Los mercados que han perdido con el ébola

La inactividad en los campos está haciendo subir los precios de los alimentos básicos, que ya se han duplicado, mientras varios sectores intentan mantenerse a flote operando a su mínima capacidad
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Se tienen registradas ahora unas 5,000 personas que murieron por el virus que asuela a Guinea, Liberia y Sierra Leona. Foto: Reuters
Se tienen registradas ahora unas 5,000 personas que murieron por el virus que asuela a Guinea, Liberia y Sierra Leona. Foto: Reuters

LONDRES.-  El saldo de muertos y la devastación causados por el brote de ébola siguen en aumento. Se tienen registradas ahora unas 5,000 personas que murieron por el virus que asuela a Guinea, Liberia y Sierra Leona, con unos cuantos casos en otras partes, y hay alrededor del doble de esa cantidad infectadas. Aunque esta semana hubo algunos signos alentadores de que el brote está siendo contenido en Liberia, su saldo real podría ser mucho más alto de lo que muestran las cifras oficiales.

El daño económico está aumentando, pues los campos permanecen inactivos y los comerciantes han dejado de ir al mercado. Los precios de los alimentos básicos han aumentado en más del doble en algunas partes de las áreas afectadas, y los ingresos se están desplomando. El Banco Mundial estima que el costo para las economías de la región podría ascender a 33,000 millones de dólares durante los próximos 18 meses si el virus no es contenido rápidamente. Los países que han luchado por salir de guerras civiles o conflictos pudieran retroceder varios años.

Aun así, algunos negocios siguen operando, manteniendo abiertas arterias de transporte esenciales y generando ingresos de exportaciones que ofrecerán una base para la recuperación una vez que la enfermedad sea contenida.

Pocas aerolíneas toman el reto

Entre las primeras consecuencias del brote estuvieron la cancelación de la mayoría de los vuelos internacionales y el cierre de fronteras terrestres. Uno de los enlaces aéreos restantes es ofrecido por Brussels Airlines, la aerolínea más grande de Bélgica. Ha seguido volando a Monrovia, en Liberia; Freetown, Sierra Leona y Conarky, Guinea, con algunos vuelos que saltan de una capital a otra.

“Se ha convertido en el exprés del ébola”, dijo un hombre de negocios que ha estado viajando en esa ruta frecuentemente.

La aerolínea no está volando directamente desde Bruselas a las tres ciudades, porque no quiere que su personales tenga que quedarse toda la noche. Por tanto, sus vuelos hacen escala en Dakar, en Senegal, para cambiar de tripulación; aunque sin pasajeros, porque Senegal ha prohibido los vuelos hacia y desde los países afectados. Para asegurarse de que sus tripulaciones están seguras, la aerolínea tiene un pequeño jet a la espera para sacarlos apresuradamente si el avión de pasajeros desarrollara fallas técnicas. También lleva técnicos en cada vuelo para hacer las reparaciones y hacer regresar el avión.

“No estamos ganando mucho dinero”, dijo el vocero Geert Sciot, “pero consideramos que es nuestro deber humanitario continuar”.

Minería, de pie

Un grupo de compañías que los países afectados necesitan especialmente mantener en operación son las mineras: En Sierra Leona, por ejemplo, generan 80 por ciento de los ingresos por exportación del país. African Minerals y Sierra Rutile, dos grandes compañías mineras que operan en el país, se han aislado lo más posible y han creado un amortiguador en las aldeas circundantes dándoles capacitación y equipo para combatir la enfermedad, desde jabón y cloro hasta termómetros, algunos de los cuales son usados  en retenes en las carreteras que conducen a las minas.

Sierra Rutile toma la temperatura a los trabajadores dos veces al día y les pregunta dónde han estado si abandonan el área alrededor de la mina. Quienes han estado en áreas del brote son puestos en cuarentena. Cualquiera que contraiga el virus irá a una unidad de aislamiento equipada especialmente antes de ser transferido a un hospital.

Un beneficio de una mayor revisión es que el diagnóstico y tratamiento de otras enfermedades, como la malaria, también han mejorado. El director ejecutivo John Sisay dijo que los empleados están cumpliendo bien con las salvaguardas.

“Hay un abrumador deseo de mantener al virus fuera del área”, dijo.

La compañía también tiene jets listos para evacuar a los empleados si los vuelos programados restantes fueran suspendidos.

African Minerals está operando vuelos chárter regulares entre su mina en Sierra Leona y Sudáfrica, el país de origen de la mayoría de sus 800 empleados y contratistas expatriados. Ha empezado a importar todos sus alimentos. African Minerals y Sierra Rutile han almacenado comida, combustible y refacciones por si se suspenden los vuelos.

Banca antiséptica

Los negocios que atienden al público, como los bancos, no pueden aislarse y siguen operando. Standard Chartered dijo que ha impuesto estrictos protocolos de higiene y está suministrando mucha agua clorada y antisépticos para manos a sus sucursales y oficinas. Verifica la temperatura de personal y clientes.

Una preocupación para casi todas las compañías extranjeras es que las ambulancias aéreas están negándose a trasladar a pacientes con fiebre, ya no digamos casos de ébola confirmados. El personal que enferma de malaria, por ejemplo, ya no puede ser evacuado por vía aérea.

Muchas compañías han estado recibiendo garantías informales por parte de gobiernos occidentales de que evacuarán a sus propios ciudadanos, usando vuelos militares o contratados por los gobiernos como los usados actualmente para transportar a los trabajadores de ayuda infectados, si surge la necesidad. A las compañías les preocupa que, mientras que los expatriados británicos o estadunidenses serán llevados a casa, los de países más pobres en África o Asia tengan que ser atendidos en el lugar.

Pese a estos riesgos, la mayoría de las grandes empresas dice que los expatriados ha elegido seguir trabajando en lugar de volver a casa.“No hemos tenido deserciones, por así decirlo”, dijo Mike Jones de African Minerals. “Los hombres están cómodos con la situación”.

“Cómodos” quizá sea una palabra fuerte, pero las empresas están resultando adaptables e ingeniosas. Aun así, hay una extendida sensación de que las agencias y gobiernos internacionales no supieron aprovechar la oportunidad de frenar el brote antes.

La vacuna promete jugosas ganancias a farmacéuticas

En mayo de 2013, Glaxo Smith Kline, el gigante farmacéutico británico, compró a Okairos, un pequeño fabricante de vacunas suizo por 325 millones de dólares, que  tenía la tecnología para crear vacunas que estimulan respuestas inmunológicas más fuertes de lo normal.

Lo que había pagado GSK incluía a una candidata preclínica de una vacuna contra el ébola, y en marzo de este año contactó a la Organización Mundial de la Salud para darle a conocer lo que tenía. Al principio, la OMS dijo a GSK que su enfoque se basaba en implementar protocolos de control de la enfermedad, pero en agosto le pidió a la firma que acelerara los trabajos en su vacuna.

La industria farmacéutica ha descuidado desde hace tiempo las vacunas, que son más necesarias en países demasiado pobres para pagar mucho por ellas. Pero conforme ha crecido la preocupación por el brote de ébola, se han intensificado los trabajos.

Trabajan juntos

Esto ha involucrado una colaboración sin precedentes entre las compañías, los reguladores, los gobiernos y organismos como la OMS. Dos candidatas, la de GSK y una de Newlink Genetics, una empresa estadunidense, estarán listas para su prueba en África Occidental a fines de año. Trabajadores de salud serán los conejillos de Indias, lo que quiere decir que, si las vacunas funcionan, tendrían el afortunado efecto colateral de proteger a un grupo de personas vital.

Johnson & Johnson, otra empresa estadunidense, es un participante ligeramente tardío, con dos vacunas que empezarán ensayos en humanos en enero. Sin embargo, ha comprometido 200 millones de dólares para acelerar y ampliar la productos de una de sus vacunas, y ha gastado más de 187 millones de dólares en un acuerdo de licencia con un fabricante de vacunas danés, Bavarian Nordic, para adquirir la segunda. Este acuerdo incluye pagos adelantados, inversiones de capital, desembolsos en cada etapa importante del avance y un contrato de suministro.

¿Razones humanitarias?

GSK dice que puede producir 230,000 dosis para abril y un millón al mes para fines de 2015. Todo esto sugiere que ve una fuerte demanda a lo largo del próximo año.

Empleados en GSK y Johnson & Johnson dicen que están trabajando las 24 horas para acelerar la producción, y que sus esfuerzos están siendo impulsados por una necesidad humanitaria en vez de una suposición de que las vacunas serán rentables, o incluso que funcionarán. Otras vacunas están siendo aceleradas, pero no están tan adelantadas como estas tres. Profectus Biosciences recibió recientemente dos contratos gubernamentales, con valor de 17 millones de dólares, para acelerar los trabajos en su vacuna.

Es probable que se dé mucha colaboración en la producción la distribución y la adquisición. Las vacunas de empresas rivales podrían ser combinadas en un solo tratamiento. Pfizer, otra empresa estadunidense, está ofreciendo compartir su capacidad de producción especializada. GAVI, una agencia internacional que procura vacunas para países pobres, está trabajando en un plan para hacer grandes pedidos anticipados de vacunas contra el ébola, pero necesitará más dinero el año próximo si no desea que su labor en otras enfermedades se vea afectada.

Además de la ayuda a corto plazo ante el brote que está ofreciendo, Gran Bretaña ha hecho un compromiso con Sierra Leona, una excolonia británica, para ayudar a financiar el desarrollo de cualquier vacuna que necesite a mediano plazo. Otros países están siendo instados a seguir su ejemplo. Los gobiernos ya han proporcionado unos 500 millones de dólares desde 2008 para los costos de investigación de medicamentos y vacunas para el ébola en países pobres.

Aceleran protocolos

A fines de octubre, reguladores farmacéuticos, ejecutivos de la industria y otros funcionarios y expertos se reunieron en Ginebra para discutir los obstáculos para la distribución de las vacunas contra el ébola y cómo eliminarlos. Reguladores de Estados Unidos y Europa están tratando de publicar a toda prisa los lineamientos sobre los datos que requerirían para conceder la autorización para que las vacunas se utilicen ampliamente. Ya que las vacunas se suministran a personas sanas, deben pasar por estrictas pruebas de seguridad. Sin embargo, se han suministrado a algunos pacientes medicamentos para el ébola no aprobados. Las empresas farmacéuticas dicen que, si los reguladores pudieran armonizar sus procesos de autorización, pudiera acelerarse la distribución de las nuevas vacunas.

También hay planes para un fondo de responsabilidad que sería supervisado por el Banco Mundial. Este recompensaría a quienes sufrieran reacciones adversas después de ser inoculados. Los fabricantes de vacunas regularmente compran un seguro para esas eventualidades, pero, dado el acortado calendario de pruebas para las vacunas contra el ébola propuestas, las aseguradoras quizá se muestren renuentes a ofrecerlo.

Si una vacunación masiva en toda África Occidental resultara necesaria, podría haber necesidad de decenas de millones de dosis.

Eso quizá suene a una oportunidad de negocios emocionante para las empresas farmacéuticas, pero –aun cuando la urgencia de la situación ha llevado a los reguladores a perdonar algunos de sus requerimientos estrictos sobre las pruebas, e incluso con la existencia de un fondo de responsabilidad– los fabricantes de vacunas estarían arriesgando su reputación.

Si son llevadas apresuradamente a la etapa de producción, a gran costo para los donantes, y luego resultan inefectivas o, peor, tienen efectos colaterales graves, las compañías que las produjeron seguramente sufrirían recriminaciones.

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