Darío Celis

Tiempo de negocios

Darío Celis

28 Oct, 2014

Serán estudios de mercado cruciales en la megalicitación de medicamentos del IMSS

Efectivamente, el IMSS estará recibiendo esta semana toda la documentación de los laboratorios farmacéuticos y los distribuidores que participarán en las 14 licitaciones en que se dividió la compra consolidada de medicamentos, dispositivos médicos y material de curación.

Ayer le platicaba que el organismo dirigido por José Antonio González Anaya se apresta a iniciar los concursos a finales de semana o muy probablemente la próxima. A estas alturas, los participantes ya conocen los estudios de mercado que la convocante debió compartirles.

Hablamos de un factor crítico en el procedimiento licitatorio. El IMSS estuvo obligado hoy más que nunca a realizar una detallada investigación de mercado con la finalidad de corroborar que lo que está requiriendo existe, lo tienen los proveedores y a qué precio.

Se trata de algo esencial para tomar una decisión de compra, que en el caso de esta megalicitación involucra la adquisición de dos mil millones de unidades distribuidas en unas mil 900 claves del cuadro básico que se dispersarán en 17 estados, dos secretarías y dos dependencias.

El IMSS y los funcionarios encargados de la compra consolidada estarán bajo el escrutinio público este año para evitar casos como el de la Doxorrubicina. La licitación pública internacional bajo tratados que se llevó a cabo exactamente un año, pasó por alto dichos estudios de mercado.

Pero si la omisión del análisis mercadológico del producto fue en sí mismo una agravante, más lo fue todavía el que se pasaran por alto las cotizaciones de los fabricantes y la calidad del registro sanitario en los términos que fija la Ley General de Salud.

Como cereza del pastel, se llegó al extremo de aparentar apego a la normatividad, pero se terminó imponiendo la realidad que después se fue a denunciar al Órgano Interno de Control del IMSS: se incluyó el medicamento y se abrió la licitación internacional a tres proveedores.

Acto seguido, la investigación de mercado del IMSS subió a la contienda a Savi como distribuidor del producto del Laboratorio Zurich, pero con un registro, el 224, que resultó ser falso. El otro oferente fue Asopharma, que quedó fuera por no haber tratados comerciales con Paraguay.

De cara al abastecimiento de productos para 2015, que implica una erogación de por lo menos 51 mil millones de pesos, como es lógico hay preocupación entre no pocos miembros de la Canifarma, que preside Dagoberto Cortés, por la transparencia de la megalicitación.

La atención de propios y extraños estará en la Dirección de Administración, que lleva Antonio Berumen, y sus dos principales apoyos, Juan Rogelio Gutiérrez, como coordinador de Bienes y Contratación de Servicios, y Rogelio Buenrostro, como coordinador de Control de Abasto.

Y es que a dichos funcionarios se les atribuye no sólo el desaseo que permitió a Savi, de Javier Salazar, ofrecer la famosa Doxorrubicina con registro sanitario falso, adjudicarles el contrato y posteriormente corregir el registro sanitario al 277 otorgado por la Cofepris un mes después.

La feria de irregularidades remató con que el IMSS dio manga ancha a Savi para que entregara el medicamento con el susodicho número de registro 227 marcado en su empaque, lo que a juicio de los demás oferentes fue una violación a la Ley de Salud.

Por ello la duda razonable ahora que está por arrancar la compra consolidada es: ¿se repetirá la misma fórmula tramposa?, ¿se volverán a ignorar los estudios de mercado?

Sanfer negocia

Corre la versión en el sector farmacéutico de que el grupo de Ricardo Amtmann está negociando con Alberto y Manuel Saba quedarse con el control de Casa Saba.

No suena descabellado, sobre todo si considera que los laboratorios Sanfer y Hormona de su propiedad son de los principales acreedores del distribuidor de medicamentos. Según trascendió, los Amtmann capitalizarían sus deudas y se quedarían con un porcentaje importante de acciones del otrora influyente Casa Autrey. Le he platicado aquí que los hermanos Alberto y Manuel Saba Ades están resintiendo la presión de una treintena de laboratorios afiliados a la Canifarma, que preside Dagoberto Cortés. Saba arrastra pasivos por unos siete mil millones de pesos. El HSBC, de Luis Peña, y Banorte, que dirige Alejandro Valenzuela, también presionan.

Comerci: lento

Habrá que esperar un poco más para el cierre entre Comercial Mexicana y Grupo Chedraui.

Aunque ya existe un memorándum de entendimiento, las huestes de Guillermo González Nova y Alfredo Chedraui Obeso todavía no terminan de definir detalles finos de la operación. La semana pasada hubo avances, pero aún hay temas que Rothschild, capitaneada por Eugenio Torres, tendrá que planchar.

Es probable que todavía lleve esta semana. El objetivo era finiquitar este mes. Aunque la intención sigue siendo anunciar la operación en octubre. El acuerdo sigue siendo dejar fuera los formatos de Sumesa, City Market y Fresko, no usar las marcas Comercial Mexicana, Miércoles de Plaza, Julio Regalado y La Cómer por unos 15 años. La transacción ronda los 56 mil millones de pesos, incluidas rentas de inmuebles a 20 años.

Prepara URBI

Lo que también está emplazado para el viernes, aunque igual y no se cumple, es la petición de Concurso Mercantil preacordado de URBI.

Toda la documentación la tiene lista desde septiembre el abogado Alfonso López Melih, pero el comité de bancos liderado por HSBC, de Luis Peña, se ha mostrado excesivamente cauteloso. En el caso de la viviendera de Cuauhtémoc Pérez Román, estamos hablando de pasivos ya muy superiores a los 20 mil millones de pesos.

No se quiere caer en el juego de los bancos, representados en este caso por White & Case, de Vicente Corta, que en el expediente de GEO aún no canalizan los créditos para reactivar la operación.

En URBI será el comité de bonos y Banorte los que otorgarían el crédito de emergencia. Entre los bonistas apunte a Ashmor, PIMCO, Black River, Bluebay, Blue Montain, Graylock y Apollo.

Banobras presta

Fue ayer mismo cuando el Fonatur, que dirige Héctor Gómez Barraza, firmó con Banobras la reestructuración de su deuda.

El banco comandado por
Alfredo del Mazo Maza había otorgado desde 2008 unos tres créditos a ese fideicomiso a fin de solventar la compra de las tres mil hectáreas que servirían para lanzar el Centro Integralmente Planeado de Playa Espíritu, en la zona de Escuinapa, Sinaloa.

En el mismo financiamiento con el que se la pagó a Antonio Toledo Corro mil 200 millones de pesos participó Inbursa, el de Carlos Slim.

Ahora Banobras otorgó a Fonatur un crédito de cuatro mil 43 millones de pesos para redocumentar la deuda a 20 años. Por lo demás el megaproyecto se redimensionó. Ya no serán cuatro mil sino tres mil habitaciones las que se construirán. Este año se tendrán disponibles las primeras 60 y en 2015 se agregarán otras 80.

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