Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

20 Oct, 2014

Los peligros de 2015

La economía mexicana tiene muchas buenas perspectivas para el próximo año, pero también tiene enfrente riesgos enormes que la pueden descarrilar.

La estabilidad macroeconómica que pareciera que llegó para quedarse y las buenas expectativas que han abierto las reformas estructurales aprobadas, en especial la energética, hacen vislumbrar un 2015 con buenos resultados:

Baja inflación, entre 3% y 4%; un mayor dinamismo económico, cuando menos ligeramente arriba de 3% e inversiones crecientes estimuladas por estas expectativas son los pilares de 2015.

Pero también hay muchas turbulencias enfrente que hacen temer por el futuro de la economía mexicana en el corto y mediano plazos.

Acaso la mayor amenaza es la reciente inquietud social derivada de episodios como el de los normalistas de Iguala; el asesinato de diputados federales y el crecimiento de la violencia en varias entidades del país.

En la memoria de los mexicanos está muy reciente aún aquel 1994 en el que el levantamiento del EZLN  y los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruíz Massieu descarrilaron un proyecto económico que hasta ese momento causaba asombro al mundo.

Pero también hay que recordar que el año que entra hay elecciones de diputados federales y de gobernador en ocho entidades del país. Y en años electorales el mundo político enloquece y se dedica a prometer lo que nunca va a cumplir; pero también, los ciudadanos se distraen con tantas campañas al mismo tiempo y con tantas ilusiones de que los que llegan sean mejores que los que se van.

Pensar que los conflictos sociales y políticos no afectan a la economía es un sueño tan frágil como una pompa de jabón.

Junto con esos aspectos internos, el ambiente internacional no es precisamente el mejor.

Es verdad que la economía de Estados Unidos se ve bien, con un crecimiento alrededor de tres por ciento.

Pero el resto del mundo tiene mala cara: Europa se acerca a una recesión; España no termina por salir, Francia e Italia trastabillean y hasta el dinamismo alemán parece marchitarse.

Además, el crecimiento de China está disminuyendo y sus desequilibrios económicos aumentando, con una moneda sobrevaluada y un sistema bancario que todo mundo dice que tiene hoyos terribles que nadie quiere reconocer.

Si esos peligros se materializan habrá una gran turbulencia en la economía mundial de la que México no se podrá librar.

Pero, además, hay algo que parece mala suerte: en el momento en que el país logró concretar una Reforma Energética, el mundo petrolero parece derrumbarse: los precios de petróleo se caen producto de un mercado saturado de producto.

Y en ese clima, los proyectos de inversión petrolera podrían retrasarse, porque sencillamente a menores precios menor rentabilidad de los proyectos.

Eso, sin contar los efectos que una mayor caída en el precio de hidrocarburo puede causar en las finanzas públicas.

La última gran crisis, la de 2009, México no la enfrentó bien en un primer momento y eso no puede volver a pasar. Subestimar los riesgos sólo hace que los costos sean mayores.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.

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