Víctor Beltri

Víctor Beltri

25 Sep, 2014

El costo de no innovar

Es triste advertir las consecuencias de una gestión tradicional en una industria que requiere primordialmente de innovación para poder ser competitiva en el entorno actual. Triste, pero en modo alguno sorpresivo.

Operar de forma tradicional en un entorno que requiere de innovación es un lujo que las empresas no pueden darse. Hace tan sólo una semana decíamos, en este mismo espacio, que la innovación provee beneficios palpables, del orden estratégico y operativo, y en específico mencionábamos el aumento en la eficiencia, la reducción de costos y la mejora continua de la organización en general.

Existen muchos ejemplos de empresas que han comenzado de forma correcta un proceso de innovación, y asumido los cambios necesarios: estas empresas ahora operan con mayor seguridad y mejores resultados. La inversión en innovación ha probado dar frutos palpables y las organizaciones que la han realizado gozan ahora de una mejor posición de mercado, y compiten con mayor eficiencia en sus respectivas industrias. Esas son las historias de éxito.

Pero también existen historias de fracaso por parte de las organizaciones que no se han atrevido a hacerlo y continúan con las prácticas del pasado. Como Grupo México, que ha ocasionado el mayor desastre ambiental en la historia de la minería en nuestro país.

Es cierto, los accidentes ocurren. La legislación lo reconoce, y los distingue para efectos de definir responsabilidades jurídicas: el caso fortuito, la fuerza mayor. Otras legislaciones lo denominan, incluso, act of God, con lo que se refuerza el concepto de la inevitabilidad y se le da un tratamiento especial.

Sin embargo, no todos los accidentes cumplen con estas características. De hecho, la mayor parte de los incidentes podrían haberse previsto, y evitado. Las graves consecuencias financieras, y de reputación, que deberá enfrentar la minera en cuestión, ponen en evidencia el descuido con el que se gestionan las organizaciones tradicionales.

¿Cómo era el proceso industrial que se llevaba a cabo en la mina Buena Vista? ¿Era eficiente? Los procesos deben revisarse continuamente para descubrir oportunidades de mejora. ¿Existían mecanismos de monitoreo y control para advertir cualquier variación en el proceso? La tecnología ha avanzado de tal forma en que, en el momento en el que cualquier elemento en el sistema incurriera en una situación de riesgo, se pueden tomar medidas activas para disminuirlo, de forma automática. ¿La información con la que se toman decisiones concretas, es la adecuada? En muchas ocasiones, la dependencia de las mediciones de campo, realizadas por operarios, compromete la calidad de la información recibida.

¿El mantenimiento de la planta se hacía de forma adecuada? Existen sistemas de gestión de activos que permiten tener una visión completa, al instante y actualizada, de cada elemento involucrado en todo proceso, sabiendo sus condiciones de operación, su vida útil y garantías. Todos estos temas están relacionados de forma inherente con la innovación

El “hubiera” no existe, es evidente. Pero, si la minera hubiera comenzado con un proceso de innovación para descubrir áreas de mejora, otro gallo les cantaría. No sólo para evitar accidentes y los miles de millones de pesos que tendrán que cubrir para la remediación del daño y el pago de las acciones colectivas que puedan resultar en su contra, sino para consolidar su posición de mercado, ser más competitivos y ofrecer más beneficios a los accionistas. No haberlo hecho, y tener que asumir las consecuencias, es, una vez más, un triste ejemplo de que lo barato puede salir caro. Muy caro.

¿Hace cuánto que no revisa sus propios procesos? ¿Ha tomado medidas efectivas para encontrar oportunidades de mejora en su organización? Es posible que sus recursos no se estén aprovechando en todo su potencial, sin olvidar las posibles repercusiones. La decisión sobre si invertir ahora y mejorar, o gastar cantidades ingentes de dinero para reparar el daño, está en sus manos.

Lo invito a continuar la conversación a través de Twitter o de mi correo electrónico, donde responderé con gusto a sus preguntas. Innovemos juntos.

vbeltri@duxdiligens.com

@vbeltri

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