Semana laboral de tres días no es una locura

CIUDAD DE MÉXICO.- Hace unas semanas Carlos Slim propuso una semana laboral de tres días con jornadas de 11 horas, con el argumento de que esto permitiría aumentar la productividad de los trabajadores y daría tiempo para otras actividades socialmente deseables.

La propuesta generó un debate en torno al tema; a cualquier oficinista que se le pregunte seguramente tiene su preferencia.

Una propuesta como este también tiene sus críticos, pues supone el rompimiento con un modelo utilizado por casi 100 años.

Un día como hoy, pero de 1926, Henry Ford decidió suspender los trabajos en sus fábricas de coches durante los sábados y domingos sin reducir el salario de sus trabajadores, con lo que inició el reinado de la semana laboral moderna.

Dicha reducción también supuso en su momento un cambio cultural y organizacional muy fuerte, pues durante siglos el trabajo había sido durante seis días de la semana. Si se hubiera podido los trabajadores hubieran sido obligados a trabajar diario, pero desde milenios atrás se había acostumbrado a dejar un día libre para “el Señor”.

La realidad es que la semana laboral ha sido un concepto flexible que se ha adecuado a las necesidades de cada momento.

Por ejemplo, previo a Henry Ford, en un mundo industrializado donde los trabajadores no contaban con suficientes derechos y casi no eran vistos como personas, se les obligaba a trabajar seis días.

La producción en serie de Ford supuso un ahorro de tiempo y recursos que, junto con un posible interés por la calidad de vida de los trabajadores, llevó a reducir en un día la semana laboral.

Sin embargo, aunque la industria pronto lo aceptó como el estándar, la necesidad de producir armamento y demás recursos para la Segunda Guerra Mundial implicó un aumento en las horas laborales.

Desde un punto de vista histórico, la propuesta de Slim no suena descabellada. La productividad de los trabajadores en las industrias ha aumentado, y el auge de las empresas de servicios también ha cambiado la realidad organizacional. Ya no se diga con las nuevas tecnologías.

Además, una semana laboral más corta podría ofrecer la posibilidad de que personas busquen dos empleos o pasen más tiempo con sus familias o realizando actividades socialmente benéficas. Independientemente de la decisión que tomen es esa capacidad de tomarla lo que realmente sea benéfico.

*gl