Culpables del fraude a Banamex

La investigación de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores sobre el caso de Oceanografía concluyó y emitieron la siguiente opinión:

“Amado Omar Yáñez Osuna y/o Armando Yáñez Osuna, administrador único de OSA (Oceanografía SA); Jorge Terán Vanoye, director de proyectos... y Alberto Duarte Martínez... superintendente de construcción... (ambos de OSA)... conocieron, consintieron y/o ejecutaron la conducta dolosa encaminada a proporcionar datos falsos sobre la veracidad e idoneidad de las estimaciones de la obra y la relación de derechos de crédito a descontar que fueron materia de la presente opinión para la obtención de un crédito en Banamex lo que generó un quebranto patrimonial a dicho banco por 455 millones 281 mil 789.69 pesos... que se encuentra inmerso en el registro contable del daño patrimonial por 5,234 millones de pesos... esto a sabiendas de que dicha falsedad generaría, como en efecto ocurrió, el quebranto patrimonial en cita para adecuarse a la hipótesis típica prevista y sancionada por el artículo 112, fracción 1 de la Ley de Instituciones de Crédito.”

Este artículo señala que quienes incurran en estas conductas deberán ser sancionados hasta en una mitad más que las penas previstas para los ejecutivos de instituciones financieras.

En el segundo apartado de la opinión del organismo que encabeza Jaime González Aguadé determina que “en los términos para los efectos del artículo 115 de la Ley de Instituciones de Crédito se determina que la conducta típica desplegada por Emilio Granja Gout, director de Banca Corporativa; Alfonso Ortega Brehm, director de Trade; Juan Pablo Añorve Bórquez, subdirector de Banca Corporativa; Erik Cervantes Murillo, analista de negocios; Vanesa Maricela Ramírez Segura, product manager; Sergio Torres Lebrija, channel finance head; José Ángel Castillo Guerrero, transactions Svs, Sr Supervisor; Ricardo García Salgado, transactions Svs. Sr supervisor, y Angélica Ruiz Martínez, transactions Svs. Sr Asociate 2 en su carácter de funcionarios, directivos, factores o personas que actuaron por su cuenta o a nombre de Banamex igualmente satisfacen los requisitos previstos en el artículo 112 en su fracción III de la Ley de Instituciones de Crédito, toda vez que conocieron, consintieron e implementaron acciones dolosas encaminadas a autorizar o realizar operaciones a sabiendas de que resultarían en quebranto al patrimonio de la institución (Banamex) lo que se materializó al permitir mediante su acción u omisión que OSA cediera estimaciones apócrifas a Banamex para ejercer la línea de crédito autorizada para OSA lo que generó un quebranto patrimonial a dicho banco acreedor de 455 millones 281.789 pesos... esto a sabiendas de que dichas operaciones indebidas le generarían al banco, como en efecto ocurrió, dicho quebranto patrimonial para adecuarse a la hipótesis típica prevista y sancionada por el artículo 112, fracción III de la Ley de Instituciones de crédito.”

A la luz de este documento de la CNBV valdría la pena hacer algunas preguntas: ¿Por qué Yáñez se encuentra en una situación tan cómoda que, incluso, ha generado que algunos especulen que el SAE le devolverá la empresa? Hasta se quejan de que será mucho más pequeña de lo que había, pero casi dicen que está a punto de lograr un usted disculpe por parte de la autoridad.

La segunda, ¿por qué Martín Díaz tiene que estar prófugo de la justicia si cada vez hay mayores evidencias, como la presentada en esta columna que no participó de ningún modo en estas operaciones? ¿Quién y por qué lo eligió de chivo expiatorio?

Ridículos

Quisieron, con una estrategia verdaderamente fallida, calentarle el caldo al Instituto Federal de Telecomunicaciones en materia de transparencia durante la reunión que organizó el IFAI la semana pasada.

Seguramente recuerda que las plañideras de siempre, dizque representantes de la sociedad civil, hicieron una campaña según la cual querían convencer de que el instituto encabezado por Gabriel Contreras violaba la ley porque no permitía que las sesiones del pleno del IFT se hicieran con público.

Como lo hemos expresado en esta columna, se trataba cuando menos de un sofisma y, en el extremo, en una intención más de minar la credibilidad que ha ido forjando este instituto no con base en declaraciones ridículas o protagonismos estériles como fueron comunes en los tiempos de la Cofetel, sino con acciones bien pensadas, tomadas en plenos donde se debate pero que se llega a determinaciones institucionales.

Es claro que a los patrones de los que tratan de hacerse pasar como representantes de la sociedad civil les conviene un regulador tan histriónico como ridículo puesto que es más fácil tender trampas sobre lo importante. Tan ineficiente como capturado por los intereses dominantes.

El asunto es, si se ve bien una verdadera tontería. Confundir que las sesiones deben ser públicas a con público es tan interesante como tratar de determinar el sexo de los ángeles o cuántos caben en la punta de un alfiler.

Durante el seminario de transparencia y acceso a la información organizado por el IFAI muchas voces se unieron para explicar, que a no dudar, hay que tener mucho cuidado con la transparencia.

De hecho, Banco de México estableció que hay temas que no pueden ser puestos directamente ante la opinión pública porque causarían más daño. Algo similar sucede con el IFT, puesto que lo importante es que se conozca qué decidió el pleno y cómo se construyó el acuerdo.

Irresponsabilidad

José Isabel Trejo y un grupo de legisladores irresponsables de Acción Nacional no sólo andan buscando engañar bobos con su contrarreforma fiscal, que no es otra cosa que la búsqueda de una bandera para las elecciones del año próximo, sino también están inventando soluciones mágicas al déficit de uno por ciento del PIB.

Entre las barbaridades que han deslizado está mover la estimación del precio del petróleo para el año próximo. Ciertamente ha sido una práctica común de los legisladores ajustar el tipo de cambio para no hacer bien el trabajo y, en no pocas ocasiones, han generado gravísimos problemas para la economía nacional.

Mucho más allá de la estimación realizada por el equipo de Luis Videgaray en la Secretaría de Hacienda hay un hecho contra el cual siempre se enfrenta el populismo: la realidad. El precio del petróleo mantiene una fuerte tendencia a la baja que se sostendrá durante la primera mitad del año.