Cómo una contraseña puede cambiar el rumbo de tu vida

Las contraseñas de Mauricio se convirtieron en deseos y acciones que había que hacer sí o sí
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Las contraseñas de Mauricio se convirtieron en deseos y acciones que había que hacer sí o sí. Foto: Thinkstock
Las contraseñas de Mauricio se convirtieron en deseos y acciones que había que hacer sí o sí. Foto: Thinkstock

CIUDAD DE MÉXICO.- ¿Alguna vez te has puesto a pensar en cómo una contraseña puede cambiar tu vida? Es probable que no, pero puede llegar a suceder.

La historia de Mauricio Estrella cambió cuando el servidor de Microsoft Exchange de su trabajo –que está configurado para pedir a miles de empleados que cambien sus contraseñas cada 30 días– le pidió que creara un nuevo password.

El problema es que el servidor los “obliga a usar como mínimo un carácter en mayúsculas, un carácter alfabético en minúsculas, un símbolo y un número”, además no puede tener menos de ocho caracteres y no se puede usar ninguna contraseña utilizada en los últimos tres meses.

¿Qué hacer entonces?

Mauricio recordó un consejo de su antiguo jefe, pues él combinaba listas de tareas con contraseñas de alguna forma, y entonces fue cuando pensó en utilizar una variante mejorada.

Voy a usar una contraseña para cambiar mi vida”, se dijo.

Así que con todos los requisitos que le pedía el ordenador, su contraseña se convirtió en una mezcolanza que captaba una sola intención: Forgive@h3r (Perdónala, en inglés).

Así, al tener que escribir la contraseña varias veces al día -cada vez que el ordenador se cerraba, cada vez que aparecía el protector de pantalla y cada vez que regresaba de almorzar solo-, sin darse cuenta comenzó a repetir y vivir una contraseña que ya era un mantra.

Esa simple acción cambió la forma en la Mauricio veía a su exmujer. Su contraseña se convirtió en un recordatorio constante de que debía perdonarla y le permitió aceptar la forma en la que ocurrieron las cosas al final de su matrimonio.

Un mes más tarde, su servidor Exchange le pidió otra vez que renovara su contraseña.

De ahora en adelante sus contraseñas se convirtieron en deseos y acciones que había que hacer sí o sí

La nueva fue Quit@smoking4ever (Deja de fumar, para siempre).

Después de 30 días, Mauricio dejó de fumar, increíblemente después de haber intentado –sin éxito– con libros, cigarrillos electrónicos, parches y más.

Un mes más tarde, su contraseña se convirtió en Save4trip@thailand (Ahorra para un viaje a Tailandia).

Tres meses más tarde viajó a aquel país.

Aunque algunas veces para Mauricio fue difícil identificar sus objetivos o lo que necesitaba cambiar, siempre encontraba un objetivo que perseguir.

Su consejo es:

Asegúrate de que tus objetivos son realistas, y evita ser demasiado soñador cuando los escribas. Es importante construir un medidor alrededor de tu objetivo para que puedas medir su éxito por el camino. Por ejemplo, si buscas conseguir un mejor trabajo, no uses cosas como BeTh3NumberOne! (¡Se el número uno!), en su lugar usa KickASS@LinkedIn! (¡Sobresal en LinkedIn!) y usa las nuevas conexiones, los grupos y el número de currículos enviados como medida para validar tus esfuerzos para conseguir un nuevo trabajo. Ser el número uno es genial, pero ser capaz de medir dónde estás y a dónde vas es importante, especialmente cuando hay una gran hueco entre esos dos puntos”.

Para Mauricio en su forma más simple, una contraseña “te permite llegar a algún lugar, en tu mundo digital. Digamos, a copiar un archivo, a desbloquear el ordenador, a enviar un correo electrónico a alguien. Esta sensación de micro logros, este pensamiento de ‘mi mantra me ayuda a conseguir cosas’ puede crear un impetu que te motive a estar centrado en lograr tus objetivos mensuales”.

Estas son algunas de las contraseñas de Mauricio en los últimos dos años, cada una cuenta una historia diferente:

  • Forgive@her (Perdónala) ← a mi ex mujer, que lo empezó todo.
  • Quit@smoking4ever (Deja de fumar, para siempre) ← funcionó.
  • Save4trip@thailand (Ahorra para un viaje a Tailandia) ← funcionó.
  • Eat2times@day (Come dos veces al día) ← nunca funcionó, sigo gordo.
  • Sleep@before12 (Duerme antes de las 12) ← funcionó.
  • Ask@her4date (Pídele salir) ← funcionó. Me volví a enamorar.
  • No@drinking2months (Dos meses sin beber) ← funcionó. ¡Fue genial!
  • MovE@togeth3r (Vivir juntos) ← funcionó.
  • Get@c4t! (Compra un gato) ← funcionó. Tenemos un gato precioso.
  • Facetime2mom@sunday (Facetime con mamá los domingos) ← funcionó. Hablo con mi madre cada semana.
  • Save4@ring (Ahorra para un anillo) ← La vida vuelve a cambiar, pronto.

Sin embargo, nunca olvides la seguridad, Mauricio aconseja intentar complicar las palabras.

“Añade símbolos o números, hazlas más largas, y mezcla un poco el principio o el final de tu contraseña. S4f3ty_f1rst! (¡La seguridad es lo primero!).

Este es un resumen de la historia de Mauricio que puedes consultar en Medium.

*livm

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