Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

27 Sep, 2014

Abejas, platos extraños e innovación

En la semana que termina estuve en Nueva York atestiguando el proceso de premiación de los Hult Prize. Se trata de un concurso en el que se plantea un problema social y jóvenes universitarios desarrollan una solución emprendedora que tenga viabilidad comercial. Este concurso da por resultado un proceso de innovación y creatividad que puede resultar disruptivo y revolucionario.

El equipo ganador se lleva un millón de dólares como capital semilla para expandir e impulsar a la empresa social además del prestigio que implica ganar un concurso auspiciado por la Clinton Global Iniciative del expresidente estadunidense Bill Clinton y patrocinado por Education First de la familia Hult.

Cada año el expresidente y su fundación plantean un problemática que afecta a los más pobres y los equipos universitarios de todo el mundo se dedican a generar un proyecto empresarial que aborde dicha situación. En esta ocasión el reto era resolver un problema vinculado a una enfermedad no viral que afecte a los más pobres. 

Entre los seis grupos ganadores lo que sobró fue innovación, por ejemplo, un equipo desarrolló goma de mascar con xylitol, un producto que permite combatir la caries entre los niños de los barrios más pobres de la India. Otro proyecto desarrolló un dispositivo que permite realizar un tratamiento para las heridas utilizando presión negativa, lo que implica una curación mucho más rápida con la ventaja de que el aparato en cuestión es de muy bajo costo y fácil utilización. Las proyecciones de todos los equipos implicaban impactar la vida de 25 millones de personas en un promedio de cinco años.

El equipo que me pareció más creativo e innovador fue el de Beehealth, que implicaba entrenar abejas para que detecten marcadores químicos de enfermedades como la diabetes, cáncer o tuberculosis. Las abejas son colocadas en un dispositivo en el que soplan las personas y de acuerdo a la reacción de las abejas se sabe si la persona en cuestión tiene algún padecimiento. Las pruebas piloto se realizaron en un barrio muy pobre y muy poblado de India, debido a que uno de los principales problemas de salud es la falta de diagnósticos, debido a que son muy costosos.

Aunque la idea de las abejas fue la más creativa, los jueces entre los que se encuentra el Premio Nobel de la Paz 2006 Muhhamad Yunus, asignaron el premio al proyecto de Nanohealth, que implica un componente humano y un dispositivo mediante el cual se pueden hacer diagnósticos y monitoreo, de tratamientos de enfermedades a un costo muy bajo.

Aún más disruptivo e innovador que el equipo de las abejas o el de Nanohealth es el de la  empresa del ganador del Hult Prize del año pasado que son los de Aspire. Dicho emprendimiento detectó que el problema de nutrición se puede resolver con una solución de bajo impacto ambiental y sobre todo muy barata. Entre los datos que manejan Aspire se encuentra el hecho de que 100 gramos de carne animal contienen 28 gramos de proteínas, 15 por ciento de hierro y 14 miligramos de calcio mientras que 100 gramos de insectos comestibles contienen 21 gramos de proteína, 96 por ciento de hierro y 88 miligramos de calcio. El costo no tiene punto de comparación y por supuesto los insectos consumen mucho menos agua que una res y emiten menos gas metano, por lo que se aborda el problema de la escasez de agua y el calentamiento global.

Regresé de Nueva York entendiendo que más allá de grandes presupuestos, lo que se necesita para innovar es un grupo de personas listas para pensar diferente, con una buena capacidad intelectual y con la energía para contravenir las convenciones sociales. Este tipo de personas son las que permitieron que esta columna se escriba en un ordenador o que en algunas décadas el platillo más exclusivo de los restaurantes de todo el mundo sea de insectos comestibles.

 

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube