José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

31 Oct, 2014

Harberger Fest

Con motivo de haber cumplido 90 años de edad, el pasado julio un grupo de los alumnos de Arnold C. Harberger, de la Universidad de California en los Ángeles (UCLA), cuya mayoría vive en la ciudad de Washington, organizó el sábado pasado una conferencia en su honor que se celebró en mi universidad.

Los alumnos “jóvenes” de Alito, como apodamos a nuestro querido maestro sus alumnos de habla española que tomaron clases con él en la UCLA entre 1984 y 2014 —¡sigue impartiendo cátedra aún hoy!—, tuvieron la cortesía de invitar a los “viejos” que fuimos sus alumnos en la Universidad de Chicago entre 1953 y 1991.

Esta conferencia, que a ratos reunió a 30 alumnos de Harberger —como suele ocurrir con gente ocupada, hubo quienes asistieron parcialmente—, discutió los grandes temas en los que el maestro ha hecho aportaciones importantes a la ciencia económica: crecimiento, inflación, temas distributivos y el tipo de cambio real.

La presentación sobre crecimiento corrió a cargo del argentino Mario Catalán, economista principal del Departamento de Mercados Monetario y de Capital del Fondo Monetario Internacional (FMI), que hizo una excelente revisión de la esencia requerida para que se genere un proceso sustentable de crecimiento en los países.

Lo que Alito nos ha enseñado al respecto es, primero, identificar las malas políticas y las distorsiones que impiden el crecimiento; luego, a desplegar el herramental de la teoría aplicada del bienestar —los famosos triángulos harbergerianos— para estimar sus costos; cómo instruir en economía aplicada al mundo real y a los funcionarios de gobierno, y cómo elevar la probabilidad de alcanzar el éxito en el servicio público.

La siguiente presentación sobre distribución del ingreso y política fiscal en América Latina la hizo Sebastián Sosa, economista uruguayo que labora en la División de Estudios Regionales del Hemisferio Occidental, también en el FMI, y quien obtuvo su doctorado en la UCLA en 2006.

Las lecciones de Alito sobre el tema se sintetizan así: adoptar un enfoque dual al enfrentar la mala distribución del ingreso atacando sus raíces de fondo con mejor educación, salud y acceso a servicios financieros, con efectos en el largo plazo, y una redistribución del ingreso mediante la política fiscal para paliarla en el corto plazo.

A este respecto, siempre es más eficiente hacerlo mediante mayor gasto social “focalizado” que con un sistema tributario progresivo, preservando un equilibrio fiscal sustentable —que el déficit fiscal sea inferior al crecimiento de la economía—, pues prevenir devastadoras crisis financieras es la más prioritaria política social.

La tercera presentación tocó el tema recurrente de la inflación en Argentina y la hizo Eduardo Ganapolsky, la excepción entre los economistas presentes, pues vive en su país y preside una sociedad de inversión de la Bolsa de Valores de Buenos Aires. Lo increíble es que las autoridades nieguen que haya vínculo alguno entre la emisión de dinero y el aumento en los precios: ¡No aprendieron nada de décadas de inflación!

Empleados del gobierno de Cristina Fernández han venido cocinando los números oficiales de los precios pretendiendo que su nivel es inferior al verdadero y afirmando que “la inflación es un tema de la clase media alta” o que es “un mal menor,” mientras las favorables condiciones externas que explican el desempeño positivo de la economía se revierten, el país pierde divisas y la crisis se torna ya inminente.

La cuarta presentación la hizo el también argentino Pablo López Murphy, economista del Departamento Europeo del FMI, sobre el ajuste de la paridad real en España desde la adopción del euro, y su desempeño posterior. La historia de éxito previa a la crisis, con crecimiento económico y creación de empleo espectaculares, tuvo como contraparte un déficit en cuenta corriente que llegó hasta diez por ciento del PIB.

Ello se debió a una fuerte apreciación del tipo de cambio real pues los precios en España subieron más que en el resto de la unión monetaria, lo que dejó a un país cada vez menos competitivo respecto al resto del mundo. Las buenas cuentas se han revertido con crecimiento negativo y desempleo espectacular, pero no se ha logrado una depreciación del tipo de cambio real, lo que es un mal augurio para España.

Harberger gozó mucho el desempeño de sus alumnos, aplicando sus enseñanzas a problemas reales de la economía, con sencillez pero al mismo tiempo con solidez extraordinaria, y con ese enfoque integral, muy de él, que ve no sólo los aspectos económicos sino también las repercusiones políticas y sociales. ¡Enhorabuena!

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