David Páramo

Análisis superior

David Páramo

12 Sep, 2014

Cofetel a un año

Hace un año y un día desapareció la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel). Se difuminó de una manera lamentable no sólo por el surgimiento del Instituto Federal de Telecomunicaciones  (IFT) sino porque prácticamente nadie quería saber de una comisión que se había convertido en la sucursal de un aquelarre.

¿Todo en la Cofetel fue malo? Evidentemente no. Se trató de una institución que nació mal por los graves problemas derivados de la doble ventanilla y los frecuentes enfrentamientos con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Que tuvo algunos comisionados y por ahí hasta un presidente de excelencia, pero que jamás pudo tomar ninguna decisión que nivelara el terreno en las telecomunicaciones a favor de la competencia y, por lo tanto, de los usuarios. Tenía capacidades muy limitadas.

De quienes estuvieron en la última etapa en el pleno hay personas verdaderamente destacadas como Ernesto Gil Elourduy, quien ahora está en el Congreso de Hidalgo; Alexis Milo, quien ahora es economista en jefe de Deutsche Bank, y Gonzalo Martínez Pous, quien durante este año siguió con su trabajo como abogado y de academia. No dude que una vez que se cumplió el periodo de que no podría participar dentro del sector tenga una gran cantidad de ofertas. Pocos abogados hay con mayor experiencia y capacidad dentro del sector de las telecomunicaciones.

Sin embargo, en la otra cara de la moneda está el bufón de cuarta de Mony Sacha de Swaan. Quien sigue creyendo que sus opiniones son importantes para el sector de las telecomunicaciones y que llora como plañidera cuando los comisionados del Instituto Federal de Telecomunicaciones toman decisiones que a él no le gustan aunque sea lo correcto para el sector o, por lo menos, la determinación autónoma de la mayoría de los miembros de un organismo verdaderamente colegiado.

Mony Sacha se vinculó a las alas más radicales en contra de la reforma y es verdaderamente dudoso que después de la veda pudiera conseguir un trabajo en el sector a no sea que alguien le tire un hueso en pago de los favores recibidos.

Disculpas

Ya sería momento que dizque expertos en telecomunicaciones y autonombrados representantes de la sociedad civil, como Irene Levy, y todos aquellos quienes ven conspiraciones de las televisoras abiertas y el gobierno en todo, así como ridículos profesionales como el senador mala paga Javier Corral comenzaran a disculparse con la sociedad de tantas mentiras que han propalado durante los últimos tiempos.

Hace tres años cuando los grupos Televisa y Salinas anunciaron que se asociarían a partes iguales en Iusacell estos individuos hablaron de que el duopolio se convertía en monopolio, puesto que esas empresas dejarían de competir y se unirían en contra de los consumidores y quién sabe cuántas locuras más.

Construyeron unas conspiraciones que sólo pueden existir en mentes verdaderamente obtusas o que, por algún interés personal, mienten abiertamente que fueron desmentidas con el anuncio hecho este miércoles en el sentido de que Grupo Salinas recompraba en 717 millones de dólares las participación de Televisa en la telefónica.

Se trató, como se dijo en todo momento, de una operación de carácter estrictamente financiero en la cual ambos grupos vieron una oportunidad de negocio, como lo fue para ambas partes y lograron que la telefónica se viera fuertemente favorecida.

El cambio en las reglas de juego que se dio con la reforma constitucional a las telecomunicaciones y la competencia económica estableció no sólo un terreno mucho más parejo para las compañías sino que hizo que cambiaran las visiones de negocios.

Así, por ejemplo, Televisa tomó la determinación de concentrarse en los negocios de televisión abierta y de paga; mientras que Grupo Salinas decidió quedarse en televisión abierta y telefonía ahora vinculando a las marcas Iusacell y Unefon.

En todo momento se mantuvo la competencia en televisión abierta como puede demostrarse fácilmente bajo cualquier criterio por parte de dos empresas que tienen claro cuáles son sus fortalezas.

También deberían disculparse los mentirosos que un día sí y otro también aseguraban que Grupo Salinas le vendería a Telefónica su participación en Iusacell. Que incluso luego del desmentido del propio Ricardo Salinas a través de su cuenta de Twitter siguieron especulando en torno a precios, condiciones y otras fantasías.

Una de las más grandes ventajas del paso del tiempo es que va poniendo a los mentirosos y a quienes propalan información falsa en su lugar.

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