Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

16 Sep, 2014

El huracán Odile, Los Cabos y la competencia política

Todavía no hay una valoración precisa del impacto que tuvo el huracán Odile sobre Los Cabos y hoy la prioridad es sacar a los más de 30 mil turistas que se encuentran varados en ese destino.

Desde el jueves de la semana pasada se sabía que el meteoro afectaría a algunos centros turísticos del Pacífico mexicano, pero fue el sábado por la noche cuando cambió su trayectoria y se dirigió a la península de Baja California.

Así es que tres decenas de miles de turistas ya no pudieron instrumentar su salida de Los Cabos y ahora lo tendrán que hacer paulatinamente, en la medida en que funcione el puente aéreo que instrumentan el gobierno federal y el Ejército.

Dentro de lo que cabe, este problema ocurre en plena temporada baja para la actividad turística en Baja California Sur.

Aunque Los Cabos se encaminaba directamente a registrar su segundo año récord consecutivo en la llegada de viajeros, precisamente después del 15 de septiembre se abre un espacio que termina en octubre cuando cíclicamente las ocupaciones descienden.

El gran reto es que el gobierno federal entregue los apoyos necesarios, con oportunidad y eficacia, para que Los Cabos, La Paz y Loreto estén listos para recibir a los turistas cuando comience la temporada alta de invierno.

Lo inmediato es recuperar la energía eléctrica, los servicios telefónicos, reparar el sistema de agua potable y los servicios médicos en un destino que es cinco veces más pequeño que Cancún-Riviera Maya y la entidad es la menos poblada del país.

Sin embargo, si se descuida el tema del turismo entonces habrá un escenario muy complicado en noviembre y diciembre, que es cuando las ocupaciones y las tarifas aumentan y el destino recibe recursos muy importantes de los viajeros.

También será clave que esta situación no derive en que algunos políticos priístas pretendan convertir este problema en una oportunidad electoral.

El próximo año habrá elecciones para gobernador en Baja California Sur y hoy el gobernador de extracción panista, Marcos Covarrubias, es objeto de críticas en un escenario político altamente competido.

Por un lado está la amenaza siempre latente del PRD, que ha ganado varias elecciones en esa región, y además el PRI se ha fortalecido como ha pasado en otros estados del país.

Hay que recordar que cuando el huracán Willma golpeó a Quintana Roo,  el gobernador era Félix González del PRI, y el presidente panista Vicente Fox no sólo se trasladó allá, sino que tanto el secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo, como sus principales colaboradores operaron desde esa zona durante semanas.

Este caso fue un ejemplo de cómo se pudo recuperar un destino turístico en tiempo récord y ahora debería suceder lo mismo con Baja California Sur.

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