Salo Grabinsky

Del verbo emprender

Salo Grabinsky

25 Oct, 2014

Visión y ejecución

Como ya sabrán mis lectores, me gusta sazonar mis artículos con dichos y refranes de todo tipo, aunque mi preferencia son los innumerables productos de la cultura popular mexicana.

Esta vez voy a variar un poco, ya que en la revista norteamericana Vanity Fair encontré un artículo sobre los nuevos miembros del establishment (hombres y mujeres que más influencian y tienen en negocios en ese país y en ciertos casos, a nivel global). Son preponderantemente creativos y/o emprendedores de la era digital, tanto en electrónica, como en telecomunicación y, por supuesto, en la cada vez más famosa red. Los fundadores de Google, Facebook, LinkedIn y otros, así como los directivos de Apple, Disney y News están presentes. Ya empiezan a destacar mujeres ejecutivas en Yahoo!, Facebook, eBay y otras grandes empresas. Es interesante ver esta lista.

Volviendo al tema de los dichos, me encontré con uno muy atrayente que es aplicable a emprendedores(as), inventores y en general a personas creativas. El dicho, atribuido a W. Isaacson, plantea que “visión sin ejecución es una alucinación”.

Cuántos casos hemos vivido o conocido de personas brillantes, tanto científicos, como artistas con una imaginación e inventiva fuera de serie que permanecen en la obscuridad porque no logran aterrizar sus proyectos u obras privándose y a la comunidad de grandes logros.

Otros están tan absortos en la teoría y entelequias de todo tipo que se pasan la vida en un estado ambiguo o peor, al no saber madurar y poner en marcha sus conceptos y hacerlos tangibles, se amargan o logran que algunos vivales se aprovechen de ellos. Me viene a la mente la accidentada historia de mi pintor favorito, Vincent van Gogh, que, dado su estado mental y la falta de capacidad para promoverse, encargó a su hermano Theo la difusión de su obra, misma que fue un arduo trabajo que fracasó en su momento. Vayan ahora a cualquier museo importante o a las subastas de arte y verán la valuación de su maravillosa obra.

Los emprendedores son creativos e inconformes. Buscan oportunidades o tienen ideas de todo tipo, pero muy pocos llegan a hacerlas realidad. Arguyen falta de recursos, lo cual es real en cierta medida, pero se pueden empezar proyectos con muy poco. Otros se quejan que no son comerciantes (¿o es que lo sienten como algo debajo de su nivel intelectual?) y finalmente (aunque puede haber más conceptos) los que están mental o artificialmente en otro planeta y difícilmente podrán bajar a la realidad.

Sea lo que fuese que usted, sus familiares jóvenes, amigos quisieran lograr en su sueños, siento que hay una fuente inagotable de creatividad, ideas “noveles”, pensar “fuera de la caja” que se están yendo al olvido porque no se tiene el impulso para hacerlas realidad. Hay también el temor al fracaso, a hacer el ridículo o la falta de personalidad necesarias, pero aunque sea entendible, es una pérdida para todos. Aunque les suene como arenga motivacional hueca, uno tiene que dar el paso, sólo o con ayuda, para dejar huella en este mundo con hechos tangibles (obras de arte, libros, edificios e ideas convertidas en objetos o servicios que enriquezcan a la comunidad). Con la revolución digital en estos tiempos hemos visto multitud de muestras de ingenio, sobre todo de gente joven, inquieta y nos estamos beneficiando en nuestra vida y actividades. ¡Hay tanto más por descubrir, si desatamos ese potencial! En resumen, amigos lectores, traten de realizar su visión y apoyen a su gente para que lo ¡intenten!

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