Que no se olvide

Grupo Minera México y su presidente Germán Larrea ahora están jugando al muertito. Pretenden que a la opinión pública nacional se le “olvide” del más grave ecocidio causado por una empresa minera en la historia del país.

Como le hemos informado oportunamente, la primera fase fue la de la mentira. Negar que ellos habían sido los responsables; sin embargo, el peso de la realidad y las investigaciones demostraron que ellos eran los culpables, no las lluvias.

De hecho, la comisión de la Cámara de Diputados encontró más de 30 delitos y solicitó que le fuera cancelada la concesión a la mina de Cananea o, por lo menos, que se cerrara durante las investigaciones.

Lamentablemente, el secretario de Economía ha sido punto menos que omiso en los procedimientos que deberían realizarse por la dependencia que encabeza un hombre que, según parece, está abocado a complacer a todos los empresarios de Nuevo León que lo quieren ver como candidato del PRI.

Ildefonso Guajardo hasta el momento no ha dado una respuesta clara y concreta a los legisladores y, mucho más grave, a los afectados por el ecocidio.

La segunda fase de la estrategia, que fue desastrosa, fue hacerse las víctimas de una conspiración en la que, en su imaginación, participaron Enrique Peña Nieto, Televisa y los poderes fácticos con los cuales la empresa buscaba hacerse la víctima.

Durante muchos días fueron y vinieron rumores sobre la forma en que Larrea estaba siendo víctima de una conspiración y mentiras como que había tenido un acuerdo con el Presidente de la República.

Ahora se encuentran en una nueva fase, quizá la más peligrosa, puesto que fingen que están dispuestos a trabajar con las autoridades, apoyar a las personas (como lo debieron haber hecho) y buscan que nadie vuelva a tocar el tema para que por la vía del olvido se deje de dañar la imagen de la empresa y su cotización, que es lo que más importa, y no pagar todo el daño que hicieron de largo plazo para la comunidad.

Sería verdaderamente lamentable que Larrea lograra salirse con la suya, es decir, que pudiera seguir explotando concesiones de bienes del Estado mexicano para enriquecerse con una nula responsabilidad social como empresa.

Lo peor que puede pasar no es que se hagan maldades sino que la gente lo olvide fácilmente.

Adelanto

Hay una gran cantidad de anticipados que están calificando y descalificando a los que han sido presentados de manera extraoficial como postores por las concesiones de televisión que permitirían crear una o dos cadenas de televisión abierta.

Se trata, por decir lo menos, de una posición anticipada. Hasta el momento siete grupos recogieron las bases y no necesariamente pueden ser considerados como postores, puesto que podrían no seguir adelante con el proceso.

De hecho, los ajustes que hizo el organismo que preside Gabriel Contreras podrían hacer que algunos de los que recogieron las bases cambiaran no sólo su estrategia sino su posibilidad de operación.

Como muy posiblemente ya está informado, la noche del miércoles el pleno del Instituto Federal de las Telecomunicaciones tomó la decisión de recortar los tiempos para realizar y terminar la subasta a más tardar el último día de marzo del año próximo.

Se debe recordar que el 7 de marzo el IFT cumplió en tiempo y forma con iniciar el proceso de licitación; sin embargo, con la entrada en vigor de las leyes secundarias a la reforma a las telecomunicaciones se dio el espacio para que se dieran precisiones importantes en cuanto a los plazos y las características del proceso. En aquel momento el pleno del IFT se dio un tiempo demasiado largo para permitir que se terminara el proceso legislativo.

En estos momentos el proceso de licitación se encuentra en la fase en la que se analizan los temas que tienen que ver con la ley de competencia económica y, posteriormente, se pasará a una segunda fase en la cual se realizará el establecimiento de posturas en las cuales habrá una ponderación múltiple.

Se considerarán temas como la barra programática, la oferta económica y la cobertura que se plantea. De hecho, hay una vinculación bastante clara entre el número de concesiones (que pueden ser hasta 123) con la oferta económica.

Adicionalmente se analizan los temas que tienen que ver con la posibilidad de que el nuevo concesionario “rente” su ancho de banda para que otras empresas puedan sacar su programación.

La realidad es que se trata de un proceso que comienza a perfilarse de una manera verdaderamente positiva puesto que, sin lugar a dudas, la competencia en la televisión abierta será mucho más activa.

Si alguno de los que recogieron las bases no sigue adelante será por una decisión de negocios particular o, quizá más importante, porque no cumplen con los requisitos establecidos en la reforma constitucional. Quien trate de esconderse en una campaña del gobierno simple y sencillamente le está mintiendo.

Equivocado

El secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, se aventó un panegírico del éxito de la administración de Enrique Peña Nieto en disminuir tres puntos la informalidad al pasar al 57% cuando, dijo, seis de cada diez mexicanos estaban en esa economía.

Alguien, por piedad, le debería explicar que en noviembre de 2013 la tasa era de 59%, es decir, siendo muy precisos la disminución fue de dos puntos y no de tres. Pero algo mucho más importante, parecería mucho más un efecto estadístico que el éxito en los programas del gobierno. De hecho, sería bueno que el titular del Trabajo dijera cuáles son las razones de su “éxito”.

En esta columna he señalado una y otra vez que programas como Crezcamos Juntos van en el sentido correcto y que, en el mediano plazo, generarán una gran incorporación de mexicanos a la economía formal.

Hay muchos datos buenos en la economía, no se necesita inflar cifras para quedar bien o por lo menos se debe hacer con mucha mayor precisión.

El titular de la Secretaría de Trabajo debería estar mucho más ocupado en temas como los salarios reales que en festejar, con imprecisión, correcciones estadísticas.