Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

12 Sep, 2014

Al mejor emprendedor (o no emprendedor): un testamento

Mal dicen los expertos de negocios que lo primero que debe tener un emprendedor es un Business Plan. Lo primero que debe tener un emprendedor es un testamento.

Seas emprendedor, empleado, profesionista, ama de casa o desempleado lo primero que debes tener es un plan de lo que va a pasar con tus bienes cuando llegues a faltar.

La empresa más importante que cada uno de nosotros posee es su familia. Omitir tener un testamento es poner a este negocio en un riesgo inminente.

Si yo (que me he dedicado al tema financiero) por más de 15 años pudiera escribir una enciclopedia de los horrores financieros que he visto y de las tragedias financieras que me ha tocado asesorar, 80% de los tomos hablarían de la tragedia que es morir intestado.

Hablar de muerte es un tabú que pone nervioso a cualquiera, por lo que la mayor parte de nosotros evita realizar o siquiera pensar en un testamento.

Sin embargo este documento es uno de los más importantes que puedes tener, no sólo para “descansar en paz”, sino para disfrutar la vida. Los pretextos para postergar su realización son prejuicios erróneos de los que te puedes arrepentir cuando ya es demasiado tarde.

Es irónico que mucha gente pasa la vida preocupada por sus bienes (¿dónde invierto? ¿Qué acciones compro? ¡Necesito trabajar más! ¿Qué negocio emprendo?) y olvida completamente el planear “para después”.

Hablemos sin rodeos: El no contar con un testamento minimiza, e incluso puede anular, el esfuerzo de una vida dedicada a la planeación; morir intestado implica, en el mejor de los casos, molestos trámites para nuestros familiares (en momentos particularmente dolorosos) y, en los peores casos, años de caros juicios, pleitos y pérdida de una parte importante del patrimonio.

Descartando pretextos uno por uno

Es que yo...soy muy  joven: Nadie tiene la vida comprada y, tristemente, hay muchos ejemplos de esto. Hay que descartar la idea de que este trámite es la antesala de la muerte, es simplemente una medida preventiva. Contar con un testamento desde joven es una excelente idea porque marca una pauta de responsabilidad y buen manejo financiero a lo largo de la vida.

Es que yo... no tengo hijos, es más, no estoy casado: si mueres intestado y sin herederos, la mayor parte de tus bienes pasarán a ser del gobierno (¡qué horror, como si no pagaras suficientes impuestos!). Si no tienes hijos o familiares cercanos, busca alguna fundación benéfica o causa cercana a tu corazón que designes como beneficiaria.

Es que yo... no quiero que nadie sepa lo que tengo (o a quién se lo voy a dejar)”: El testamento es un documento confidencial, entre la persona y su notario, en donde ni siquiera debes enlistar tus pertenencias, simplemente designas a tus herederos y a los responsables de administrarlos.

Es que yo...voy a cambiar de opinión: Un testamento se puede modificar tantas veces como sea tu voluntad. Es más, es muy recomendable revisar periódicamente sus estipulaciones para corroborar que siga cumpliendo con tus expectativas y deseos.

Es que yo...no quiero que nadie se apropie de mis bienes”: El hacer un testamento no implica, de ninguna manera, ceder el control de tus bienes, entra en vigor, solamente, cuando falleces.

Es que yo... soy mujer: en México más de 50% de los hogares son encabezados por una mujer  por lo que, para ellas, un testamento es vital. También para las que viven en pareja esta es una herramienta indispensable, ya que estipula el futuro de tus bienes más preciados, los hijos.

Es que yo... no tengo tanto dinero”: tener un plan de sucesión  no es un privilegio de los ricos, es una obligación de cualquier persona que quiera ahorrar a sus seres queridos trámites y problemas. No importa el tamaño de tu patrimonio, lo que has construido, con trabajo y esfuerzo, tiene un importante valor y debes cuidarlo.

Es que yo...ya dejé instrucciones con una persona de mi entera confianza: tu gente “de confianza” puede actuar siempre con la mejor intención, pero si no existe un documento oficial es mucho más fácil invalidar tus deseos. En momentos de duelo, aun la gente de mayor confianza, llega a perder la objetividad, y puede llegar a invalidar tus deseos. Pasa hasta en las mejores familias.

Es que... nadie de mi familia ha tenido: en generaciones anteriores un testamento era un trámite más prescindible, pero en el mundo de hoy, con un sistema financiero mucho más sofisticado y mayores opciones de legado, el contar con un “papelito que hable” es fundamental. Si nadie en tu familia tiene un testamento, hazlo y enséñales con el ejemplo.

Es que yo... no sé cómo: el trámite de un testamento común es relativamente sencillo. Se necesita, simplemente, redactarlo ante un notario portando una identificación oficial; en la mayor parte de los casos el proceso no toma más de un par de horas. Si tus bienes son cuantiosos o deseas hacer estipulaciones muy específicas, lo más recomendable es acudir con un abogado o establecer un fideicomiso testamentario, trámites que también son muy sencillos.

Es que yo...no tengo el tiempo (o el dinero) para hacerlo: el dar “fe pública a tu voluntad” no es muy caro, y más aún en el mes de septiembre cuando los notarios reducen sus honorarios por ese servicio. Aun si optas por contratar asesoría en la realización del documento, o por un fideicomiso (ambas opciones son un poco más caras), el dinero que desembolses es una inversión con beneficios incalculables.

A fin de cuentas un testamento no es hablar de la muerte, es la mejor y más sabia manera de vivir la vida, y para eso no debe de existir ningún pretexto.

adinachel@gmail.com
@AdinaChel

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