Lo que hay y lo que falta

La capacidad de negociación que implicó la aprobación de las Reformas Energética y la de Telecomunicaciones, la planeación que permitió el anuncio de la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, la propuesta de reformas para impulsar la productividad de manera realista dan cuenta de un México que se asoma nuevamente a la posibilidad de entrar a una nueva etapa en la generación de riqueza y crecimiento económico. Esta nueva etapa genera un mejor entorno para las empresas que finalmente son el actor económico que permitirá que el país avance.

Este nuevo entorno que se perfila también se ha dado gracias a un congreso mucho más flexible y tiene casos de éxito muy concretos a nivel estatal con entidades como Aguascalientes, Chihuahua o Querétaro, por mencionar algunas.

No obstante, una promesa pendiente y que no se ha cumplido es la que tiene que ver con la debilidad del Estado de derecho que se manifiesta en la economía informal y en la inseguridad y ello se debe a la disfuncionalidad en la relación de los tres órdenes de gobierno. 

El arreglo institucional impide que el gobierno federal pueda resolver las profundas fallas que se manifiestan a nivel de los estados y los municipios y que son de los grandes obstáculos para que el país desarrolle todo su potencial.

Incluso el sector automotriz, que es la historia de éxito por excelencia de México, se queja de la entrada de vehículos ilegales procedentes de Estados Unidos y Canadá, las compañías de logística son afectadas en algunas zonas del norte país, otras tienen que lidiar con la laberíntica burocracia y cotos de poder de municipios y estados para poder expandirse geográficamente. Otras más ya descuentan de sus estructuras de costos los robos internos y externos a los que están sometidas.

Homex en el fondo del túnel

La desarrolladora de vivienda Homex, junto con su presidente Eustaquio de Nicolás, atraviesa una de las etapas más oscuras de sus 25 años de historia con una deuda de 98 mil millones de pesos y un proceso de concurso mercantil complejo que limita su liquidez para implantar estrategias financieras que le permitan salir del atolladero, a ello se suma un muy difícil entorno de operación que complica aún más el flujo de recursos que les permitiera salir adelante. 

Conflictos en el cielo

La Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) hace años que no ve la suya y es que ahora que la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), que lleva Alexandro Argudín, declaró la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, lo que será acompañado de un sistema que permita establecer claramente cuál es la utilización real de los slots, lugares de despegue y aterrizaje. Sin embargo, ha habido resistencia para implantar dicho sistema por parte de Fernando Flores, presidente de la Canaero,  lo que no refleja el consenso de los participantes del gremio. Dado el crecimiento que se avecina para el sector necesitarán un presidente que pueda generar los consensos entre los participantes del sector para que la voz de las compañías aéreas mexicanas se unifique y se fortalezca.