Forradas de efectivo, firmas de Alemania no paran de comprar

CIUDAD DE MÉXICO.- Los negocios de Alemania han sido el único punto brillante en la economía europea de estos últimos años, generando empleos y ganancias aun cuando sus vecinos se enfrentan a un desempleo tenaz.

Ahora, muchas de las compañías alemanas más grandes están aprovechando esa fuerza y llegando a grandes acuerdos para adquirir a sus competidores extranjeros.

En días recientes se anunciaron dos acuerdos por varios miles de millones de dólares. El conglomerado de ingeniería Siemens anunció la adquisición por 7,600 millones de dólares del Grupo Dresser-Rand, compañía estadunidense de productos petroleros.

Merck, el gigante de la química y los medicamentos, anunció que va a pagar 17,000 millones de dólares por Sigma-Aldrich, una empresa estadunidense de ciencias de la vida. (la empresa alemana Merck no tiene que ver con la farmacéutica estadunidense Merck & Company.)

Esas dos adquisiciones colocaron el total de compras alemanas en 105,000 millones de dólares en lo que va del año, la cantidad más alta desde 2007 y el tercer total más grande en 15 años, de acuerdo con Thomson Reuters.

Merck va a pagar 140 dólares en efectivo por acción de Sigma-Aldrich, lo que representa una prima de 37 por ciento en el valor de la compañía al cierre del 20 de septiembre.

El acuerdo expandirá la presencia mundial de Merck y representa la apuesta más reciente por las ciencias biológicas de una empresa alemana.

Norteamérica y Asia, el objetivo

Se espera que el acuerdo refuerce la presencia de Merck también en América del Norte, además de darle más exposición en los mercados de Asia y de aumentar su línea de productos. El continente americano representó casi la mitad de las ventas de Sigma-Aldrich en 2013.

Si la fusión hubiera ocurrido el año pasado, los negocios combinados de ciencias biológicas habrían tenido ventas provisionales de unos 6,000 millones de dólares. Las investigaciones de laboratorio y el mundo académico habrían representado casi la mitad de las ventas de la división combinada.

Sigma-Aldrich, con sede en St. Louis, produce más de 230,000 sustancias químicas y otros productos que se usan en investigaciones de laboratorio y en gran variedad de sectores comerciales e industriales, como las industrias farmacéuticas, de alimentos y de bebidas. En 2013 anunció ventas por 2,700 millones de dólares y emplea a unas 9,000 personas en 37 países.

Merck, que opera con la marca EMD en Estados Unidos y Canadá, manufactura productos para los sectores farmacéutico y químico. En 2013 anunció ingresos por unos 14,190 millones de dólares y emplea a unas 39,000 personas en 66 países.

Para Siemens, adquirir el Grupo Dresser-Rand significa un avance aún más grande en el pujante sector estadunidense.

Siemens está tratando de colocarse como actor en el auge del gas de esquisto, que ha impulsado significativamente la producción de petróleo y gas en Estados Unidos y que probablemente provoque un agudo incremento en el gasto en compresores industriales de trabajo pesado para petróleo y gas, turbinas y otra maquinaria que suministra Dresser, señalan los analistas.

El precio fue considerado elevado, en especial si se toma en cuenta que el año pasado cayeron los pedidos de los productos y servicios petroleros y de gas de Dresser-Rand.

Pero Siemens está apostando a que, en el largo plazo, Dresser-Rand reforzará su capacidad de capitalizar técnicas de perforación no convencionales, como la fractura hidráulica, que han hecho de Estados Unidos “el lugar ideal para el petróleo y el gas”, en palabras de Joe Kaeser, director ejecutivo de Siemens.

La adquisición de Dresser-Rand también le permite a Kaeser cantar victoria después de haber sufrido una pérdida ante General Electric, su inveterado rival. Hace unos meses, General Electric le ganó a Siemens la compra de los bienes de energía que vendió el grupo industrial francés Alstom.

Tecnología y autopartes también

Pero la manía de fusiones que está soplando en los negocios alemanes no se limita a industrias particulares. Además de los acuerdos en los campos farmacéuticos y de ingeniería, también las compañías alemanas de tecnología y fabricantes de autopartes han estado activas.

La semana pasada SAP, el gran fabricante de software empresarial anunció que adquiriría Concur Technologies de Seattle por 8,300 millones de dólares. Días antes, ZF Friedrichshafen indicó que pagaría más de 13,000 millones de dólares por TRW Automotive Holdings, fabricante de autopartes.

Y el acuerdo de Merck para comprar Sigma-Aldrich es la apuesta más reciente de una compañía alemana para entrar en el sector de las ciencias biológicas. La farmacéutica alemana Bayer anunció que estaba planeando diversificar su negocio de polímeros con una compañía nueva cotizada en bolsa, centrada en la atención médica y las ciencias biológicas.

En mayo, Bayer aceptó pagar 14,200 millones de dólares por el negocio de atención médica al consumidor de Merck & Company, adquiriendo marcas tan conocidas como al antihistamínico Claritin y el protector solar Coppertone.

En todo el mundo, las actividades de adquisiciones y fusiones se han recuperado y han alcanzado su nivel más alto desde antes de la crisis financiera.

La demanda acumulada de acuerdos, el apetito de crecimiento de los inversionistas, la deuda barata y la falta de otras formas evidentes de reducir costos han hecho que muchas empresas lleguen a acuerdos.

Muchos de los acuerdos realizados por compañías alemanas han sido para adquirir empresas estadunidenses, lo que subraya la salud relativa del mercado estadounidense.

La recuperación de los acuerdos se ha producido también sin consideración de los disturbios geopolíticos en Ucrania y el Medio Oriente.

Ya que las condiciones para celebrar acuerdos siguen siendo ideales y faltando varios meses para que termine el año, es muy probable que siga creciendo la lista de grandes acuerdos celebrados por las compañías alemanas.

Lo que es más, los acuerdos realizados por los compradores alemanes están en agudo contraste con la ola de inversiones derivadas hecha por empresas estadunidenses, que tienen la intención de pagar menos impuestos.