Salo Grabinsky

Del verbo emprender

Salo Grabinsky

1 Nov, 2014

Dinastías

En memoria de mi querido amigo el filántropo Jacobo Goldberg, Q.P.D., gran empresario y hombre justo.

En medio de la turbulencia actual, de la que, a propósito me abstengo de hablar, por haber periodistas mucho más capaces que yo en estas lides, sólo deseo expresar mi indignación sobre este crimen y también pedir a las autoridades federales mesura,  racionalidad pero disposición a restablecer  la calma y el orden en medio del caos actual. No concibo que los saqueos, incendios y el robarse televisiones y artículos  de lujo sean muestras de enojo, sino de anarquía y rapiña. Y además, ¿qué pasará con los millones de personas que dependen directamente del turismo en Guerrero si ya nadie quiere ir a esos lugares por temor a actos delictivos y cierres de carreteras? Es muy peligroso este asunto.

En el mundo hay millones de negocios de estructura familiar que continúan sus operaciones por medio de procesos de sucesión exitosos. Otros se quedan en el camino por falta de planeación, conflictos internos, etcétera.

Pero ¿qué pasa a nivel global, en países y regiones donde, hasta la fecha imperan dinastías impuestas a sangre y fuego por dictadores de todo tipo, además de algunos procesos democráticos (y no muy claros)  a través de elecciones? Curioso que soy, me fui a los libros de historia así como a periódicos y revistas para sacar una lista, muy incompleta por cierto, pero que cumple parcialmente con mi objetivo. Hago la aclaración que no me refiero a dinastías reales como las de Inglaterra, España, Japón, Tailandia o los países escandinavos  que no se rigen por leyes sino son hereditarias y,  creo que de carácter protocolario sin ningún poder específico sobre sus gobiernos. He aquí mi primer intento (ustedes pueden añadir más, por supuesto).

En el siglo XX existieron varias feroces dinastías que, afortunadamente, ya desaparecieron: En Haití, Papa Doc Duvalier y su recientemente fallecido hijo Baby Doc mataron a miles y se enriquecieron en el país más pobre de América. Sus vecinos, los dominicanos, tuvieron a Trujillo (el de La fiesta del Chivo del genial Mario Vargas Llosa) y también los Somoza en Nicaragua. Juan Domingo Perón dejó a su primera esposa Eva para que cogobernara con él hasta la muerte de ella y su exilio. Perón regresó a Argentina a un segundo período y, al fallecer, su segunda esposa, Isabel, fue presidenta hasta ser derrocada en un sangriento golpe militar. (Al presente otra dinastía, la del fallecido señor Kishner y su viuda, actualmente Presidenta elegida por mayoría, gobiernan ese querido y muy complicado país). Otras dinastías las cuales ya terminaron en Europa y Asia  fueron las imperiales austro húngara, prusiana, otomana y la rusa  (después de la I Guerra Mundial) y la italiana, búlgara, griega y otras posteriormente.

En la actualidad vivimos (más bien observamos, no muy contentos que digamos) a países gobernados autoritariamente por familias, generalmente relacionadas con una tribu o secta religiosa, en muchos  países árabes como Kuwait, Jordania, Marruecos, Arabia Saudita, Qatar y Siria están inmersas en una terrible guerra civil.

En las democracias hay varias dinastías que perduran, como la de la familia Bush en Estados Unidos, donde  padre e hijo fueron presidentes y ahora otro hermano  se apresta a seguir sus pasos. Lo mismo con doña Hillary  que se perfila fuerte a seguir la huella de su marido Bill Clinton y no encuentro por ahora más ejemplos. En los Estados totalitarios tenemos a Corea del Norte con los señores Kim, abuelo, padre e hijo, con poder absoluto desde los años 50, igual que con los hermanos Castro en la hermosa isla. ¿Quién les seguirá a su retiro? Muy buena pregunta.

Seguiremos con esta serie la semana próxima pero ya a otro  nivel.

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