Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

22 Oct, 2014

Acechan tres viejos enemigos del turismo mexicano

Aunque todavía no termina la redacción de su Panorama de la Actividad Turística del cierre de año, termómetro del sector que produce la Escuela de Turismo de la Universidad Anáhuac junto con el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), su director, Francisco Madrid, tiene algunas preocupaciones.

Aunque públicamente ha reconocido que en su pronóstico para 2014 no anticipó crecimientos de dos dígitos, ni en la llegada de turistas internacionales ni en los ingresos de divisas, como sucedió, ahora percibe otros problemas.

Hay que reconocer también que sus modelos tienen un buen “porcentaje de bateo” y que hasta ahora son muchos los aciertos.

Es así que la evidencia muestra algunos nubarrones en el horizonte, que de concretarse pueden derivar en un complicado 2015.

Para comenzar está el tema de la economía mundial recesiva, a la que hizo referencia también Pedro Aspe Armella, el copresidente de Evercore durante la conferencia que dictó la semana pasada sobre turismo.

Una de las razones que explican esos crecimientos de dos dígitos, es precisamente la recuperación que ha mostrado la economía de Estados Unidos, aunque todo parece indicar que está perdiendo potencia.

Situación que obviamente comparten la Unión Europea, que, de hecho, está en recesión, e incluso China, el gigante que está reduciendo su ritmo de crecimiento de más de diez por ciento a menos de siete por ciento.

El otro elemento es el manejo eficiente que ha hecho el gobierno mexicano, en comparación con la imagen de inseguridad que pesó sobre el país el gobierno pasado, con aquella frase mal ponderada de la “guerra contra el narco”.

Ahora esa ventaja podría cambiar, ya que en los medios internacionales ha recibido una gran cobertura la deplorable historia de los jóvenes desaparecidos en Tixtla, Guerrero, que refleja la existencia de actitudes gubernamentales primitivas al extremo en algunas poblaciones de México.

Finalmente está el asunto del ébola, enfermedad que si bien no ha llegado a México ya logró saltar desde África hasta América y tiene el potencial de convertirse en un gran inhibidor de los viajes, como ya sucedió con el Síndrome Agudo Respiratorio (SARS) y con la nueva influenza que afectó directamente al turismo de México.

Madrid aclara que no se trata de un escenario probable, pues hasta ahora el problema aparentemente no se ha salido de control, pero sí hay que considerarlo dentro de lo posible.

Si estos viejos enemigos del turismo mexicano: el bajo crecimiento económico en Estados Unidos, la imagen de inseguridad y una epidemia, llegaran a crecer en los próximos meses, lo cierto es que el panorama, que hoy parece tan positivo, podría comenzar a enrarecer, lo que en absoluto resulta deseable para la incipiente prosperidad que refleja el turismo en México.

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