José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

26 Sep, 2014

Codere logra acuerdo; en México espera ley de juegos

El pasado 23 de septiembre supimos que Codere en España logró una reestructuración de su deuda.

Codere, siendo la casa matriz de la principal empresa de juegos en México, que hoy en día también maneja el Hipódromo de las Américas, sale de una inminente quiebra. El mensaje para México parece positivo: la empresa de juego vuelve a ser viable, se queda en el país y podrá mantener sus planes de expansión, sobre todo con la nueva legislación que está por debatirse.

Acuerdo lock up con acreedores

El acuerdo de Codere España llamado lock up lo consideran una apuesta por la viabilidad, siendo que 75% de los acreedores de la empresa deben consensuar con la administración los puntos importantes para evitar la insolvencia.

La empresa seguirá presidida por José Antonio Martínez Sampedro. Y alcanza a refinanciar la deuda hasta el año 2020.

El acuerdo lock up se obtuvo entre 75% de los acreedores financieros y la familia Martínez Sampedro, la principal accionista, con 70% de participación de Codere.

Habrá un préstamo senior por 253 millones de euros, más la emisión de bonos por 675 millones de euros. Así la empresa se capitalizará.

Con CIE, en Hipódromo y Royal Yak

Codere aleja al fantasma de la insolvencia de pagos. Su apuesta en México va a continuar.

Aquí opera 82 establecimientos, donde tiene 73 puntos de apuesta y el Hipódromo de las Américas en la Ciudad de México.

Mantiene su sociedad con CIE. Sus marcas comerciales conocidas son Royal Yak, Jackpot, Mio Games, Bingo 777, Casino Bingo 777, Caliente y desde luego el Hipódromo de las Américas.

Nueva Ley de Juegos y Sorteos

Sin embargo, para Codere viene un momento importante en México, el de la nueva Ley de Juegos y Sorteos.

Los legisladores y la Secretaría de Gobernación, a cargo de Miguel Ángel Osorio Chong, están por sacar adelante la nueva legislación que sustituiría la que data del
año 1947.

Se propone un Instituto de Juegos y Sorteos, en el que participen los empresarios de la industria, instituciones independientes y, desde
luego, las autoridades.

Vendrían reglas claras para quienes quieran jugar. En primer lugar, la edad mínima será de 21 años. Un joven que quiera jugar no sólo tendrá que ser mayor de edad, de 18 para arriba, sino tener los 21 años de edad.

Se apoyaría la creación de casinos mejor montados, incluso en lugares turísticos.

Permisos de diez años

Un aspecto clave para las empresas es contar con reglas claras para la entrada al sector.

Muchos se acuerdan de la vez en que Segob, durante la administración foxista, terminó dando casinos a quienes tenían su filiación panista.

Deben existir reglas claras para entrar a los casinos y obtener el permiso.

También deben homologarse los tipos de juego, así como existir una regulación para operar las máquinas
de juego.

Los permisos para operar un casino ya no serán de 25 años, sino de diez con posibilidad a obtener una prórroga si se cumplen las obligaciones impuestas.

Casinos, no en todos lados

La nueva legislación trae un buen punto: dónde no instalar los casinos.

Por ejemplo, no ponerlos cerca de instituciones educativas. Tampoco cerca de lugares de culto o zonas arqueológicas. No estarían cerca de hospitales ni parques nacionales.

El gran tema es evitar que los casinos sirvan como lavado de dinero. Y sólo se logrará si existen reglas claras para la entrada de estos empresarios, y dentro de esas reglas claras la posibilidad de revisar los documentos para impedir falsificaciones que, lamentablemente, han sido utilizadas en México. No hay que tenerle miedo a los casinos, pero sí saber cómo operarlos y evitar que sirvan como lavado de dinero.

El peso mexicano

Vaya presión contra el peso mexicano.

Las posibilidades de recuperación de la economía de EU y, sobre todo, las declaraciones del vicepresidente de la Reserva Federal, Stanley Fischer, sobre las preocupaciones de presiones inflacionarias (posición hawkish) y, por tanto, de tener que elevar las tasas de interés para frenar la presión sobre los precios pusieron nerviosos a los mercados.

Esto se sumó a la ola de pesimismo proveniente de Alemania, que puso en duda el plan de recuperación europeo.

Total, los mercados lo resintieron. El peso mexicano no fue la excepción. Después de que el peso mexicano fue considerado una de las diez principales monedas del mundo (según la encuesta de Bloomberg), ahora nuestra moneda sufrió un fuerte revés.

Padeció la volatilidad en el mercado cambiario. Cerró en 13.39 pesos por dólar en el mercado mayorista, siendo su peor cotización desde enero pasado. Incluso en el mercado al menudeo se cotizó en 13.60 pesos.

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