Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

2 Oct, 2014

¿Por qué se depreció el peso?

En las últimas tres semanas de septiembre, el peso perdió valor con respecto al dólar al depreciarse de 13.00 pesos a 13.50 pesos por dólar, esto significó una caída de 3.8 por ciento.

Las razones son varias y trataré de darle al lector mi interpretación. 

En primer lugar, es importante reconocer que más que un declive de nuestra moneda, lo que se está viviendo es una fortaleza del dólar. Esta divisa,  que perdió cerca de 20% de su valor en relación a las monedas más sólidas del mundo (euro, yen, libra esterlina, franco suizo, etcétera) en los últimos 15 años, está entrando en un ciclo de fuerza, debido a muchos motivos; entre ellos, los más importantes son: una mejora significativa de su equilibrio fiscal, perspectiva halagüeña de su economía —al ser la primera nación que sale de la crisis financiera de 2008— y terminación de un periodo muy largo de expansión monetaria, durante el cual se emitieron 4.6 trillones de dólares.

Todos estos factores están provocando que el dólar se revalúe en forma importante en relación a una canasta de monedas fuertes; y mucho más, contra las divisas de los llamados países emergentes. En función de lo anterior, hemos visto en lo que va del año y con mayor ímpetu en la última semana, cómo prácticamente todas las monedas se han debilitado con respecto al dólar.

El euro ha bajado de 1.34 euros por dólar a 1.25 euros; del 1 de enero al 1 de octubre de 2014,  el real brasileño se ha depreciado 5%, tanto el peso colombiano como el peso chileno lo han hecho 5.1 y  13.8%, respectivamente. Como ya comentamos, el peso ha bajado casi cuatro por ciento.

Las monedas de las naciones emergentes van a bajar su valor contra el dólar, porque seguramente perderán parte de los flujos que recibieron cuando las tasas en Estados Unidos se fueron al piso y los inversionistas institucionales buscaron mejores retornos en monedas distintas al dólar; sin embargo, ahora que las tasas de nuestro vecino se suban —lo cual sucederá entre marzo y junio del año entrante—, una parte de esas inversiones regresarán al dólar debilitando así las monedas emergentes.

Un dólar revaluado provoca bajas en el precio de las materias primas, por lo que las naciones que más van a sufrir son aquellas en las cuales su comercio exterior es muy dependiente de la exportación de productos primarios.

Brasil, Argentina y Chile son algunos ejemplos de países que tendrán que ajustar el valor de sus monedas a una nueva realidad. El caso de México es distinto, debido a que nuestras exportaciones son preferentemente de manufacturas, y el petróleo ha disminuido notablemente su valor en el total de las exportaciones; esto no quiere decir que no nos veremos afectados, pero el impacto será muy inferior al de las zonas antes mencionadas.

De hecho la expectativa de cierre del peso con respecto al dólar, de CI Estrategias por Somoza Musi, es de 13.20 pesos por dólar para fin de año.

La turbulencia en los mercados y la volatilidad en el tipo de cambio, de los últimos días, es producto de que muchos inversionistas ven inminente que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) empiece a subir la tasa de interés antes de lo previsto; o sea, en el primer trimestre en lugar del segundo; los movimientos que se han visto son un poco irracionales, porque todo el mundo sabe que la tasa va a subir.

En mi óptica, no hace mucha diferencia, cuándo empiece este movimiento; para mí lo importante es que el alza sea poco a poco, no de jalón;  y, por supuesto, que no se suba por arriba de 1.5% en 2015, para que no vaya a inhibir el crecimiento de la economía.

Seguramente en la próxima reunión del Banco Central estadunidense, en octubre, tendremos más elementos para contestar las interrogantes que hoy tenemos.

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