubernamental.

No se ve fácil, en resumen, el panorama para García, pero tiene la oportunidad de marcar una nueva etapa para la Mexicana de Hoteles.

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