Pulque y mezcal, dos bebidas muy tradicionales para celebrar

Ciudad de México.- Un brindis, así es, un brindis en 15 de septiembre no es lo mismo sin las tradicionales bebidas mexicanas. El tequila, mezcal y pulque son algunas de las bebidas que han estado presentes en México desde hace más de 100 años.

Nuestro país no solamente tiene una asombrosa gastronomía reconocida a nivel mundial, también sus bebidas son dignas de tocar cualquier paladar en todo el mundo. 

El Mezcal

Al igual que el tequila, el mezcal fue considerado durante mucho tiempo, como una bebida “corriente”, sin embardo, en los últimos años ha cambiado su imagen, y ha aumentado su presencia entre los jóvenes mexicanos.

Durante el 2013, el consumo del mezcal aumentó un 40%, esto significó que en el 2012 se llegaran a producir cerca de dos millones de litros. El cultivo del maguey significa una alternativa económica para 20 mil familias en el país.

Para el 2012 se tenían contabilizadas cerca de 105 marcas, las cuales llega a 105 países. Después de México, Estados Unidos es el principal consumidor de Mezcal en el mundo.

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Actualmente, la Norma Oficial Mexicana NOM-070 tiene registrados como territorios protegidos y productores exclusivos de mezcal a los estados de Durango, Guerrero, Oaxaca, San Luis Potosi, Zacatecas, Guanajuato, Tamaulipas y Michoacán.

En lo referente a la comercialización de lo que conocemos como mezcal, la distribución se da a través de supermercados, tiendas de conveniencia y tiendas de vinos y licores. El costo de una botella va desde los 199 pesos y alcanza hasta los dos mil pesos.

También hay expendios como ‘La Botica’ en la Condesa, que han creado no solamente su propia marca de mezcal, sino que también es un lugar donde se puede ir a beber directamente mezcal.

El pulque

El pulque es una bebida que ha acompañado a los mexicanos desde tiempos prehispánicos, era muy apreciada por el imperio mexica que la obtenía de las pencas del maguey cuando la planta estaba madura.

La bebida estaba destinada solamente para aquellas personas, como ancianos y señores principales, que se encontraban fuera de la vida pública. Con la Conquista se eliminaron estas restricciones y entonces todo el mundo tuvo acceso al pulque, sin embargo, los virreyes hicieron todo lo posible por eliminarlo. Lo único que consiguieron fue regular su consumo con la instalación de pulquerías.

Fue hasta el Porfiriato cuando de nuevo se popularizó y se aumentó su consumo. Además, se le dieron atributos alimenticios como sustituto de la carne por su alto contenido de proteínas, aminoácidos y carbohidratos.

Así, se estableció el Valle del Mezquital, en el estado de Hidalgo, como el principal proveedor de pulque para la Ciudad de México.

Actualmente la tradición sigue, y sobreviven 12 haciendas que se dedican a la producción de pulque, por ejemplo, la hacienda de Tetlapayac es capaz de producir hasta 25 mil litros diarios de esta bebida.

Hasta nuestros días, la elaboración del pulque conserva procesos que se han llevado a cabo durante siglos de tradición. Existen dos tipos: el pulque natural, y licuado con frutas, que es mejor conocido como “curado”.

Esta bebida es de vida corta, por lo que debe ser consumida entre tres y cinco días después de su elaboración antes de caducar.

Contrario a lo que se ha divulgado sobre la bebida, para su preparación se necesita mucha limpieza, tanto, que por ejemplo, si se toca el maguey con las manos grasosas o contaminadas con algún producto, la planta morirá, debido a que tiene una membrana muy sensible.

Por lo que el mito de “la muñeca” es tan sólo eso, un mito.

El pulque es un producto de calidad de exportación, en los últimos años se ha trabajado para enlatarlo y así llegue a otros países. Desde el año pasado, productores de Chignahuapan, Puebla, comenzaron a planificar el envío de la marca ‘Pulque Hacienda’ a Asia y Europa.

En la Ciudad de México, el Expendio de Pulques Finos ‘Los Insurgentes’, se ha convertido en el lugar de moda para los jóvenes que transitan por las colonias Roma y Condesa. El lugar ofrece jarras de pulque natural de un litro en 35 pesos, mientras que los curados, igual, de un litro cuestan 50 pesos.

Jbf