Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

11 Oct, 2014

Bienvenido el Dreamliner TP01

Cualquier polaco recuerda exactamente qué estaba haciendo el 10 de abril de 2010, como cualquier mexicano recuerda dónde estaba el 23 de marzo de 1994. Al igual que en México, en Polonia la duda sigue rondando los hechos de aquel día cuando un avión Tupolev se estrelló en el bosque mientras se aproximaba al aeropuerto de la ciudad rusa de Smolesk. El incidente dejó súbitamente acéfala a Polonia. Además del presidente, en la aeronave murieron el gobernador del banco central, el jefe del estado mayor, el vicepresidente de exteriores, entre varias decenas de legisladores del país europeo. El asunto ocasionó una gran crisis política y mucha tensión internacional con Rusia,  convirtiéndose en el peor incidente que ha sufrido Polonia desde la Segunda Guerra Mundial. El avión presidencial de cualquier país es un elemento de seguridad nacional y, en la etapa que actualmente vive México, es una herramienta indispensable para establecer y fortalecer lazos con los socios de la Alianza del Pacífico, nuestros socios del TLCAN, de la Unión Europea y con la segunda mayor economía del planeta en Asia. Tan sólo en lo que va del año el Presidente ha realizado 14 viajes internacionales en el actual TP01 que es un 757 que data de 1987, y que entró en funciones al siguiente año debido a que el entonces presidente Miguel de la Madrid no lo pudo utilizar por las críticas que generó su adquisición. La aeronave fue discontinuada en 2005 por Boeing y tiene una autonomía limitada por lo que no puede llegar de manera directa a Europa y mucho menos a Asia. 

La llegada del Dreamliner ha generado críticas obvias en cuanto a la pertinencia de una nueva aeronave para la Presidencia. Primero hay que decir que la decisión se tomó en tiempos de Calderón, cuya administración sufrió dos pérdidas críticas por incidentes aéreos en los que perdieron la vida sus secretarios de Gobernación. En segundo lugar, aunque muchas notas hablan del avión más caro para un presidente, los 130 millones de dólares de costo, más remodelaciones, no constituyen un avión realmente caro.

Además si resulta necesario hacer un cambio de avión,  lo mejor es que sea la aeronave más avanzada para que no ocurra lo de Brasil en donde el entonces presidente Lula Da Silva compró un A319 en 2004 con poca autonomía de vuelo que llevó a la presidenta, Dilma Rousseff, a intentar cambiarlo recién asumió la presidencia en 2011.

Sin duda, México tiene problemas graves y urgentes como encontrar a los jóvenes desaparecidos en Guerrero, episodio que muestra la disfunción que hay entres los tres órdenes de gobierno en donde las autoridades municipales, en muchos casos, no sólo no ayudan sino que son el origen del problema, los gobiernos estatales en el mejor de los casos estorban y el gobierno federal llega de manera reactiva a tratar de solucionar situaciones totalmente descompuestas. Sin embargo, cancelar la compra del avión sería un error porque de todas formas se tiene que renovar flota en el corto plazo y cancelar una orden de compra, que fue realizada desde la administración anterior, sería aún más costoso por las penalizaciones que contemplan ese tipo de contratos y en tercer lugar aunque el avión fuera caro, sin duda,  es más barato que el costo que significaría un incidente aéreo con el Presidente. Por ello bienvenido el Dreamliner TP01.

China comienza abrir la cartera

China tiene claro que se han abierto oportunidades para hacer negocios en México, muestra de ello, es el anuncio de esta semana sobre los 600 millones de dólares que Risen Energy México invertirá para un parque solar en Durango. El director general de esta compañía, Bao Rongling, me dijo que adicionalmente y muy pronto, estará llegando la automotriz Geely al país con una inversión de más de mil millones de dólares. Ambas inversiones demuestran que México está en el mapa del gigante asiático. Sigamos el diálogo en Twitter.

 

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